“Damas y caballeros: estos son mis principios. Si no les gustan tengo otros”.
Groucho Marx
Concluyó
el XXXI congreso ideológico del Partido Socialista. Tuvo poco de
ideológico y mucho de tanteo de fuerzas para la próxima elección de
directiva, el 26 de mayo.
Como suele ocurrir en sus
periodos de abstinencia burocrática, el PS se inclina una vez más a la
izquierda. Plantea una nueva Constitución vía Asamblea Constituyente y
se propone “derrotar la desigualdad, profundizar la democracia e
impulsar un nuevo modelo de desarrollo inclusivo”, según su presidente
Álvaro Elizalde. Todo esto con el propósito de reagrupar a la ex Nueva
Mayoría y sumar al Frente Amplio.
¡Cómo quisiéramos creer
que el PS retorna a los principios de una política de izquierda! Sin
embargo, es imposible. El PS ha co-gobernado el país más de un cuarto de
siglo y no ha movido un dedo para avanzar hacia los objetivos que
vuelve a rescata de su almacén programático.
El PS del
siglo XXI no es ni la sombra del partido de ideólogos y políticos de la
talla de Eugenio González, Julio César Jobet, Belarmino Elgueta,
Alejandro Chelén Rojas, Salomón Corbalán, Clodomiro Almeyda, Raúl
Ampuero, Carlos Altamirano, Pedro Vuskovic y Salvador Allende, el
principal entre sus pares.
El PS ha dilapidado -en aras del neoliberalismo- el caudal ideológico,
político y social que había acumulado en el siglo pasado.
Nadie
se explica por qué continúa utilizando el apellido Socialista cuando
desde 1990 su tarea como instrumento político ha consistido en remozar y
maquillar el capitalismo, compartiendo esa labor -cubierta de elogios
por la gran burguesía- con otros sectores social demócratas y demócrata
cristianos.
A punto de cumplir 86 años el PS carece de la
honorabilidad política basada en lealtad a los principios para honrar su
pacto original con los trabajadores. Desde luego el PS ha dejado de ser
marxista. Abandonó su defensa ardiente de los principio de no
intervención y de autodeterminación de los pueblos para contener los
desmanes del imperialismo en América Latina y el Caribe. Junto con el
PPD y el PR apoya la extorsión imperialista a la soberanía de Venezuela
de la Internacional Socialdemócrata.
El PS carga con
varios bacalaos políticos -entre ellos algunos socios del
neoliberalismo, los rescatistas de Pinochet preso en Londres, los
beneficiarios de platas negras de SQM, etc.-
La
influencia de esos condotieros de la política y las finanzas ha
desestibado la carga ideológica del PS introduciendo en su práctica el
doble estándar que le lleva a proclamar principios que en la práctica no
acata.
Lo que hoy sucede en el PS -el partido del
Presidente Allende- es una desgracia para el pueblo trabajador que
necesita de una Izquierda anticapitalista a la cabeza de sus luchas. La
Izquierda casi ha desaparecido en Chile, entre otras razones por la
actividad destructiva de la ideología que ha cumplido la oligarquía
política en el PS y otros partidos.
Desde luego, recuperar
a los sectores sociales y políticos cuyo rol histórico está en una
Izquierda leal al pueblo y armada con una alternativa de poder que
convoque a la mayoría, incluyendo a las FF.AA., es el camino que conduce
al futuro.
Enero, 2019
https://www.alainet.org/es/articulo/197828
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