A Hilda y Sergio, de Radio de la Universidad Guelph de Ontario, Canadá
1.
Los pueblos de América Latina tienen historias muy parecidas porque su
desarrollo económico y su comportamiento político han dependido de las
diferentes intervenciones del imperio de los EEUU y de sus permanentes
presiones y amenazas. Brasil con 205 millones y México con 120 millones
de habitantes han sido por ello -y por su productividad- los dos países
más representativos de Iberoamérica. En los sesenta y setenta México y
Brasil, también Argentina, eran mirados como los hermanos mayores del
centro y sur del continente porque gozaban de ciertos márgenes de
independencia del imperio, pero a partir de los años ochenta –con la
imposición del neoliberalismo desde EEUU e Inglaterra- las cosas
cambiaron. El gobierno de México inclinó la cerviz, Argentina sufrió
golpes de Estado y Brasil continuó con fuertes márgenes de autonomía.
2. Desde que el Gobierno mexicano de López Mateos en 1962 se negó a
romper relaciones con Cuba, desobedeciendo las órdenes yanquis dictadas
para todos los países de la OEA, el respeto hacia México creció. Luego
llegaron los gobiernos de Díaz Ordaz, Echeverría Álvarez y López
Portillo dentro del esquema del “nacionalismo revolucionario” que
–aunque demagógicamente- conservaron lo que se conoció como “asociación
y competencia e independencia relativa” frente al imperio. La
continuidad de relaciones con Cuba, la no relación con España de
Franco, el apoyo a refugiados chilenos, argentinos, salvadoreños,
guatemaltecos y a la revolución nicaragüense, no le agradó al gobierno
yanqui pero les subió los bonos a la política exterior mexicana. Hasta
1982 –a pesar de la corrupción y represión interna- se respetaba la
política exterior.
3. A partir de 1982 México firmó
compromisos con el FMI abriéndole las puertas para que imponga
programas privatizadores y supervisión; obligando a México frenar el
gasto social y a vender miles de empresas al sector privado. Desde
aquel año, con los gobiernos de De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox,
Calderón y ahora Peña Nieto, México volvió a ser reconocido como el
“patio trasero” de los EEUU; México se dedicó a aplicar las políticas
yanquis de privatización y debilitamiento del Estado. Aquel país que
proclamó el antimperialismo porque fue la esencia de su revolución en
1910-17, no pudo ya levantar la voz para protestar contra las
agresiones a México y al mundo preparadas por Norteamérica. Hoy México,
en vez de sumarse a las luchas antimperialista reclamando el derecho de
los pueblos, se arrastra como gusano tras el mandato de los EEUU.
4. Argentina –hoy con 43 millones de habitantes- desde el regreso de
Perón en 1973 hasta el arribo de los Kirchner en 2003, tuvo que sufrir
30 años de inestabilidad política y económica. Estela Martínez, el
golpe de Estado militar, Las Malvinas, la década de Menem, De la Rúa y
Duhalde, descontrolaron terriblemente la economía y por tanto la
política. ¿Cuánto golpeó el imperio a esa nación y hoy sigue tratando
de arrodillarla? Hoy, ante fuertes contradicciones que no se terminan
de resolver, los Kirchner (Néstor y Cristina) parecen haber encontrado
un camino que ha permitido avances logrando en los últimos 12 años
cierta estabilidad. Sin embargo los yanquis –que tienen penetrado
económica y militarmente todos los países- buscan romper a los
gobiernos críticos de América Latina, Argentina entre ellos.
5. Brasil, gobernando el civil Goulart, sufrió un golpe de Estado y un
gobierno militar de 1964 hasta 1985; siguió enredado hasta que Fernando
Cardoso asumió la Presidencia en 1995 para luego dar paso a Lula en
2002 y éste a Rousseff en 2010. La situación de Brasil –aunque grave en
el campo y entre los marginados de la ciudad (las paupérrimas favelas)-
ha mejorado en los últimos 20 años impulsando el crecimiento. La
participación desde 2006 de Brasil en el BRICS (Brasil,Rusia, India,
China y Sudáfrica –que ingresó en 2010), lo fortalece otorgándole altos
márgenes de independencia y desarrollo económico. Sin embargo sus 8.5
millones de kilómetros cuadrados, la dispersión poblacional y el
latifundismo, siguen dificultando.
6. Hoy escribe Eric
Nepomuceno que Brasil vive una experiencia insólita. Tanto la Cámara de
Diputados como el Senado son presididos por parlamentarios del PMDB,
principal partido de la base aliada que asegura mayoría al gobierno de
Dilma Rousseff, del Partido del Trabajo (PT). Ocurre que ambos –el
diputado Eduardo Cunha y el senador Renan Calheiros– están en guerra
abierta contra Dilma y su gobierno. Resultado: determinan qué debe y
qué no debe ser votado y cuándo. En otras palabras, reúnen en sus manos
el efectivo poder de gobernar. Sin su aprobación, ninguna medida
considerada esencial por el gobierno es llevada a votación. Y, a la
vez, llevan a votación, para eufórica alegría de la oposición
minoritaria, proyectos y medidas francamente contrarias a todos los
planes de Dilma.
7. Lula da Silva también sufrió el boicot
imperialista a su gobierno, pero en menor intensidad comparado con
Dilma; así como pudo sortearlo mejor Chávez comparado con Maduro. Fue
un punto en que disentimos ayer por radio Guelph, Hilda, Sergio y yo.
¿Hasta qué distancia se puede avanzar en un proyecto independiente del
gobierno imperial? ¿Puede el sistema electoral de partidos construir un
poder nacional antimperialista? ¿Qué se espera en las próximas
elecciones mexicanas de junio ante el tremendo despilfarro de miles de
millones de pesos a favor del PRI y el PAN y de los medios de
información? López Obrador medirá sus fuerzas en las próximas
elecciones por eso quiere de Oaxaca y Guerrero no se abstengan en votar.
Blog del autor: http://pedroecheverriav. wordpress.com
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