Ecuador insiste en generar cambios en la Organización de Estados Americanos (OEA), para beneficiar a los países de América Latina.
El representante permanente de Ecuador ante la OEA, Marco Albuja, formuló estas declaraciones el martes, tras presentar sus cartas credenciales en la sede de la organización en Washington (capital estadounidense).
La información fue dada a conocer a través de un comunicado divulgado por la Cancillería ecuatoriana, en el cual Albuja manifiesta que llegó a la OEA con instrucciones precisas de su presidente, Rafael Correa, de proponer y hacer todo lo posible para transformar esa estructura, con el objetivo de que responda a los intereses de todos los países de América.
Según el funcionario andino, Ecuador quiere una organización eficiente y eficaz, que evolucione junto con las realidades sociales y sirva para el progreso de los pueblos.
“Pero debo recordar que sobre la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aún quedan varios temas de fondo que deben ser resueltos por los países”, agregó además.
Entre ellos, enumeró la universalidad del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, el cambio de ubicación de la sede de la comisión y un Código de Conducta para los comisionados y relatores. Asimismo, elevar a todas las relatorías a categoría de especiales, que cuenten con su debido financiamiento, añadió.
En un encuentro a finales de noviembre en la capitalina ciudad de Quito, el presidente Correa plateó al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, sus propuestas para reformar el organismo, al que calificó de "instrumento" de Estados Unidos.
Por su parte, Insulza reconoció que la organización "tiene muchos problemas (...) Los tiempos han pasado en que la OEA era de un solo Estado y, hoy día, es de todos, y todos tienen opiniones distintas, lo que hace más difícil hacer las cosas muchas veces", afirmó el secretario general.
Por ello, en la agenda de Albuja en la OEA, deberá constar este tema que se ha convertido en política de Estado desde 2011, cuando inició la propuesta de reformar el Sistema Interamericano.
Así, el nuevo Embajador tendrá que buscar un punto de equilibrio entre el aporte originado por su trabajo para mejorar al organismo regional y la opción de las denuncias de Ecuador a la entidad.
me/ybm
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