Adital
Entregar la Vida. Lavar los pies en señal de servicio. Denuncia a los
Reyes. Mandamiento del Amor. Angustia. Traición. Negación. Abandono. Condena a
muerte. El Jueves Santo es un día muy intenso y eso reflejan las palabras que
he puesto aquí arriba. Pero todo esto puede quedar diluido, si lo reducimos
fuera de contexto a algunas expresiones y gestos, como decir Institución de la
Eucaristía, lavar los piés a 12 adolescentes, hacer el Huerto para juntar fruta
y verduras para los pobres. Eso es bueno, pero puede perder el mordiente
interpelante de cómo lo vivió Jesús.
En primer lugar no se trataba de una Cena cualquiera, sino de la Cena de
la Pascua. Era y es la Celebración de la salida de la esclavitud de Egipto,
liberarse de la opresión del Faraón e ir hacia una tierra prometida donde
podrán tener una vida más humana, en libertad y con una producción agrícola
para vivir dignamente. En 1968 con Paulo VI los obispos reunidos en Medellín,
proclamaban que la Pascua es el paso de vida de condiciones inhumanas-como el
hambre, la extrema pobreza, el analfabetismo etc., a condiciones de vida
humanas. Así igualmente hoy día con ese compromiso por una vida humana digna y
reconociendo en ello el Paso liberador de Dios, tiene pleno sentido esta
celebración.
El lavatorio de los piés, no es simplemente el gesto sencillo que
repetimos cada año. El que lava los piés es el Maestro y Señor Jesús que
realiza lo que hacían los siervos o los esclavos. Este gesto no lo entendía
Pedro, ni nosotros lo entendemos a cabalidad. Es un gesto del Reino de Dios,
que es servicio y humildad, y en el que las autoridades no se deben poner
encima, sino ser en verdad servidores.
Y esa noche trágica en que los discípulos, como nosotros, discutían cuál
era el principal, Jesús les sacude y les dice: si quieren ser los primeros en
el Reino de Dios, sirvan a los demás. Y al mismo tiempo Jesús hace una crítica
a los Reyes de su tiempo y de nuestros tiempos: No sean como los Reyes que
oprimen a los Pueblos y todavía quieren que los llamen bienhechores. Como un
signo en esta noche del Jueves Santo, es bueno que el sacerdote lave los pies a
una persona muy pobre, que un joven lave los pies a una anciana, que un maestro
lave los pies a un alumno, que un marido lave los pies a su esposa, y que una
autoridad lave los pies a un ciudadano etc…
En el Centro de la Cena está el Mandamiento del Amor hasta dar la vida,
y que Jesús realiza simbólicamente en vísperas de su propia muerte. Las
palabras que hoy llamamos "consagración” son muy fuertes: "Este mi cuerpo que
es entregado por ustedes. Esta es mi sangre que es derramada por todas las
mujeres y todos los hombres” Y esa noche y el día siguiente su cuerpo fue
torturado, masacrado, y derramó Jesús hasta la última gota de su sangre. Y esto
no en un accidente, sino de su parte entregando libremente la vida, pero de
parte de las autoridades en un juicio y ejecución totalmente injusta. No se
trata pues solamente de repetir las palabras de Jesús, sino de comprometernos a
entregar la vida.
De ordinario después de la Misa del Jueves Santo, terminan las
celebraciones más oficiales. Pero en la vida de Jesús esa misma noche viene la
Oración angustiada de Jesús, la traición, como hoy también tantas traiciones.
Viene el prendimiento como un ladrón o malhechor, y luego el abandono, la
negación de Pedro, el juicio inicuo con testigos falsos, y la condena a muerte
dictada por Sanedrín, el Senado de los judíos.
Y todo esto sigue pasando en nuestro tiempo sobre todo contra los más
pobres. ¿Cómo celebrar el Jueves Santo de espalda a esta realidad? La condena a
muerte se viste hipócritamente de motivos religiosos, pero en la realidad es el
rechazo a Jesús como Mesías Servidor, es asegurar ellos su autoridad y su
reacción visceral ante las críticas de Jesús: Imponen cargas pesadas y no mueven
ni un dedo. Dicen y no hacen. Son hipócritas.
