M.H.: Mónica quisiera que nos presentes a Camille Chalmers.
M.R.: Es una tarea difícil porque es alguien con múltiples
actividades. En todo caso vamos a decir que es un referente para los
sectores populares de la comunidad haitiana. Es un profesor
universitario que ha dedicado su vida a trabajar con los luchadores
sociales, con los movimientos campesinos, estudiantiles, con el
movimiento obrero, en fin, con esa gama tan amplia de organizaciones
sociales que tiene Haití y que nosotros desconocemos tanto. Como las
víctimas del cólera, que es una organización poderosa, la organización
contra la minería, que también es muy poderosa. A ellos la minería los
afecta fuertemente, tienen un territorio muy pequeño y tienen muchísimas
minas de oro que significarían una amenaza de vida si empezaran otra
vez a explotarlas. Los gobiernos que EE UU y Canadá están presionando
fuertemente para ponerlas en actividad.
O sea que Camille
Chalmers es un activista político, revolucionario, que lucha por la
emancipación de Haití y de toda América Latina. Es un intelectual que ha
dedicado su vida a estudiar en profundidad la realidad para poder
transformarla, que también hace formación con los jóvenes, cosa
imprescindible para poder llevar adelante esos cambios. Me quedan muchas
cosas en el camino pero por ahí va.
M.H.: Están pasando cosas muy graves en tu país Camille, ha
habido una huelga general, ha habido 11 muertos, por lo menos esa es la
información que yo tengo brindada para mi sorpresa desde el lugar, por
otro gran compañero, Henry Boisrolin. Me gustaría empezar preguntándote
qué es lo que está pasando en este momento y cuáles son las razones que
han motivado la huelga general en Haití.
C.Ch.: En Haití estamos en un momento de gran movilización
popular y es un proceso que viene creciendo desde hace un año. Es una
movilización popular que empezó contra el Presupuesto del Presidente
Jovenel Moise, con muchos nuevos impuestos y con una distribución
totalmente irracional, a favor por supuesto de los grupos dominantes.
Esto desencadenó un proceso de movilización muy fuerte, prácticamente
nacional. Hubo un repunte de esa movilización en julio cuando el
gobierno decidió aumentar el precio del combustible. El 6, 7 y 8 de
julio hubo una respuesta masiva y contundente, gran parte del pueblo
salió a la calle, el país no funcionó durante 3 días y el gobierno tuvo
que retroceder y eliminar los aumentos.
Pero esto se dio en un
contexto en el que hace más de 2 años se hablaba de un expediente
bastante escandaloso que es la utilización de los fondos de Petrocaribe,
porque Haití firmó un acuerdo con Petrocaribe de Venezuela en 2006 y a
partir de 2008 empezó a recibir todos sus productos de hidrocarburos con
la posibilidad de pagar la mitad en un plazo de 25 años con una tasa de
interés del 1%. Lo que por supuesto son condiciones completamente
diferentes a las de la corporación capitalista.
Eso se hizo en
condiciones donde realmente el gobierno tenía un volumen de liquidez
importante y le permitiría invertir en sectores de infraestructura,
sociales, educación, salud pública, para atacar los numerosos déficit
que existen en el país.
Pero hace prácticamente 2 años, hay
informes particularmente de una comisión parlamentaria que ponen en
evidencia que se han dado procesos escandalosos de desvíos de fondos de
contratos que no se ejecutaron pero que fueron pagados, de gran parte de
la plata que fue canalizada hacia el exterior a través de empresas.
Realmente un escándalo enorme, alrededor de un monto de 3.800 millones
de dólares, que es una suma muy importante en relación a la dimensión de
la economía haitiana.
Así que hace más de dos años la
información se conoce, la indignación de la población crece y
prácticamente desde el mes de julio/agosto hay una consigna que moviliza
a todo el país que es “¿Dónde está la plata de Petrocaribe?”.
