El candidato presidencial estadounidense Donald Trump defendió el
lunes la posesión de bombas atómicas por el régimen de Tel Aviv, en un repaso a sus opiniones sobre política exterior.
“Bueno, creo que no tienen otra opción. De verdad creo que no tienen
otra opción. Creo que las tienen y que no tienen otra opción. Se tienen
que proteger”, asegura el controvertido magnate en una entrevista
publicada por la página conservadora The Daily Caller.
Sobre la política estadounidense de injerencia y desestabilización
conocida como “promover la democracia” y “construir naciones”, Trump se
muestra más partidario de la antigua concepción “aislacionista” de los
republicanos, diciendo que la nación que construirá es Estados Unidos.
En este sentido, Trump estima que EE.UU. “no debería seguir siendo
el Policía del mundo”, y que no debería considerar prioritario imponer
el respeto de los derechos humanos al régimen de Arabia Saudí.
Igualmente, según él, Washington hubiera debido mantener su apoyo en
2011 al dirigente egipcio Hosni Mubarak frente al Despertar Islámico
que lo derrocó, dado que “era muy leal a Israel” y a EE.UU.
Trump afirma también que no habría invadido Irak en 2003. “Ir a Irak
es lo que desestabilizó Oriente Medio”, observa, al igual que se opone
a la intervención militar en Libia de 2011.
Y a diferencia de otros candidatos republicanos que se han opuesto
al restablecimiento de relaciones entre Washington y Cuba, Trump
considera que la medida “está bien”, aunque considera que se debería
haber llegado a un acuerdo “más fuerte”.
De modo general, Trump constata el declive de Estados Unidos frente
a sus grandes adversarios: “nuestro país está hecho un desastre. El
mundo nos odia, y sin embargo se aprovechan de nosotros. China se lleva
nuestro dinero pero no nos respeta, y hacen islas en el medio del Mar
de la China Meridional”, dice.
Además de China, el candidato manifiesta su inquietud por las
actividades de Rusia en el océano Ártico, donde Moscú tiene previsto el
despliegue de un nuevo sistema de defensa antiaéreo cerca de la
frontera con EE.UU., según el Pentágono.
Tampoco se muestra conforme Trump con el consenso sobre el programa
de energía nuclear iraní, que califica como “quizá el mayor desastre de
contrato que he visto” y como “una desgracia para Estados Unidos” e
incluso “para la humanidad”.
Pero, resignándose a su aprobación, el magnate de los negocios
inmobiliarios insiste en presentarse como un experto en explotar al
máximo “los contratos”, aun siendo malos, y asegura que, de ser
presidente en 2017, “escudriñará ese contrato como no lo escudriñaría
nunca nadie”.
Es decir, asegura Trump, buscaría una supuesta violación del
consenso por Irán para declararlo nulo y restablecer las restricciones
impuestas hasta ahora a Teherán con el pretexto de su programa de
energía nuclear.
“Iría por ellos como no te puedes imaginar. Serán muy respetuosos
con los Estados Unidos. No irán por ahí gritando ‘Muerte a Estados
Unidos, muerte a Israel’, eso te lo digo yo”, afirma.
Sin embargo, Trump rehúye la pregunta sobre si consideraría una ofensiva militar contra Irán.
Trump insiste en su interpretación del Plan Integral de Acción
Conjunta (JCPOA, en sus siglas inglesas), según la cual si Israel
lanzase un ataque militar contra el programa de energía nuclear persa,
EE.UU. estaría obligado a defender a Irán contra el régimen de Tel
Aviv, algo desmentido oficialmente por Washington como “absurdo”.
La peculiar interpretación fue difundida por medios israelíes a los
pocos días de publicarse el texto, aparentemente dentro de la campaña
destinada a impedir la firma del JCPOA.
El nivel de conocimientos de Trump en política internacional quedó
en entredicho el jueves al entrevistarlo el presentador de radio Hugh
Hewitt y hacerse patente su ignorancia sobre las Fuerzas de Quds del
Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán.
HispanTV
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