Ilka Oliva Corado
Adital
Incoherencia
de los clase media urbana, manifestar por corrupción pero pretenden
ir a votar por la misma escoria que hoy rechaza.
Quiero comenzar este texto con esta especie de introducción: en infinidad de ocasiones me han dicho que yo odio Guatemala, que lo único que escribo referente al país es para criticar y que mi opinión no aporta en nada, que además estoy fuera del país y que eso me quita toda autoridad moral para hacerlo.
Lastimosamente
no escribo para quedar bien con nadie, ni para complacer caprichos de
lectores que quieren que piense como ellos. Tengo mi propia visión
de vida, inexacta o no es la mía. Y la expongo porque es mi derecho
y es mi obligación humana hacer uso de la libre emisión del
pensamiento aunque esto discrepe con la intelectualidad y doble moral
de muchos.
Las
manifestaciones ciudadanas de las últimas semanas han colocado a
Guatemala inevitablemente en los ojos del mundo, yo que estoy fuera
lo puedo afirmar con contundencia, y eso es bueno porque así sea por
corrupción Guatemala sale del olvido de los medios de comunicación
internacionales que solo utilizan a los Pueblos Indígenas para el
folclore como referencia. Eso lo sabemos todos.
No
estoy en desacuerdo con las manifestaciones, porquees bueno que esa clase urbana a la que le ha sido más cómodo vivir
dentro de su burbuja de tranquilidad, salgo del letargo y manifieste,
aunque se debe ser bien claro que lo hizo porque se sintió tocada en
los bolsillos no así en el alma. Por esa razón estoy en
desacuerdo en que urbanos apáticos con la realidad de la raíz del
país se agencien el concepto "Pueblo” porque han pasado décadas
discriminando al pueblo real, al pueblo raso, y no es que no
tengan el derecho a llamarse pueblo, pero las cosas se ganan a pulso,
esta clase urbana clasemediera tendrá el derecho a ser pueblo cuando
acepte que sí hubo Genocidio en el país y busque que paguen los
culpables, por ejemplo el hoy ex presidente de la República. Que le
pierda el miedo a la palabra Revolución que repite con amor el
pueblo raso.
Porque
el Genocidio fue precisamente contra el pueblo real, el marginado, el
indígena, el campesino. Aquí no es que la gimnasia y la magnesia,
aquí todo va de la mano. Ese mismo pueblo al que la semana pasada
marginaron nuevamente, y que muchos acusaron de haragán cuando
vieron a los campesinos haciendo bloqueos en todo el país,
campesinos que exigían lo mismo por lo que pelean los urbanos en la
capital guatemalteca y que son más consecuentes como lo han sido
desde siempre.
Esas
manifestaciones campesinas que no salen en los medios de comunicación
internacionales por eso mismo, por ser consecuentes. Los urbanos
esos miles que se ven en las manifestaciones de los sábados (de
parranda) los dejaron solos, a sus hermanos campesinos, a los
sobrevivientes del Genocidio, a los mancillados de la historia que
ellos mismos niegan. Con ese actuar estoy en desacuerdo porque si
son pueblo pues que se unan al pueblo y que pongan el pecho como lo
hacen los campesinos, no solo de batucadas y de carteles de colores y
activismo en redes sociales y carentes de acción.
Al
presidente de Guatemala no lo sacó el pueblo, ya sé que sueno a
amargada pero es mi opinión, lo sacó la CICIG que presentó
pruebas contundentes que confirmaban que Otto Pérez Molina está
involucrado en la red criminal y de saqueo económico denominada "La
Línea.” A Otto Pérez Molina lo entregó el CACIF con el
respectivo aval del Embajador de Estados Unidos.
¿Por
qué? Porque ya estaba quemado, porque ya no les servía para nada,
porque en su lugar ya estaba ahí otro títere lambiscón que
recibiría las órdenes puntuales, hablo del vicepresidente que tomó
el lugar de la encalada Roxana Baldetti que hoy amaneció en la
cárcel para mujeres Santa Teresa. Porque las elecciones
presidenciales están a la vuelta de la esquina y lo que necesitan es
calmar la fiesta ciudadana en la que anda Guatemala.
Necesitan
que ese pueblo urbano (porque pregúntenle al campesino organizado y
sabrán lo que siente el pueblo herido) se sienta protagonista, que
celebre, que se sienta digno, poderoso, honesto, que sienta que
cumplió con su deber moral y que vaya feliz a votar. Que se olvide
que con su voto escogerá a igual o peor escoria corrupta que Otto
Pérez Molina.