Muchos análisis muestran lo que se podría haber hecho con ese dinero. Se
saben las familias responsables desde el Estado y las empresas que
desviaron esos fondos hacia intereses personales y es evidente que este
gran volumen de plata no ha provocado ningún cambio visible a nivel de
las condiciones de vida del pueblo. Así que esto sirvió como base para
un proceso de movilización creciente.
Son jóvenes los que están
al frente de esa movilización y eso creció hasta llegar a la famosa
marcha del 17 de octubre cuando salieron millones de personas a la calle
exigiendo justicia, reparación y que devuelvan la plata robada. Pero lo
interesante es que esta movilización contra el robo de la plata de
Petrocaribe permite abrir un camino de cuestionamiento al sistema,
porque las familias involucradas en ese proceso de desvío son familias
de casi todos los sectores de la oligarquía y están implicadas también
empresas extranjeras responsables e importantes y los organismos
financieros internacionales.
Eso permite develar mecanismos del
funcionamiento del Estado haitiano, develar mecanismos de transición de
fondos del Estado a intereses privados y es una excelente oportunidad
para cuestionar al sistema y conducir esa movilización hacia una
movilización anti sistémica que exija cambios estructurales en el país.
La movilización del 17 de octubre sorprendió mucho a las clases
dominantes, que no esperaban una movilización de esa magnitud y se
repitió el 18 de noviembre con otra movilización que desembocó en una
huelga general de 3 días, lunes, martes y miércoles, donde la gente
decía que no iban a parar hasta la renuncia del Presidente. Es la
expresión de una crisis muy profunda que es una crisis de las
modalidades institucionales de gerencia de la crisis instalada por las
clases dominantes e imperialistas después de la caída de Jean Claude
Duvallier. Luego de su caída hubo procesos de movilización muy grandes.
M.R.: Estamos hablando de 1986.
C.Ch.: Una gran movilización popular en contra del FMI,
antiimperialista y las clases dominantes encontraron soluciones
institucionales para intentar frenar la crisis y desmovilizar el proceso
popular. Intentaron muchas cosas, pero las soluciones no están
funcionando y cada vez más los responsables electos, a nivel de la
presidencia y el Parlamento pierden credibilidad, la gente se da cuenta
de que son responsables, que están ahí no solamente para profundizar la
pobreza, profundizar el congelamiento del salario mínimo, profundizar la
crisis del desplome del poder de compra lo que lleva a una crisis de
legitimidad muy profunda que ya se expresó durante las últimas
elecciones presidenciales donde el Presidente actual de la república fue
electo con menos de 300.000 votos sobre una población votante de casi 8
millones de personas.
Así que estamos ante una crisis muy
profunda de legitimidad, donde la población está exigiendo otro tipo de
política económica y otro tipo de relación entre Estado y población. Es
una oportunidad muy interesante, a pesar de que la movilización actual
es una movilización ciudadana, de la población activa que todavía no
tiene una propuesta clara en términos de alternativa de salida. Hay
propuestas pero no hay un consenso alrededor de cómo salir del gobierno
de Jovenel Moise. Después del sublevamiento popular del 6 y 7 de julio
el gobierno decidió cambiar al Primer ministro.
M.R.: En julio, el primer día fue tal la movilización, que
no se la esperaban ni las organizaciones populares porque la salida de
la gente fue masiva y espontánea. Se dirigieron al órgano rector de los
precios y avisaron por la radio que se suspendía el aumento a la nafta
pero la gente no se retiró de las calles y empezó a reclamar la renuncia
del Presidente.
M.H.: Ha habido varias oleadas, la de julio, la de octubre y ahora una nueva en noviembre.
C.Ch.: Lo importante es que la de julio marca un salto
cualitativo y obtuvieron también victorias, porque el gobierno tuvo que
renunciar al aumento de los precios, cayó el Primer ministro y tuvieron
que retirar el presupuesto 2018/19 que tenía las mismas características
del presupuesto anterior.
