TeleSur/La Radio del Sur
El Gobierno De Estados Unidos ha apelado con éxito la resolución de
un tribunal que prohibía la detención indefinida de sospechosos sin la
necesidad de abrirles un proceso judicial, restaurando la polémica ley
que, incluso, contradice estatutos de la propia Constitución Nacional.
La restauración de esta ley permitiría que las autoridades del
gobierno de Barack Obama puedan detener a quienes consideren
sospechosos, incluso ciudadanos estadounidenses, y mantenerlos cautivos
sin juicio en las cárceles militares.
Esta metodología no es nueva, ya que tiene décadas aplicándose en la
tristemente célebre cárcel ubicada en la bahía de Guantánamo, en Cuba.
La disposición forma parte de la llamada Ley de Autorización de
Defensa Nacional (NDAA, por sus siglas en inglés), promulgada, en
primera instancia, por el presidente Obama en el año 2011.
De esta manera, dicha norma jurídica amplía aún más los poderes de
vigilancia de varias instituciones estadounidenses, permitiendo que las
fuerzas militares nacionales pueda apresar a cualquier persona
extranjera, combatiente o no, en cualquier lugar del mundo.
El especialista en Derecho Civil Ron Kuby declaró a la agencia iraní
Press TV que se trata de “otro golpe a las libertades civiles”,
insistiendo en que #otorga el Gobierno y sus fuerzas militares
demasiada autoridad”.
Por su parte, el juez de Distrito Katherine Forrest fue despedido la
semana pasada por su oposición al reglamento, pues declaró la norma
como inconstitucional, argumentando que viola las enmiendas primera y
quinta de la Carta Magna.
La administración Obama, sin embargo, apeló la sentencia, con el
alegato que dicha decisión judicial “ponía en peligro las operaciones
militares de EE.UU. en todo el mundo”.
En ese sentido, el juez de apelaciones Raymond Lohier acordó con el
Gobierno esta semana y finalmente levantó la prohibición, exponiendo
que los estadounidenses en el exterior son vulnerables a cualquier acto
terroristas.
Grupos internacionales de derechos humanos insisten en que más de
700 personas en todo el mundo han sido secuestradas por las autoridades
estadounidenses y transportadas a centros de detención en diferentes
naciones.
La práctica, a menudo referida como Rendition (interpretación),
atrajo la atención internacional con el especial caso de Khaled El
Masri, un ciudadano alemán que fue torturado en Afganistán durante
meses, antes de ser liberado en 2004, sin cargo alguno en su contra.
Varios expertos legales estadounidenses destacan, por su parte, que
incluso los ciudadanos estadounidenses ahora pueden enfrentarse a una
situación similar, sin importar dónde residan.
La lucha, sin embargo, está lejos de haber terminado , pues la
entrada en vigencia de esta ley sólo sería efectiva después del 28 de
septiembre, cuando el Gobierno estadounidense tendrá que defenderla
ante tres jueces en un panel de apelaciones.
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