Durante muchos años ese flagelo estuvo fuera de la agenda política de Brasil, afirmó la gobernante.
La dignataria acotó que superarlo es ahora una prioridad para su administración.
De los 16 millones de brasileños que viven en la pobreza extrema, 9,6 se encuentran en los estados del noreste, precisó.
Rousseff aseguró que no descansará hasta que los pobladores de esa área salgan de tal situación.
Para eso, urge la articulación de los gobiernos regionales y las familias con el Gobierno para poner en práctica el plan, puntualizó.
El pasado mes, la jefa de Estado presentó el plan Brasil sin Miseria, bajo el compromiso de sacar de la pobreza a 16 millones de personas en cuatro años, a través de una estrategia en la que el Estado asumirá un papel activo y una relación distinta con los más excluidos.
Consideró que el nuevo proyecto "renueva, amplía e integra" los programas sociales emprendidos por su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, los cuales ayudaron a sacar de la pobreza a 28 millones de personas entre 2003 y 2010.
"La lucha contra la pobreza es un deber del Estado y una tarea de todos los brasileños. No podemos olvidarnos que la crisis más desafiante, el mayor y más angustiante problema de este país es tener la pobreza crónica instalada", dijo entonces.
La región noreste comprende los estados de Alagoas, Bahía, Ceará, Maranhão, Paraíba, Piauí, Pernambuco (incluyendo el Distrito Estatal de Fernando de Noronha), Río Grande del Norte y Sergipe.
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