Así que fueron 3 victorias muy
importantes donde la gente hizo experiencia de su fuerza y que la
movilización da resultados y que es una posibilidad de influir sobre
decisiones estratégicas. Así que tenemos un escenario nuevo en términos
de relación de fuerzas, el clan PHTK había obtenido cierto control
gracias a los medios masivos de comunicación y realmente había logrado
crear mucha confusión respecto de los sectores democráticos, pero esta
vez realmente perdieron la batalla de la opinión pública y la gente está
desenmascarando cada vez más las interrelaciones que existen entre el
imperialismo y esos gobernantes.
M.R.: El PHTK al que se refiere
es el partido que formó el ex presidente Martelli. Jovenel Moise es su
sucesor. A Martelli lo mostraban ayer huyendo en el aeropuerto hacia EE
UU.
La lucha actual se inscribe en todo un proceso histórico de refundación de la Nación haitiana
M.H.: Esta movilización se da en el marco del aniversario 215 de
la batalla de Vertiere ¿Por qué se elige este día para desarrollar esta
movilización y esta huelga general?
C.Ch.: Es un elemento muy interesante en ese proceso de
movilización, porque establece una relación entre las reivindicaciones
actuales con la historia, elementos y momentos significativos en la
fundación de Haití, en las victorias sobre el Imperio francés, la
victoria sobre el imperio esclavista y dicen que en ese momento
conquistaron una nueva independencia, lo que demuestra claramente el
carácter antiimperialista del movimiento.
Por eso la referencia
a Dessalines, a quien mataron el 17 de octubre de 1806, que fue uno de
los dirigentes del proceso revolucionario y fue asesinado por las clases
dominantes que querían apoderarse de las plantaciones dejadas por los
franceses. Así que es un símbolo muy importante de retomar esta lucha
contra todo tipo de control imperial y también de conectar esa lucha por
la justicia y contra la corrupción con un proceso de lucha de clase.
Así que es muy interesante esta relación que se hace entre esa
dimensión histórica y la situación actual. Y el hecho de que millones de
personas salgan a la calle ese día tiene un significado muy importante
que significa que esa no es una lucha coyuntural sino que se inscribe en
todo un proceso histórico de refundación de la Nación haitiana y de
cuestionamiento de ese tipo de gobierno que está dentro de un proyecto
de saqueo, sometimiento y de control oligárquico del Estado.
Esas dos fechas, 18 de octubre de 1806 que fue el asesinato de
Dessalines que marca una ruptura respecto del proceso de Independencia y
el 18 de noviembre que es la fecha del aniversario de la victoria
militar más importante frente a las tropas francesas en 1803 y que abre
el camino hacia la proclama de Independencia de Haití el 1º de enero de
1804.
M.H.: Me pareció interpretar en los titulares de los diarios haitianos de hoy algo así como “Dessalines vuelve”.
C.Ch.: Sí. Consignas como “Dessalines vuelve”,
“Revolución/Petrorevolución” haciendo un juego de palabras con
Petrocaribe y la revolución que tenemos que hacer. Y hay que notar que
en el transcurso de los últimos meses hay una creatividad popular
increíble, canciones, dibujos, afiches creados desde el pueblo en los
barrios populares, que denuncian la corrupción pero que también
representan reivindicaciones más de fondo.
M.H.: El próximo viernes 23 de noviembre vamos a presentar
“Independencia hispanoamericana y lucha de clases” un libro de un amigo y
compañero panameño, Olmedo Beluche, donde está incluso anunciada la
presencia de Camille, pero lamentablemente una obligación de último
momento, de las muchas que hay en estos días, entre ellas el Encuentro
de Clacso a donde te tienen “toyotizado” porque estás en varios lados y
hablando de diferentes cuestiones.
M.R.: Una de las cosas que omití al presentarlo es que
Camille es economista. Que integra el Comité por la abolición de la
deuda del Tercer Mundo (CADTM), de Jubileo Sur, del CEPLA
que es una organización de economistas de toda Latinoamérica que están
estudiando y cuestionando permanentemente el sistema. Es un político, un
luchador de la batalla de la calle y también un intelectual.
