Pedro Echeverría V.
1. Recuerdo muy bien en los sesenta cuántos guerreristas, asesinos,
carceleros, represores de todos los países, se lanzaron contra Cuba y
pusieron en práctica miles de calumnias, gigantescas mentiras, acerca de
los “comunistas” que hicieron una revolución en 1959 y se adueñaron del
gobierno. Lo que nunca olvido es que propagaron que “los comunistas
asesinaban a niños o estando vivos, se los comían”. Después de las
terroríficas notas de los medios de información en el mundo, los yanquis
organizaron una invasión a Cuba en abril de 1961 y dado que fracasaron
obligaron a todos los gobiernos capitalistas de América a votar en la
OEA la expulsión de Cuba en enero de 1962. Nosotros salimos decenas de
veces en masa a apoyar la revolución cubana.
2. Lo mismo busca hacer el imperio yanqui y sus gusanos seguidores
con Venezuela. No pudieron los malnacidos gobiernos capitalistas y sus
medios de información contra Hugo Chávez, porque su liderazgo
continental penetró en gran cantidad de países, sobre todo en el Brasil
de Lula, la argentina de Kirchner, el Ecuador de Correa, Bolivia de
Morales, Uruguay de Mujica y hasta la Nicaragua de Ortega. Chávez, el
más odiado por los gobiernos burgueses, en sus pocos años de gobierno y
de vida política, como Fidel Castro, se convirtió en un faro de América.
Por mala fortuna Nicolás Maduro, su sucesor, llegó al poder cuando el
imperio gringo había logrado imponer a los gobiernos de Argentina,
Brasil, Ecuador y mediatizar a Uruguay y Nicaragua.
3. Recuerdo a la Venezuela de 2010, cuando llegué a ella pensando en
que se realizaría algo así como la V Internacional citada en algunos
medios. De todas maneras fue un gran pretexto para viajar por cinco
países de la región que me proporcionaron muchos conocimientos y
experiencias. Obvio llegué en diez días a los hoteles más jodidos de
esta ciudad, pero recorrí en autobuses o caminando todas las mañanas
muchos rincones de la Caracas desconocida. Yo vi muy bien a Caracas, sus
mercados y precios; pero lo que me extrañó es que en muchos lugares se
compraba el dólar ofreciendo dos o tres veces del dólar oficial. Si en
el banco los pagaban a 3 o 4 pesos en las tiendas te daban 10 o 12 pesos
por dólar. Y eran tan abiertos que pensé que algo grave pasaría.
4. Y se fue preparando todo lo cruel en estos últimos ocho años por
los grandes empresarios locales y los EEUU. Recuerdo que en el mismo
aeropuerto de Caracas varios jóvenes me ofrecieron cambiar mis dólares
con mucho más de lo que daban los bancos; sin embargo el mercado
municipal en comidas, legumbres y otros precios todo funcionaba con
normalidad en 2010. Incluso pude gozar asistiendo a la gran
manifestación del 1 de mayo encabezada por el mismo Chávez donde 20
trabajadores que “me descubrieron” como mexicano, me obsequiaron una
cachucha roja del “sinvensog”, con una hoz y martillo del gobierno
bolivariano y luego me invitaron a festejar. La realidad es que durante
el “chavismo” era difícil imaginar lo que pasaría después.
5. Muy “bajo el agua”, en voz baja, algunos ciudadanos me hablaban
mal de Chávez, pero dado que para mí esa política miedosa no
funcionaría, no les hice mucho caso. Ya con la campaña internacional
encabezada por el presidente yanqui Trump, esos burgueses que se
paseaban en las calles haciendo campañas contra el chavismo, les
resultó. Hoy se han dedicado a difundir veneno entre el ejército,
buscando el surgimiento de algunos brotes de descontento que conecten a
toda la institución. Estoy seguro que el comandante Hugo Chávez dejó una
buena semilla dentro del ejército del que formó parte; sé que ese
ejército no le hará caso a los señoritos –hijos de papi, de empresarios y
grandes burgueses- porque conoce a los que dieron el golpe de Estado en
2002.
6. Espero que López Obrador, al asumir en cargo de presidente
constitucional en México entre tres semanas, adopte una justa posición
política. La justicia está en los gobiernos que luchan y hacen todo por
su pueblo y en ese proceso se han opuesto al imperio yanqui cuya
vocación histórica ha sido invadir pueblos para imponerles sus
políticas. López Obrador justamente buscará mantener buenas relaciones
con los EEUU, pero de ninguna aceptará condiciones yanquis de atadura;
es tiempo que México recupere su prestigio internacional de
independiente, sobre todo en América Latina. El mundo estará observando
con detenimiento el papel que asumirá México: o se vuelve un país
interesante de lucha o sigue siendo, como hasta hoy, un simple lacayo
del imperio. (5/XI/18)
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