El párroco de una de las iglesias de Juliaca, a mil 286 kilómetros al sureste de aquí, Luis Zambrano, al rechazar el intento de García de presentar las protestas ambientalistas como una movilización "casi militar" y una forma de presión sobre el presidente electo, Ollanta Humala.
El religioso desestimó el alegato presidencial de que reservistas del ejército obligaron a pobladores de la provincia de Azángaro a tomar el aeropuerto de Juliaca, ante lo cual tuvo que actuar la policía, que disparó con un saldo de seis muertos.
Tales argumentos constituyen, en opinión del sacerdote,
"una excusa para no asumir su responsabilidad, pero creo que con el tiempo las tendrá que asumir", lo que alude a un posible enjuiciamiento alentado por diversos sectores.
Los críticos, de diversas tendencias, del mandatario consideran que su gobierno es responsable de la tragedia por no haber dado a tiempo las soluciones al conflicto de Azángaro, que solo dispuso después de las muertes.
Admitió que hubo excesos y desmanes durante las protestas, en demanda de la descontaminación de un río afectado por residuos mineros, pero señaló que es exagerado decir que los campesinos fueron manipulados.
Entretanto, organizaciones sociales de la provincia de Lampa -parte de la región de Puno, en la que está Juliaca-, exigieron con un paro general de 48 horas mayores beneficios de la actividad minera y el retiro de dos empresas del rubro por contaminar el territorio
En la ciudad centroandina de Ayacucho estudiantes de la universidad estatal lugareña fueron reprimidos por la policía cuando protestaban por demandas académicas.
También la semana pasada murieron tres manifestantes durante protestas estudiantiles en la también centroandina ciudad de Huancavelica, durante disturbios en los que fue parcialmente incendiado el local del gobierno regional.
El presidente electo, Ollanta Humala, ha pedido al gobierno saliente que solucione los conflictos sociales y no le deje una situación explosiva cuando el líder nacionalista asuma funciones, el 28 de julio.
Humala descartó también que los conflictos tengan motivaciones meramente políticas y considera que expresan problemas sociales concretos que deben atenderse con el diálogo y la prevención.
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