M.H.: A mí me llamó la atención porque han llegado varios amigos, pero de todos ellos Camille es el que más compromisos tiene.
C.Ch.: Lamento no poder estar en la presentación del libro.
M.H.: Y yo también porque has hecho una observación muy
pertinente respecto de esta edición, y de alguna manera queríamos
salvarlo en la presentación, y es que el libro no aborda en ninguno de
sus capítulos el tema de la independencia de Haití, que en realidad es
el primer país que se independizó de América y el primer país en el
mundo que suprimió la esclavitud.
M.R.: El único digamos.
C.Ch.: Sí. La referencia a la revolución haitiana me parece
pertinente por varias razones, porque es una revolución muy distinta a
los procesos de independencia de América Latina. Es una revolución que
tiene 4 características, fue una revolución anticolonial,
antiesclavista, anti racista y anti plantación, que es el modelo
económico colonialista de ese momento.
M.H.: Recordemos que Haití era la colonia más rica del imperio francés.
C.Ch.:
Tenía el 50% de la producción mundial de azúcar, se calcula que entre
el 35 y el 38% de la población francesa vivía de los ingresos generados
por los esclavos en Santo Domingo (antiguo nombre de Haití). Era una
pieza muy importante del dispositivo colonial. Pero esa revolución va
mucho más lejos que simplemente cortar o disminuir las relaciones de
dependencia con las metrópolis europeas, hacen una revolución social
donde cambian las relaciones de producción y las relaciones sociales.
Eso es muy importante, sobre todo cuando pensamos que Haití fue una
tierra de refugio para Bolívar, había mucha correspondencia entre
Miranda y Dessalines. Bolívar de hecho se quedó en Haití varios meses
para reestructurar la independencia del continente y regresó de Haití
con hombres, municiones, armas y barcos. Él escribe en sus memorias que
sin la contribución de esos combatientes haitianos hubiera sido
imposible vencer a España. Cuando sale de Haití, el presidente de esa
época le dice que lo único que le pide es que cuando logre liberar algún
país del yugo español la primera decisión que debía tomar era la
abolición de la esclavitud.
M.H.: Cosa que no cumple Bolívar.
C.Ch.: No pudo. Quiso, pero las relaciones de fuerza no
estaban a favor de eso. La esclavitud permaneció como mecanismo de
acumulación importante en casi todos los países, incluso fue legal en
Brasil hasta 1885.
M.H.: Y en nuestro propio país hubo libertad de vientres, para los hijos de los esclavos.
C.Ch.: Así que la revolución haitiana introduce cosas totalmente nuevas en la historia del mundo.
M.H.: Un dato no menor es que vence al ejército más poderoso de la época.
M.R.: El de Napoleón Bonaparte.
M.H.: Claro. Mandó a su cuñado al frente de un ejército veterano de las guerras europeas de 50.000 hombres.
C.Ch.: Y envía a sus más importantes estrategas.
M.R.: Eso ante una guerrilla de esclavos. La guerra dura 12 años.
C.Ch.: Es un evento muy importante en la historia del mundo y
que tuvo un impacto decisivo en los sucesos independentistas del
continente. Veo muy difícil hablar de ese período sin hablar de Haití y
de las características de la revolución haitiana. Para mí este silencio
ante la historia de Haití tiene un contenido de clase, es para
desarrollar un discurso sobre las independencias y la libertad sin
conectar ese discurso con las prácticas de explotación de clase que
siguen a pesar de esas independencias.
M.R.: Escuchaba a un francés hace unos días hablando de este
proceso de la revolución haitiana y cómo fue desaparecido por Francia.
Hay ciertos procesos que tuvieron que hacer desaparecer, primero de los
libros de historia, por eso la mayoría de nosotros no lo conocíamos
hasta que nuestros gobiernos participaron de la ocupación a través de la
ONU, con la Minustah. Por eso es tan importante que volvamos a colocar
la importancia en la historia y en el presente de Haití.
