Pedro Echeverría V.
1. La imposición de Enrique Peña Nieto en la Presidencia de la República por Televisa –el monopolio más poderoso de la televisión en América Latina- es una brutal agresión a los mexicanos. Si se cuentan los votos de las casillas electorales favorecen sin duda a Peña Nieto (de la misma forma que durante la dictadura de 35 años de Porfirio Díaz y la dictadura de 70 años del PRI, los votos en las urnas legalizaban sus triunfos); sin embargo esos votos estuvieron llenos de mugre, de mentiras, de manipulación y sangre; y esto es lo más importante.
2. ¿Cómo no apoyar entonces los absolutamente justos reclamos y protestas del movimiento estudiantil “Yo soy 132” y de Andrés Manuel López Obrador al denunciar e impugnar el fraude en todo el proceso electoral? Desde que se inicia el proceso con la dilapidación de miles de millones de pesos, la parcialidad total de los medios y la compra de votos, hasta que concluye con todas las trampas electorales, no se puede hablar de limpieza, neutralidad o equidad. La única salida es la movilización porque ahora más que nunca las instituciones valen un carajo.
3. Ni con Porfirio Díaz, ni en los primeros 60 años de priísmo hubo una oposición fuerte, seria; fue el gobierno el que se encargó de manipular al pueblo con regalos, promesas, amenazas, así como de subsidiar a los opositores. ¿Por quien creen que votaban los electores si la llamada oposición era desconocida y casi inexistente? Si se hubiesen contado los votos (fuera de algunas excepciones) se hubiera visto que el 90 por ciento de los votos favorecían al general Díaz y al PRI. Los electores no tenían más alternativa que votar por el poder.
4. En las elecciones de 2006 fue correcta la petición de un nuevo conteo de votos ante el despojo a López Obrador porque los datos demostraban que la elección fue pareja; pero hoy –con la habilidad priísta de años- se regresa nuevamente a la seguridad de que las urnas son mayoritariamente de boletas del PRI porque ellos hacen muy poco fraude en las urnas; realmente tienen poca necesidad porque antes compran votos y entregaron millones de pesos a los medios y controlan a los funcionarios. Así que parece una tontería hablar de fraude el día de las elecciones.
5. El fraude en todo el proceso es muy claro y evidente; parece que lo comprende la opinión pública porque no es imbécil. Pero pensar que alguna autoridad del gobierno o del Estado –sumisa a la legalidad institucional- la va a reconocer es una tontería. Hay que salir a la calle pero no para exigir el conteo de votos, sino para denunciar el fraude electoral en general, la situación de bancarrota del país, el desempleo, el hambre, las más de 60 mil muertes, la inseguridad, exigir el fin del monopolio televisivo y la corrupción rampante.
6. ¿Cómo permitir que Peña Nieto ya desde sus primeras declaraciones amenace a los mexicanos –como lo ha hecho Felipe Calderón- con imponer las llamadas “reformas estructurales” que no son otra cosa que la mayor privatización de PEMEX, de la electricidad, la reforma a la ley del Trabajo, la reforma fiscal y otras medidas en beneficio del capital privado y extranjero? Ahora más que nunca necesitamos al Yo soy 132 y a López Obrador para encabezar los movimientos de masas que salven a México y sacudan a la “izquierda radical”.
7. Los compañeros estudiantes de Soy 132 han construido su campamento –como un símbolo de sus luchas- bajo el Monumento de la Revolución. Allí acuden cientos de compañeros a hacer guardias, descansar en sus catres, comer de lo poco que cocinan y coordinar las acciones. El ejército y la policía política de Calderón y Peña Nieto los tienen siempre vigilados y están en espera de cualquier orden para reprimirlos y disolverlos siempre bajo cualquier argumento inventado. En aquel lugar no hay droga, ni armas, ni nada que dé pretexto para ser reprimidos.
8. No debemos olvidar que los jóvenes están luchando por la justicia y la libertad en México; han denunciado –y lo siguen haciendo- la suciedad electoral y toda la manipulación televisiva; por eso hecho se han ganado el cariño de los mexicanos provocando que Calderón y Peña Nieto busquen dividirlos y calumniarlos. El pueblo mexicano, particularmente los lópezobradoristas, deben cuidarlos porque luchan con la mayor limpieza por México. ¿Cuántas cosas podrán inventarles los gobiernos fascista para tratar de frenar su movimiento?
9. Los gobiernos panista de Vicente Fox y Calderón fueron igual o más corruptos que los del PRI; pero demostraron cierta debilidad o incapacidad que permitió mejores condiciones para luchar en las calles y protestar en las plazas. El PRI es más demagogo, posee más fuerza y mejor estrategia para reprimir más a los luchadores sociales; por ese motivo hay que cuidarse más. Peña Nieto, al ser un simple muñeco de Televisa y anunciar cuales serán sus primeras medidas, está poniendo la muestra de que estará al servicio de los grandes empresarios mexicanos y extranjeros.
10. El tiempo que le queda a Calderón (cinco meses) lo dedicará al saqueo del país, junto a familiares y socios. Tanto él como la familia de Fox, al reconocer a Peña Nieto como presidente electo, aseguran que no los castigarán por robar del presupuestos público ni por hacer gigantescos negocios. Peña Nieto tapará a sus amigos panistas. Por ello la lucha de los partidarios de López Obrador y la de los estudiantes de Yo soy 132 no puede descansar. Otra vez los priístas, panistas, medios de información, empresarios y clero han encontrado la unidad en el presidente electo. (3/VII/12)
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