Y
es triste pero ese pueblo que llamó la atención del mundo irá a
votar, ya escogió a sus presidenciables de los cuales no hay uno
solo que tenga la capacidad moral, política ni humana para tomar las
riendas del país. Ni uno solo, es que hoy no existe la opción de
votar por el menos peor.
¿Se
puede ser más inconsecuente en esta vida? ¿Manifestar por
corrupción pero ir a votaciones a votar por los mismo clan de
corruptos? Entonces ni un solo esfuerzo sirvió para nada si van
a votar el 6 de septiembre. Adulan que es el despertar de la
primavera guatemalteca, no apenas van por la deshierbada, preparando
la tierra. Dicen que hicieron historia, tienen el descaro de comparar
las manifestaciones de hoy en día con las de 1944, no ni a los
zapatos. Es que así son los urbanos fanfarrones a morir.
Que
el mundo sepa que Otto Pérez no renuncia por Genocida, lo hicieron
renunciar por ladrón y corrupto, otros ladrones y corruptos que
tienen el sartén por el mango y son quienes ponen y quitan
presidentes en el país: hablo del sector empresarial que ya esta
listo para poner otro títere de presidente con el voto del "pueblo.”
Que
el mundo sepa que esa masa amorfa que se cree digna aún sigue
negando el Genocidio. Que esos campesinos maltratados siguen peleando
por sus Derechos Humanos en soledad, sin acompañamiento más que de
ellos mismos. Al final solo el pueblo defiende al pueblo.
¿Qué
sigue después de la renuncia de Otto Pérez Molina? Ir como los
coches al matadero a dar el voto. Guatemala tiene en sus manos la
opción de hacer que se cancelen esas votaciones, así como alardean
los urbanos de ser ellos los que hicieron que renunciara el Genocida,
pues que se vea que también tienen el poder para cancelar las
elecciones, de hecho lo tienen si se arman de arrestos y van un paso
más allá, si quieren cambiar realmente la historia del país. Por
algo será que quienes sostenían carteles n las manifestaciones,
donde se leía que pedían una Asamblea Nacional Constituyente eran
campesinos no urbanos.
Yo
le creeré la dignidad a ese movimiento urbano de la clase media y
las universidades (incluida la universidad de mis amores, la
Universidad de San Carlos de Guatemala) si se niega a votar, si se
atreve a abrir la herida supurante de la Memoria Histórica y lleva
frente al juez a Otto Pérez Molina, pero no por corrupto, sino por
Genocida y también a todos los perpetradores de Derechos Humanos que
están pululando en el sistema, y que lo sabemos por que se pasean
campantes frente a nuestras narices. Yo le creeré a ese movimiento
urbano cuando demuestre que ha dignificado la educación superior
acuerpando la lucha campesina, obrera y proletaria.
Por
el momento aunque celebre sigue siendo racista, discriminador,
oportunista y tan pero tan inconsecuente que irá a votar por la
misma escoria que hoy rechaza.
Disculpen
flores si les lastimé un pétalo pero el pueblo, que es pueblo real
merece respeto y ante todo justicia.
Si
me piden una opinión adulterada pues es muy cómodo para mí ganar
adeptos diciendo que alabo al movimiento urbano, que es la dignidad
andante, que son el orgullo de la patria, que ninguna generación ha
tenido la valentía de los de hoy, y que esos "indios patas
rajadas” que salen a hacer bloqueos solo ensucian la lucha de los
educados y bien perfumados clase media urbanos. Diría que no hubo
Genodicio en el país. Que no hay que revolver las cosas. Que hay que
ir a votar. Le tendría pavor a la palabra Revolución.
Pero
soy real, lo siento por los que son de escaparate. Que si se tienen
dignos y que han hecho historia por salir a manifestar los fines de
semana, que se imaginen lo que sienten los campesinos que han
puesto el pellejo y la sangre durante siglos, y ellos no alardean
de nada. Pues por ellos, por los marginados busquemos el cambio real,
no terminemos votando con patadas de ahogados.
Fuente: Blog de la autora
Nota:
no generalizo porque en este movimiento clasemediero urbano hay gente
muy comprometida y consciente, que no alardea, que acuerpa.
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