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domingo, 5 de abril de 2015

Los soldados israelíes en América Latina


Le grand soir

Traducido del francés para Rebelión por Susana Merino


Un acontecimiento reciente nos proporciona la oportunidad de hablar de los soldados israelíes en América latina (AL). En efecto Argentina acaba de despojar de su nacionalidad a los soldados israelíes que participaron en las masacres de Gaza (1).

La última masacre del pueblo palestino perpetrada por las tropas del ejército israelí en 2014 en Gaza ha sido calificada de crimen de guerra y crimen contra la humanidad por la Federación Internacional de los Derechos Humanos (FIDH) en un informe del 26 de marzo de 2015 en el que el balance de víctimas civiles, según un informe de la ONU publicado el 25 de marzo de 2015, supera el de la Guerra de los Seis Días de 1967, había provocado diferentes reacciones en los gobiernos de América Latina.
Los cinco países del Mercosur han recurrido a la ONU para detener el crimen (2). La condena de estos atropellos ha sido prácticamente unánime y esos cinco estados que aún mantienen relaciones diplomáticas con el Estado sionista ha llamado a sus embajadores. Tel Aviv declaró hallarse decepcionada por las reacciones de Perú, El Salvador, Chile y Ecuador, mientras trataba de “enano” diplomático al Brasil y acusaba a los cinco de “ apoyar a la organización terrorista Hamás” (3). Brasil respondió congelando inmediatamente las relaciones diplomáticas (4). Bolivia, además de sus declaraciones de condena, rompió el acuerdo sobre visas existente desde 1972 y ahora exige visas a los israelíes porque “Israel es un Estado terrorista”.
Sin embargo, hasta no hace mucho, los países de América Latina estaban entre los principales compradores de armas israelíes (6) y los países del cono sur de Latinoamérica siguen siendo un destino escogido para el turismo masivo de soldados israelíes financiado por Tel Aviv.
Durante las estancias terapéuticas destinadas a aliviarlos del estrés que les provoca la ocupación de Palestina, los grupos de reclutas israelíes encabezados por oficiales (7) recorren los lugares de mayores bellezas paisajísticas. En la Patagonia chilena el ejército israelí dispone de hoteles reservados que les permiten visitar el parque nacional Torres del Paine, declarado Reserva de la Biósfera por la UNESCO en 1978.El número de soldados que visitan simultáneamente la Patagonia supera, a veces, los diez mil (8).
Desde 2011 los incidentes provocados por estos “ turistas ” de carácter muy especial se han multiplicado hasta ocasionar graves daños.
En diciembre de 2011 un israelí provocó un incendio en este santuario de la naturaleza quemando papel higiénico bajo unos arbustos, técnica rodeada de pirómanos, que provocó la destrucción de más 15.999 hectáreas (9). El culpable fue defendido por la comunidad y por el lobby judío en Chile y aunque considerado culpable fue eximido de prisión a pesar de que la ley prevé cinco años de cárcel para ese tipo de delitos. Tampoco fue condenado a pagar ni un peso al Estado chileno (10), aunque los daños fueron equivalentes a unos 3.500 millones de dólares (11).
En diciembre de 2012 el organismo estatal chileno responsable de administrar los bosques y las zonas protegidas, la Corporación Nacional de los Bosques (CONAF), con la ayuda de la policía expulsó a un grupo de cuatro “ turistas ” israelíes que se habían apropiado y habían ocupado la cabaña destinada a todos los visitantes poniendo en peligro la seguridad no solo de los demás turistas, sino también la del propio parque (12).
En enero de 2014 cuatro soldados israelíes sorprendidos en el momento en que intentaban quemar unos papeles dentro de la reserva del Paine, trataron de huir cuando fueron descubiertos (13). Esta actitud arrogante y ese comportamiento hostil, están haciendo desaparecer poco a poco tanto en Chile como en Argentina la calidez de su acogida, tan propia de los latinoamericanos, con sus huéspedes (14).
Luego de que los chilenos señalaran la suficiencia de los soldados israelíes en la Patagonia (15), la comunidad judía chilena se ha quejado de antisemitismo (16). No es inútil recordar que un tercio de la comunidad cultural judía (entre 5.000 y 8.000 personas) abandonaron el país cuando en 1970 fue elegido el presidente Allende, para radicarse en Israel y en Sudáfrica, cuya comunidad judía apoyaba ampliamente a Israel (17). Esas personas regresaron al país durante el régimen de Pinochet al que apoyaron con entusiasmo (18). Hoy esa comunidad, según el embajador israelí en Santiago, acusa al Gobierno chileno de “ amigo de Hamás ” y de querer “ importar el conflicto de Medio Oriente a Chile ” (19).
En Bolivia los conductores de los autobuses turísticos opinan unánimemente que los soldados israelíes desplazándose en grupos, son “de lejos los clientes más desagradables ”. Se quejan de sus actitudes ultrajantes y contrarias a la moral. Como el exhibirse y pavonearse desnudos ante todo el mundo en el salar de Uyuni. Los oficiales explican que los soldados necesitan hacerlo para curar el estrés.
En La Paz, Bolivia, vivimos una anécdota reveladora. En los meses de febrero y marzo el carnaval está a pleno y los bolivianos, sobre todo los jóvenes, se divierten echándose agua y espuma con esprays. Los reclutas israelíes participan en el juego, pero con una actitud que nada tiene que ver con la diversión. Hemos visto a algunos grupos atacar a niños como en operativos de escuadrones militares. Pero nunca actúan así entre ellos, solo contra los jóvenes bolivianos. Cuando les preguntamos si eran soldados no respondieron. Pero cuando les dijimos que éramos partidarios de la liberación de Palestina fluyeron los insultos. Una mujer oficial se interpuso declarando que no querían problemas. Entonces, ¿por qué recurrir a groserías, como si fueran ignorantes, en lugar de abordar una discusión con argumentos? Les dijimos lo que pensábamos de sus comportamientos y entonces nos arrojaron petardos mientras se agrupaban como para repeler un ataque.
En verdad Evo Morales tiene razón en controlar el acceso a su país a las tropas que vienen de Israel pues parece que quieren comportarse en América Latina como lo hacen en los territorios ocupados de Palestina. Pero también por razones de seguridad interior, porque se sabe que donde hay tropas israelíes no está lejos el Mossad.
La evidencia de las estrechas relaciones entre el Mossad, la CIA y el fiscal argentino Nisman, encargado de investigar dos oscuros atentados contra la comunidad judía y recientemente “suicidado” en Buenos Aires, pone en evidencia que es mejor precaverse contra estos poderes astutos, perniciosos y desestabilizadores (20).

Notas:
(8) ver (4)

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