2.La dimensión política de la Semana Santa: Viernes Santo
VIERNES SANTO. La Pasión de Dios es el Amor sin límites y la verdad plena. La pasión del hombre deshumanizado, es la ambición de poder, la injusticia y la mentira. Todos nosotros conocemos bien lo que celebramos el Viernes Santo y que se expresa en la Liturgia y en la devoción popular. Pero no sé si en nuestras celebraciones destacamos su esencial dimensión política.
No basta con afirmar, lo cual es esencial, al Amor del Padre que nos
entrega a su Hijo y el Amor de Jesús y su entrega sin medida. No basta con
cjava-scriptrnos ante los sufrimientos físicos de Jesús (mostrados
desbordadamente en la película de M.Gibson), ni basta sentir en el corazón su
sufrimiento moral ante el abandono, la traición y el rechazo. Todo esto es
esencial, pero queda incompleto, si no lo enmarcamos en el por qué ejecutaron a
Jesús, si hizo tanto bien. Ni basta decir fue por la maldad de los sumos
sacerdotes.
El sentido pleno de la entrega de Jesús y del por qué deciden
condenarlo, lo encontramos en su vida misma antes del Jueves y Viernes Santos.
Jesús nace pobre y entre los pobres. Aun pequeñito ante la maldad de Herodes es
emigrante con José y María. Y si al regresar no se quedan en Belén, es por el
peligro que para su vida representa el hijo de Herodes.
Y ya en su vida pública desde el comienzo (Mc 3) se unen herodianos (los
"malos”) con los fariseos ("los buenos”) para buscar cómo eliminarlo. ¿Razón?
Jesús rompe su Ley de el Sábado, parte esencial de su control sobre el Pueblo.
Jesús no pregunta si puede curar en sábado, si no si se puede hacer el bien-
por la vida o matar y destruir la vida. Jesús condena con firmeza su hipocresía
y el poner cargas sin límite sobre el pueblo, y no tener misericordia del
Pueblo. Les recuerda que el Sábado y toda Ley está al servicio del
hombre-mujer, y no al revés. Rompiendo prejuicios y leyes injustas, habla en
público con la Samaritana, defiende a la Mujer sorprendida en adulterio, acepta
que a él y a los discípulos lo acompañe un grupo de Mujeres, desafía su
autoridad en el Templo, rechaza sus interpretaciones amañadas de la Ley. Y vive
así en el seno del Pueblo enfrentándose con las autoridades religioso-políticas
de su tiempo. Todo esto, sin duda tiene una dimensión político-religiosa. Y si
el sanedrín lo condena por "blasfemo”, eso es falsa vestidura que oculta lo que
ellos han hecho y dicho repetidamente: conviene que un hombre muera, y hay que
buscar eliminarlo, pues ha puesto en cuestión su liderazgo y su autoridad, y
cuestionado el querer servir a dios y al dinero. Lo rechazan también porque
está del lado del Pueblo, de los Pobres y no de su lado, ni de los ricos.
Cuando lo dicen que lo anda buscando Herodes- que antes ajustició a Juan
Bautista, Jesús les dice a los que le dan tal información: díganle a ese zorro…
y es fuerte llamar zorro a ese reyezuelo dependiente de Roma. Ante Pilatos
proclama su pasión-vocación por la Verdad, y el sentido de su reinado. Y si
Pilatos lo condena es motivos políticos: lo amenazan, si lo sueltas, no eres
amigo del César. Y sus acusadores lo presentan como revoltoso, sublevado, y se
hace llamar Rey.
Podemos preguntarnos qué tan presente está esta dimensión política en
nuestras celebraciones del Viernes Santo. Y si al pensar en los crucificados de
nuestra historia, reflexionamos no solo en su dolor físico y moral, sino
también en las causas sociales, económicas y política de su crucifixión.
3.La dimensión política de la Vigilia pascual- Sábado y Domingo de Resurrección
VIGILIA PASCUAL- SABADO Y DOMINGO DE RESURRECCION. Esta noche y el Domingo de Resurrección la liturgia se desborda con 4 Fiestas: La Fiesta de la Luz-y el fuego. La Fiesta de la Palabra e Historia de Salvación. La Fiesta del Agua y del Bautismo. La Fiesta Eucarística de la Resurrección. Estas 4 Fiestas son preciosas y llenas de Esperanza. Pero igual que en los días Santos anteriores, puede celebrarse fuera de su dimensión política.
