Traducido por Silvia Arana para Rebelión |
Introducción Uno de los sucesos de mayor significado político en la historia reciente de EE.UU. ha sido el avance del estado policial y la ausencia de prácticamente cualquier tipo de oposición. A pesar del amplio incremento de los poderes policiales de la rama ejecutiva del gobierno, del extraordinario crecimiento de una panoplia de agencias represivas con cientos de miles de empleados, enormes presupuestos públicos y secretos y una vasta gama de vigilancia policial, incluyendo el monitoreo de más de 40 millones de ciudadanos y residentes de EE.UU., no ha surgido un movimiento de masas democrático que confronte al poder y sus prerrogativas, y proteste contra el accionar del estado policial.
A principios de la década del 50, cuando junto a las purgas macartistas , se implementaron restricciones a la libertad de expresión, juramentos obligados e investigaciones tipo "caza de brujas" llevadas adelante por el Congreso contra funcionarios, figuras culturales, intelectuales, académicos y sindicalistas, estas medidas provocaron un amplio debate público y protestas , e incluso resistencia institucional. Hacia fines de la década del 50, hubo protestas masivas en las audiencias públicas del Comité de Actividades Antiestadounidense ( House Un-American Activities Committee -HUAC) en San Francisco (1960) y en otras partes . Surgieron importantes movimientos por los derechos civiles en oposición a la segregación racial del Sur, a la complicidad del gobierno federal y los escuadrones de la muerte de los terroristas raciales del Ku Klux KLAN (KKK). El movimiento por la libertad de expresión de Berkeley (1964) fue la chispa a partir de la cual surgieron demostraciones masivas en todo el país contra los gobiernos autoritarios de las universidades.
Los movimientos de masas en defensa de los derechos civiles y de las libertades democráticas se opusieron al estado policial incubado durante los primeros años de la Guerra Fría.
Un factor clave para entender el surgimiento de los movimientos de masas por las libertades democráticas fue la fusión con amplios movimientos sociales y culturales: las libertades democráticas conectadas a l a lucha por la igualdad racial. L a libertad de expresión era nec esaria para organizar el movimie nto de masas contra las guerras imperiales de EE.UU. en Indochina y la rampante segregación racial; para acabar con la "caza de brujas" llevada adelante por el Congreso y las purgas, esto abrió la esfera cultural a nuevas voces críticas y revitalizó a los sindicatos y las asociaciones profesionales.
Todo esto t uvo una importancia cr ucial en la defensa de los arduamente ganados derechos y avances sociales de los trabajadores.
Frente a la oposición masiva, muchas de las tácticas públicas del estado policial de la década del 50, se hicieron encubiertas; la violencia policial selectiva aplicada contra individuos reemplazó a las purgas masivas. Los movimientos populares prodemocráticos fortalecieron a la sociedad civil y las audiencias públicas expusieron y debilitaron el aparato del estado policial pero no lo destruyeron. Sin embargo, desde principios de los 80 hasta el presente, especialmente en los últimos 20 años, el estado policial ha experimentado un crecimiento drástico, penetrando todos los aspectos de la sociedad civil sin una oposición de masas sostenida, ni siquiera esporádica.
La pregunta es : ¿Por qué el estado policial ha crecido, e incluso sobrepasado los límites de los periodos de represión previos, y no ha provocado hasta la fecha ninguna oposición de masas sostenida? Esto marca un contraste con los movimientos prodemocráticos amplios de mediados-fines del siglo XX. La existencia de un aparato del estado policial masivo y en expansión está más allá de cualquier duda: solo hay que mirar los récords de personal (tantos de las agencias públicas como de los contratistas privados), los enormes presupuestos y la gama de agencias involucradas en el espionaje interno de decenas de millones de ciudadanos y residentes de EE.UU. El alcance y la profundidad de las medidas tomadas por el estado policial incluyen detenciones arbitraria s, interrogatorios , emboscadas y confección de listas negras con cientos de miles de ciudadanos. Mediante órdenes presidenciales ( fiats ) se estableció el contexto para el asesinato de ciudadanos y residentes de EE.UU., y el establecimiento de tribunales militares y campos de detención y apropiaci ones de propiedad privada.
A pesar de estas graves violaciones del orden constitucional y la continúa erosión de las libertades democráticas, no hubo movimientos masivos contra la "seguridad nacional", ni movimientos por la libertad de expresión en las universidades. Solo se escuchan las voces aisladas y valientes de los activistas y organizaciones especializadas en las libertades civiles y en defensa de las garantías constitucionales , quienes protestan y llevan ade lante juicios legales contra los abuso s , pero que carecen de un amplio apoyo de masas, y que además no reciben ningún tipo de cobertura por parte de los medios.
Para referirnos a este tema de la inactividad de las masas ante el avance el estado policial, vamos a tratar el tema desde dos perspectivas.
Vamos a describir cómo los organizadores y agentes han estructurado el estado policial y cómo han neutralizado las respuestas de las masas.
Luego analizaremos el "significado" de la ausencia de actividad, desplegando varias hipótesis sobre los motivos y actitudes subyacentes de la "masa pasiva" de ciudadanos.
Los círculos concéntricos del estado policial
Mientras el alcance potencial de las agencias del estado policial cubre a la totalidad de la población de EE.UU., de hecho opera sobre la base de "círculos concéntricos". El estado policial es percibido y experimentado por la población de EE.UU. según su grado de participación en la oposición crítica del estado policial. Mientras que el estado policial teóricamente afecta a todos, en la práctica opera mediante una serie de círculos concéntricos. El "grupo del núcleo " de aproximadamente varios millones de ciudadanos es el sector expuesto a la mayor persecución policial. Entre ellos se hallan los ciudadanos más activos y críticos, especialmente aquellos que la policía identifica como asociados religiosos y étnico s de los enemigos extranjeros declarados, de los críticos y de los supuestos "terroristas". Ellos incluyen a inmigrantes y ciudadanos originarios de Arabia Saudita, Persia, Pakistán, Afganistán y Somalia, al igual que estadounidenses convertidos a la religión islámica.
El control basado en el perfil étnico y religioso es rampante en todos los centros de transporte (aeropuertos, estaciones de buses y trenes y en las carreteras). Las mezquitas al igual que centros islámicos de caridad y otras instituciones están bajo constante vigilancia y son objeto de allanamientos, detenciones e incluso de asesinatos al estilo israelita.
El " segundo grupo del núcleo " , blanco de ataque del estado policial, incluye afroamericanos, h ispanos y activistas por los derechos de los inmigrantes ( algunos millones de personas). Contra e llos se realizan redadas arbitrarias masivas y detenciones por tiempo ilimitado sin juicios al igual que deportaciones masivas e indiscriminadas. continúa aquí.....
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