José Antonio Rojas Nieto
De los casi 70 mil billones de dólares que deben los estadunidenses –de nuevo de sus billones, o sea, miles de millones– la mayor parte (71 por ciento) corresponde al endeudamiento del sector no financiero. Hogares y organizaciones no lucrativas, empresas no financieras y gobierno federal y local.
Los hogares cargan poco más de 20 ciento de la deuda. En 2006 –antes de la crisis– tenían 28 por ciento. Básicamente por la expansión irracional del crédito hipotecario y del crédito al consumo. El hipotecario se aceleró de 1983 en adelante, pero a partir de 1997 sesúperaceleró hasta 2007, 10 años literalmentedesbocado.
De participar apenas con 16 por ciento a finales de los años 90, alcanzó 21 por ciento a mediados de 2006. En apenas cinco o seis años casi se triplicó, de poco menos de 4 mil billones de dólares a casi 12 mil. Pocas variables económicas estadunidense han crecido así. Ni siquiera el crédito al consumo que también se aceleró, pero no como el hipotecario. Si acaso la capacidad instalada en la industria, con crecimiento acelerado de 1997 a 2003, y claro detonador de la crisis.
Además de esta notable expansión y posterior retracción relativa del crédito de hogares en el crédito total, sobresale el crédito del gobierno, federal y estatal. De mediados de los 70 a inicios del año 2000, se mantuvo próximo a 20 por ciento del total, pero los programas de rescate acelerado de 2006 en adelante lo llevaron a ganar cinco puntos.
Algo similar al hipotecario en esos términos de incremento de su participación. Así, a finales del año pasado alcanzó 30 por ciento del total. De antes de la crisis, en 2006, a la fecha se ha multiplicado por tres: de casi 5 mil billones de dólares a poco más de 17 mil.
El último componente del llamado sector doméstico no financiero es el de las empresas no financieras. A inicio de los 70 representaba la tercera parte del crédito total. Hoy sólo la quinta parte. ¡Indicador severo de cambios en la economía vecina!
Mayor peso del sector financiero, que hoy concentra apenas poco más de la quinta parte del crédito total. Pero luego de haber alcanzado antes de la crisis la tercera parte del total.
Muchos organismos financieros debieron serrescatadospor el gobierno. Por curioso y paradójico que parezca, habían hecho negocios endeudándose, pero en exceso en relación a su capacidad para captar dinero de la llamadaeconomía real. El cuanto es muy simple.
Los especialistas en el análisis financiero en el vecino país lo narran de manera muy simple: pidieron prestado para prestar y cuando no les pudieron pagar ellos tampoco pudieron pagar. Por eso, justamente por eso, tuvieron que ser rescatados. El comportamiento del crédito al gobierno y a las empresas financieras muestra con claridad esta tesis. Se eleva el gubernamental y disminuye el de las empresas financieras. Y se estanca relativamente el de las empresas no financieras. Así de simple.
Además de todo esto conviene ver –lo haremos próximamente– a quiénes se deben esos cerca de 70 mil billones de dólares. Y ahí notaremos –por cierto– el papel tan importante que adquirieron los acreedores extranjeros –China entre ellos– que hoy prácticamente concentran casi la quinta parte del endeudamiento total. Lo veremos. De veras.
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