Otto Pérez
El
ex presidente Otto Pérez ha caído en Guatemala: la semana pasada fue
obligado a renunciar cuando, por petición del Ministerio Público, el
Congreso le retiró la inmunidad. De la casa presidencial pasó directo a
la cárcel, procesado por corrupción.
Una investigación de
la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala) lo
vinculó con una red de defraudación tributaria conocida como “la
línea”, en la que también participaban la ex vicepresidenta Roxana
Baldetti y otros ex altos funcionarios de su gobierno.
La
indignación social por la corrupción coincidió con la necesidad
oligárquica de oxigenar el insostenible sistema político-económico y
con los intereses estadounidenses en el proceso electoral guatemalteco
(No por casualidad el comediante Jimmy Morales, candidato favorito de
la embajada norteamericana, se perfila ganador de los comicios tras
aprovechar políticamente las protestas).
Flores Pérez
El
expresidente salvadoreño Francisco Flores Pérez también ha caído, pero
no del todo. Este amigo de Otto Pérez ha tenido mejor suerte: está en
su casa porque el Juez Primero de Instrucción Levis Italmir Orellana lo
favoreció con arresto domiciliar y el Fiscal General Luis Martínez es
su principal defensor, porque no presentó pruebas importantes y no
incorporó el lavado de dinero en la acusación penal.
A
Flores Pérez también lo defienden su partido ARENA, los gremios
empresariales, los grandes medios de comunicación y también la embajada
estadounidense (“la embajada” también abogó por la impunidad de los
involucrados en el escandaloso fraude CEL-Enel).
Sin
embargo, el juicio contra Flores Pérez se sostiene por la valiente
actuación del Juez Séptimo de Instrucción Miguel Angel García Arguello
y de las organizaciones ciudadanas que participan con querellantes
particulares, hacen contraloría social del proceso y denuncian
públicamente la negligencia fiscal.
En una burda
manipulación de los hechos, los defensores de Flores Pérez quieren
aprovechar la situación de Otto Pérez para generar protestas similares
contra el gobierno salvadoreño. Por eso se concentraron el pasado fin
de semana dizque para denunciar la impunidad y la corrupción.
Pero
la maniobra no cuajó porque la corrupción se vincula a Flores Pérez y
demás ex presidentes areneros, y no al actual presidente Sánchez Cerén.
Igualmente, la impunidad se relaciona más con el actuar de la Fiscalía
y el Sistema Judicial controlados por la derecha, que con el Ejecutivo
administrado por la izquierda.
Asociación de Radios y Programas Participativos de El Salvador (ARPAS)
http://www.alainet.org/es/articulo/172217
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