Contra el proyecto de la emancipación de la Patria Grande:
Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento Por el patio trasero 19/02/2019 |
Todo
lo que es revolucionario, lo que enseña, lo que trata de guiar, lleno
de luz y de conciencia, de claridad y de belleza, a los hombres y a los
pueblos a mejores destinos, hacia más altas cumbres del pensamiento, de
la vida y de la justicia, encuentra la reprobación más encarnizada del
imperialismo.
Fidel Castro Ruz
El
gobierno guatemalteco, encabezado por el presidente Jimmy Morales,
(2016-2019), ha modificado sustancialmente su política exterior que
durante las últimas décadas se caracterizaba por un respaldo a los
procesos de integración, el multilateralismo y respeto a la soberanía y
no intervención en los asuntos internos de otros países. Hoy participa
activamente en el Grupo de Lima y su política de agresión e intervención
contra la República Bolivariana de Venezuela, estrechó su histórica
alianza con el Estado terrorista de Israel acatando la orden de
trasladar su embajada a Jerusalén en una franca violación al derecho
internacional y derecho del pueblo palestino, ha amenazado con la
expulsión del cuerpo diplomático de aquellos países quienes han
cooperado en materia de derechos humanos (DDHH) y derechos de los
pueblos originarios; ha expulsado del país al Comisionado Iván Velásquez
de la Comisión Internacional Contra la Impunidad de Guatemala (CICIG), y
a su equipo de trabajo integrado por expertos internacionales, se ha
enfrentado directamente al Secretario General de la ONU, Antonio
Gutiérrez, violando cualquier norma básica de comportamiento
diplomático. Algunos personajes allegados al gobierno libran una guerra
discursiva contra las instancias internacionales en materia de DDHH, la
ONU y hasta han advertido la posible expulsión del país del PNUD y otras
agencias de las Naciones Unidas.
La
actuación del gobierno guatemalteco ha encendido las alarmas de la
comunidad internacional, quien con profunda preocupación constata el
incremento en las violaciones de DDHH, intensas campañas de difamación y
amenazas contra defensores de derechos humanos, el incremento de
asesinatos de luchadores/as sociales, una sistemática agresión contra
operadores de justicia comprometidos con la lucha en contra de la
corrupción e impunidad, la recuperación del control de las fuerzas de
seguridad por parte de grupos vinculados al crimen organizado, la
corrupción y el narcotráfico, así como las iniciativas de leyes
regresivas en materia de derechos, incluyendo una iniciativa de amnistía
total que busca la libertad de los exmilitares condenados por genocidio
y delitos contra la humanidad cometidos durante la guerra.
Hay
quienes afirman que los retrocesos actuales obedecen a acuerdos
políticos entre quienes han sido señalados por parte de la CICIG de
integrar redes económicas-políticas ilícitas, que de manera sistemática
han saqueado al Estado de Guatemala, lo que conllevó a la captura de
empresarios, militares, exmilitares, integrantes de partidos políticos y
funcionarios políticos, incluyendo a familiares del actual presidente
de la República, acusados por supuestos actos de corrupción. La
actuación de la CICIG/MP desnudó indudablemente las históricas y
actuales modalidades del saqueo, de la corrupción y la forma como el
capital mafia cooptó al Estado.
Pero
los sucesos actuales no se pueden explicar solamente a partir de los
éxitos de la CICIG. En el año 2011, se tuvo conocimiento que grupos
provenientes de exmilitares, familiares de los acusados por crímenes de
lesa humanidad y masivas violaciones a los DDHH ocurridos durante la
guerra, de manera coordinada con otros personajes de la ultraderecha
nacional y con el apoyo de aliados internacionales de esta misma
corriente ideológica, acuerdan implementar un repertorio diverso de
acciones para recuperar poder e influencia en los tres organismos del
Estado, intensificar su campaña y accionar para debilitar las luchas
populares, evitar la emergencia de una fuerza política democrática
progresista y ponerle coto a las demandas y juicios contra miembros de
las fuerzas armadas por hechos ocurridos durante la guerra.