En
este instante es el país en el que hay mayores condiciones objetivas y
parte de las condiciones subjetivas revolucionarias del continente y el
Caribe, porque hay un proceso de toma de conciencia nacionalista de
querer terminar con la injerencia extranjera, de terminar con la
ocupación de la ONU, porque retiraron la Minustah, pero ahora sigue la
Minujusth que es una ocupación policial de la ONU. Y el pueblo haitiano
sale con esto, y cuando decimos que sale estamos hablando de una
población que ha sido víctima de una agresión muy feroz, que tiene en
este momento a un 80% de la población pasando por hambre y todo tipo de
carencias porque les faltan servicios básicos, permanecen con un Estado
que se limitó a darle servicios a una elite, siendo un país rico.
Hay una guerra contra los pueblos y los trabajadores
M.H.: Estamos viviendo un clima represivo en el marco del G20. Se
ha cometido un ataque a ATTAC Argentina y varios eventos más. Camille
vos sos miembro de esta agrupación y el jueves pasado participaste de la
conferencia de prensa que se hizo en el SERPAJ, ante la denuncia de
ATTAC Argentina y particularmente contra Beatriz Rajland, su Presidenta.
Me gustaría escuchar tu opinión al respecto.
C.Ch.: Estamos muy indignados por el proceso represivo de los
gobiernos de derecha en América Latina. En diciembre de 2017 estuve
aquí en la gran protesta contra la OMC y vivimos un proceso represivo
muy grave, donde prohibieron el ingreso al país de muchas organizaciones
y durante la manifestación también se produjeron represiones y
encarcelamientos.
Estamos denunciando eso, que es parte de una
nueva ola de ofensivas de los sectores oligárquicos de derecha y del
imperialismo contra los pueblos tratando de criminalizar la lucha del
pueblo y es muy importante que la República Argentina sepa esto y se
movilice en contra.
El enfrentamiento que se va a dar alrededor
del G20 es muy importante para todos nuestros pueblos y el pueblo
argentino ya está pagando el costo muy elevado con la aplicación de las
políticas del FMI. Así que todo lo que se ha hecho en torno a espionaje,
control telefónico, atemorizando a la gente es totalmente inaceptable,
tenemos que denunciarlo y pedir la solidaridad más amplia posible para
contrarrestar esta ola de represión.
M.H.: Otra de las organizaciones que ha sido objeto de espionaje
ha sido la Sociedad de Economía Crítica por parte de la Agencia Federal
de Inteligencia. Esto fue corroborado en la edición del pasado domingo 4
de noviembre del diario Perfil a través de una nota del
periodista Andrés Fidanza. Me imagino Mónica que en Uruguay se traerán
lo suyo, justamente habrá presencia militar extranjera con aviones en tu
país.
M.R.: Fue una sorpresa para todo el pueblo uruguayo y para
el propio sistema político, hubieron sectores del Frente Amplio que
discreparon y manifestaron públicamente su oposición a la presencia de
tropas norteamericanas en el país. Hubo dichos y entredichos del
Presidente al respecto de esto porque primero dijo que llegaban el 26 de
noviembre y se iban el 5 de diciembre; luego, cuando hubo una explosión
social de alarma ante esto, dijo públicamente que solo iban a ir por 48
horas pero luego elevan la Ley al Parlamento y efectivamente las tropas
y una serie de naves con tecnología de punta, de inteligencia, radares,
etc., iban a estar a partir del 26 de noviembre y varios días de
diciembre, luego de que el Presidente Trump hubiera dejado la Argentina,
con lo cual tampoco se justifica que vengan por tanto tiempo.
Pasó lo mismo cuando en 2005 vino Bush a Mar del Plata, llegaron aviones
y tropas a Montevideo y se quedaron por varios días y estuvieron
haciendo espionaje sobrevolando por todo el territorio y se retiraron
muchos días después. Ahora se repite la historia.
