En la mitología griega,
se narra de la existencia de un perro fiero con tres cabezas y cola de
serpiente, mascota fiel de Hades (dios del inframundo). La función de
Cancerbero era preservar la hegemonía del Imperio de la muerte, y
castigar letalmente a todo aquel que se atreviese a desafiar la voluntad
de Hades en el inframundo, y liberar a sus prisioneros.
América
Latina y el resto del mundo padecen una cruenta guerra desigual entre el
Imperio de la Muerte (EEUU) y la civilización de la Vida (emergente
desde los pueblos plebeyos insurgentes del Sur). En la actualidad, dicha
contienda descomunal se concentra en Venezuela, y cobra ribetes
mitológicos por la gallardía y la vocación de Libertad de este pueblo,
frente a un herido Imperio desesperado por la riqueza ajena.
Para
librar dicha contienda desigual, en 2017, el Imperio de la Muerte creó y
domesticó una entidad denominada Grupo de Lima (conformado por 14
gobiernos del Continente americano) para derrocar el proyecto libertario
venezolano, y convertirlo en un país pordiosero como son Guatemala,
Honduras, Paraguay… (países made in USA). Para entonces, la OEA ya había
sido derrotada en reiteradas oportunidades por la gallardía y dignidad
venezolana.
Lo más vergonzoso de este nuevo Cancerbero es que
está conformado nada menos que por impresentables y repudiados sujetos
que fungen como gobernantes en sus respectivos países como es el caso
Jimmy Morales (Guatemala), Juan Orlando Hernández (Honduras), Iván Duque
(Colombia), Mauricio Macri (Argentina), Jair Bolsonaro (Brasil), y
otros. Gobernantes con rosarios de denuncias de corrupción, incapaces de
resolver problemas estructurales de miseria y violencia en sus
respectivos países. ¿Con qué autoridad moral podría exigir Colombia,
Honduras o Guatemala “democracia” a Venezuela?
En la mitología
griega, el Cancerbero de Hades fue derrotado, en dos oportunidades, por
Heracles y Orfeo (con miel y música). Del mismo modo, el actual
Cancerbero americano de 14 cabezas también será derrotado una y otra vez
por la dignidad, la vocación y la razón libertaria latinoamericana que
ya no está dispuesta a soportar la hegemonía de la oscuridad de la
muerte y de la ignorancia impuesta por el Gobierno norteamericano.
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