Esta
rearticulación estratégica ha contado con el respaldo de fuerzas
políticas ultraconservadores y anticomunistas muy activos en el
subcontinente tras las sucesivas victorias electorales de fuerzas
socio-políticas de izquierda, que comenzaron paulatinamente a gobernar
la mayoría de los países del subcontinente a partir del año 1999.
La
victoria electoral del Partido Patriota, encabezado por el ex general
Otto Pérez Molina, quien asumió la gestión gubernamental en el año 2012,
potenció la estrategia acordada en el 2011. Durante los años
siguientes, se pudo constatar: a) un incremento de la represión y
remilitarización de los territorios; b) la ubicación de exmilitares en
puestos claves de la institucionalidad estatal; c) la reactivación del
discurso anticomunista, ultraconservador que reprodujo la campaña de
difamación contra los gobiernos progresistas de América Latina y se
enseñaba en contra de la República Bolivariana de Venezuela, sobre todo
en las redes sociales y medios locales afines ;d) el incremento de la
criminalización de la protesta social en contra de los activistas y
defensores de derechos humanos; e) se comienza a presionar a integrantes
de los cuerpos diplomáticos comprometidos con temas de DDHH; f) se
potenciaron las redes político-electorales ilícitas y saqueo de los
fondos estatales por parte de mafias y grupos criminales.
Esta
estrategia sufre un retroceso en el 2015, cuando el binomio Pérez
Molina/Baldetti tuvo que renunciar por acusaciones vertidas en su contra
por parte de la CICIG/MP. Ambos fueron ligados a proceso y están
encarcelados en la actualidad.
Con
la victoria electoral del partido FCN, estos mismos grupos recuperan el
poder, encontrando un nuevo aliado en el régimen de Trump, con quien
coinciden ideológicamente en la política exterior en materia de DDHH, su
posicionamiento frente a la ONU y el atávico odio a los gobiernos de
izquierda y revolucionarios. La alianza con el eje sionista no es
sorprendente, tomando en consideración el estrecho vínculo de los
militares y exmilitares con Israel, desde los tiempos de la guerra, y el
soporte que brinda en materia de seguridad e inteligencia y la alianza
de éstos con los evangélicos fundamentalistas.
Las
elecciones generales que se realizarán en junio de este año
incrementarán la tensión y crisis política, así como las contradicciones
entre los grupos que controlan el ejecutivo. La política exterior
norteamericana hacia Guatemala oscilará de una manera esquizofrénica
entre quienes apoyan a candidatos con similar posicionamiento al
gobierno actual y quienes apuestan a figuras que puedan relegitimar el
sistema político y jurídico existente. Sean los demócratas o
republicanas, la presión para que Guatemala se mantenga en el eje
golpista contra Venezuela se mantendrá.
La
izquierda entra a este proceso profundamente dividida, con cuatro
partidos y candidatos presidenciales diferentes. Thelma Aldana, exfiscal
que recibió un importante reconocimiento por su trabajo con la CICIG en
la lucha contra de la corrupción, se postulará como candidata
presidencial. Según encuestas preliminares, tendría altas posibilidades
de ganar las elecciones. En un twitter publicado el 12 de febrero 2019,
afirmó su apoyo al autoproclamado fantoche del imperio, aunque éste le
generó múltiples críticas.
De
cara a la amenaza de intervención o posible agresión contra la
República Bolivariana de Venezuela, la región centroamericana a nivel
gubernamental parece inclinarse hacia la política exterior
norteamericana, con excepción de Nicaragua. El mover el posicionamiento
de la región hacia una posición de neutralidad o en apoyo a la promovida
por México y Uruguay constituye una tarea política ineludible para las
fuerzas democráticas, de izquierda, pueblos y movimientos sociales de la
región. La batalla por el futuro de la patria grande se juega hoy en la
República Bolivariana de Venezuela y no hay cabida ni para el
pragmatismo político, ni el silencio ante semejante amenaza que tendrá
nefastas consecuencias para nuestros pueblos.
Simona Violetta Yagenova es investigadora/profesora universitaria, integrante de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad.
Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento Por el patio trasero 19/02/2019 |
https://www.alainet.org/es/articulo/198334
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