Con respecto a
la criminalización de la protesta no se diferencia a la de acá. Es más,
en torno a todo esto se está multiplicando la inversión en cámaras de
vigilancia a lo largo del país. Estamos en el término escandaloso de que
en el departamento de Maldonado, donde se sitúa Punta del Este, hoy en
día un balneario del jet set del mundo, el sistema de cámaras de control
lo pone directamente el Estado de Israel. No solo viene el Embajador y
aconseja una empresa sino que interviene el ministerio del Interior de
Israel en el control de esas cámaras. Una cosa increíble de violación de
la soberanía del país.
En este momento hay un intento de
proceso de naturalización de estas cosas, de violación de la soberanía y
hacer como que no pasa nada. No hay voces, porque el periodismo
uruguayo es muy distinto al argentino, es muy sometido, no es re
preguntador, no pone al personaje en situación de responder y sobre todo
ha sido muy funcional al gobierno del Frente Amplio.
M.H.: Aparte tenemos que mencionar que el pasado jueves 15 la
Policía Federal por orden del juez Ercolini realizó dos allanamientos,
uno en la calle Brasil al 1500 y otro en Murillo al 900. En el primero
funciona el Ateneo Anarquista de Constitución, que contiene una de las
bibliotecas tradicionales libertarias del país; y el otro allanamiento
en el barrio de Villa Crespo fue en un centro cultural conocido como La
Cultura del Barrio, que realiza actividades barriales solidarias, fue
clausurado y les secuestraron todas las computadoras. En el caso del
local de Constitución tuvieron que admitir que no se encontró nada
importante. Pero son algunos de los allanamientos que se estuvieron
haciendo, han detenido también a compañeros palestinos.
Les cedo los últimos minutos para el cierre.
C.Ch.: Creo que estamos en un momento bastante delicado en el
continente. Hay una guerra contra los pueblos y los trabajadores. Esta
guerra toma fórmulas cada vez más fascistas. Por ejemplo el discurso de
Bolsonaro. Es un momento muy importante para desenmascarar lo que se
llamó “el proceso de democratización del continente” que después de las
dictaduras de seguridad nacional entramos en un proceso de pseudo
transición democrática, pero vemos que a partir de la crisis de 2007/8 y
a partir de una nueva relación de fuerzas, aparece el estilo
autoritario que está totalmente a mano del imperialismo y las clases
dominantes.
Frente a eso es muy importante que nuestros pueblos
sepan identificar lo que está pasando y encontrar respuestas adaptadas
que permitan cambiar esas relaciones de fuerzas. Debemos rescatar toda
la memoria histórica de las luchas que hemos librado en los últimos 50
años, de toda la movilización popular, las luchas guerrilleras. Creo que
la única forma de enfrentar lo que está pasando es hacer una
orquestación de luchas que permitan retomar el proceso de construcción
socialista, libertario y emancipatorio.
M.R.: Venimos de una charla en la que se hablaba de Marx y la
fragmentación de la clase obrera. La izquierda tiene que hacer la
autocrítica de lo que ha sido este proceso progresista que en cada país
ha tenido sus características particulares, hay algunos que fueron mucho
más allá como Venezuela y Bolivia, pero en el caso de Uruguay y Brasil,
que son los que yo uniría más, parte de esta intelectualidad de
izquierda se sumó generando falsos paradigmas, como que no iba a haber
más golpes de Estado, entrando en una política de conciliación de
clases, no se habló más de lucha de clases, ni de violencia
revolucionaria, se entró en el discurso de las clases dominantes, esto
que decías de criminalizar cualquier cosa, desde lo más simple, como
tirar una piedra.
Conversábamos con Camille que en este momento
en Haití la represión ha matado niños y bebés y en un momento dado la
población agarró un policía y ese hombre terminó masacrado y prendido
fuego. Entonces si hubo prendidos fuego por parte del fascismo en
Venezuela, hay una violencia revolucionaria también que surge en este
otro proceso que nos llama a reinterpretar todas las cosas, las
categorías que dejamos de nombrar y volver a ubicar para volver a
ubicarse en qué momento histórico estamos y poder construir una
propuesta emancipatoria para los pueblos.