Asunción, 18 sep (PL) El dirigente de la Coordinadora de Organizaciones
Campesinas e Indígenas de Paraguay, Luis Aguayo, ratificó la
movilización nacional contra el uso de semillas transgénicas en la
agricultura y la multinacional Monsanto que las trae al país.
En declaraciones a Prensa Latina, Aguayo responsabilizó al gobierno de
Federico Franco, designado presidente de la República por el Congreso
tras el golpe parlamentario que destituyó al mandatario Fernando Lugo,
de comprometer la soberanía alimentaria al pactar con la Monsanto.
Aguayo participó en las deliberaciones del evento que acaba de culminar
en el marco de la Semana de la Semilla, destinada a impulsar la lucha
contra la ofensiva de la transnacional estadounidense, apoyada por
Franco, para la introducción masiva de sus semillas y agrotóxicos.
En esta difícil coyuntura en la cual nos ha colocado el gobierno
golpista, las organizaciones campesinas e indígenas se unen en la
defensa de la semilla nacional y nativa para evitar la caída de los
agricultores más humildes en manos de los grandes agroexportadores,
planteó.
Manifestó más adelante que no se trata solamente de
una semilla, sino de todo un paquete tecnológico producido por la
Monsanto, en el cual los herbicidas y agrotóxicos a aplicar a la
siembra propuesta representan un serio peligro para el medio ambiente y
la salud de los agricultores.
Las organizaciones agrupadas en
la Coordinadora prepararon un sólido informe con todos los elementos
técnicos y científicos conseguidos que demuestran lo anterior, como
contrapartida a la propaganda gubernamental dirigida a confundir sobre
el tema.
Explicó que la ruptura del proceso democrático
paraguayo facilitó la decisión del gobierno surgido de ese episodio de
aliarse a multinacionales foráneas, tanto en el caso de la Monsanto
como en el de la canadiense Río Tinto, que busca apoderarse de la
energía producida por Paraguay.
Monsanto atropella y agrede a
nuestros campesinos e indígenas y respondemos con una movilización
permanente en defensa de sus derechos humanos, sociales y económicos,
concluyó.
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