Por lo que ya me he alargado mucho, voy a ser más breve y un poco
esquemático. Pero creo que a la luz de todo lo anterior, se puede entender muy
bien lo que he querido subrayar: la dimensión política de la Vida, Pasión y
Muerte de Jesús. Poniendo un ejemplo cercano, si no tenemos clara esta
dimensión ¿cómo entenderemos la muerte, el asesinato de Mns. Romero o de los
mártires de la UCA de El Salvador? Murieron por amor y fidelidad al Evangelio y
al Pueblo. Pero ¿por qué los mataron? Por razones políticas queriendo vanamente
acallar su voz.
Me atrevo a decir que la Resurrección de Jesús es igualmente o más
subversiva y tiene un tremendo contenido político. Es tremendamente subversiva
pues como proclama Pedro en su primera Homilía el que Resucita, es el que
crucificó y asesinaron. Y Jesús es el Primogénito de los resucitados. Y los que
Dios quiere que bajen de la cruz y vayan resucitando ya en nuestra historia,
son las víctimas de la injusticia, los que de tantas maneras son crucificados-
por ejemplo tantos desempleados y emigrantes afectados hoy por el crimen contra
la humanidad que es la llamada crisis financiera. ¿Cómo está esto presente en
nuestras celebraciones de Semana Santa? La Liturgia de esta noche es preciosa,
pero no es un espectáculo, sino es y debe ser expresión de nuestra Fe en Jesús
resucitado y en la vida digna, resucitada que El quiere para la Humanidad.
La Luz que brilla en las tinieblas, es Jesús y el Reinado de Dios que El
vive y proclama, luz para los Pueblos que estaban en tinieblas. No se trata de
una salvación meramente individual, sino del Reino de Amor, Justicia y
Solidaridad que Dios quiere y que Jesús proclamó. La Lectura principal del
Antiguo Testamento (entre las 10 de esa noche) y que no se puede omitir, es la
del Exodo. La liberación que Dios quiere de su Pueblo y salir de la esclavitud.
Esto es un hecho político-religioso. Por el Agua somos vivificados y
purificados y ungidos-consagrados en el Bautismo como hermanas y hermanos de
Jesús, el Mesías, que se nos presenta en Nazaret como el Ungido por el Espíritu
para anunciar la Buena Nueva a los Pobres, la Liberación a los Oprimidos.
Cristo quiere decir ungido, y cristiano quiere decir ungidos como El para la
construcción del Reino de Dios. La Luz y el Agua nos piden personalmente
arrepentirnos y dejarnos perdonar y purificar de todas tiniebla y maldad, pero
al mismo tiempo nos piden siguiendo a Jesús que luchemos contra el pecado del
mundo. Jesús es el Cordero que quita el pecado del mundo.
Resucitar con Cristo es morir al pecado, como nos recuerda Sn. Pablo y
es resucitar a una vida nueva como Mujeres y Hombres nuevos a imagen y como
reflejo y testigos de Jesús. Esto lo hemos reducido, solamente individualizado,
y corremos el riesgo de perder el contenido social que implica lo que Jesús
predicó el Reino de Dios. Cuando los cristianos decimos con otros muchos "Otro
Mundo es posible”, queremos expresar nuestro sueño y utopía del Reino de Dios y
queremos reafirmar nuestro compromiso para luchar por un mundo más justo,
fraterno y solidario como Dios quiere. Todo esto tiene obviamente una dimensión
política- no necesariamente de política partidaria, pero desde los laicos
también la política partidaria se debía incluir en la purificación de todo
pecado de poder, enriquecimiento ilícito, y de servirse del Pueblo, en lugar de
servir al Pueblo.
Semana Santa .Celebraciones llenas de Fe, Amor y Esperanza, pero vividas
como Jesús la vivió en un contexto político concreto, en plena fidelidad al
Plan de Dios y al servicio al Pueblo, como Anuncio de un mundo nuevo y
distinto, y como denuncia de todo lo que oprime a la humanidad en particular en
la vida social y política.
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