Eduardo Ibarra Aguirre
¿Qué pretende la bancada panista en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión al votar en contra de que comparezcan los titulares de Gobernación y del Instituto Nacional de Migración?
Como la propuesta fue presentada primero por los priístas y enseguida por los perredistas como “asunto de urgente resolución” y, para ello, son necesarios dos terceras partes de los votos, entonces los legisladores de Acción Nacional tuvieron éxito.
Mas el descubrimiento de cientos de cadáveres en las llamadas narcofosas de Tamaulipas y Durango, y la denuncia de inmigrantes centroamericanos que mostraron fueron detenidos en falsos operativos oficiales para ser vendidos como objetos, en 5 mil pesos cada uno, a bandas delincuenciales por agentes del INM --fundado por Carlos Salinas de Gortari el 19 de octubre de 1993--, situó en la agenda de los medios de comunicación, con frecuencia inducida desde poder, lo que padecen mexicanos y extranjeros con el INM y sus antecesores. Los que como este redactor radicamos durante lustros en la frontera norte, conocemos testimonios abundantes.
En el caso de San Fernando, Tamaulipas, la localización de los primeros 72 cadáveres sucedió cuando Cecilia Romero fungió como comisionada del INM --del 7 de diciembre de 2006, tras perder la elección a jefa delegacional de Coyoacán, al 14 de septiembre de 2010--, igual que la banda de traficantes de indocumentados cubanos que desde Cancún operaba con el respaldo de subordinados de la premiada con la Secretaría General del PAN. Y como sus camaradas legisladores, ella es ducha en la maniobra, no acudió al mitin de arranque de la campaña de Luis Felipe Bravo Mena, para no dar la cara a los colegas. Pero ordena a gritos a los siete suspirantes presidenciales cuándo pueden o no aparecer en público.
No afrontar los problemas que están a la orden del día, como más mal que bien lo intenta hacer Salvador Beltrán del Río con “la depuración” en marcha para separar “la manzana podrida que si se va con la otras se va a echar a perder”, resulta contraproducente porque subraya aún más que la corrupción y la penetración del crimen organizado en el INM es estructural.
Cuando Felipe Calderón Hinojosa trabaja denodadamente por el mando policiaco único y con el crecimiento en cinco veces de los efectivos de la Policía Federal y el presupuesto asignado a Genaro García Luna es el que más multiplicó desde diciembre de 2006, además de reformar los cuerpos estatales y municipales –sin omitir que con frecuencia reprocha a gobernadores y alcaldes no panistas como incumplidos y comodinos--, resulta patético que el INM permanezca infiltrado por bandas criminales.
Hablamos ni más ni menos que de la dependencia encargada de las fronteras y los movimientos migratorios, que orgánicamente depende de Gobernación, una secretaría clave para sortear la crisis de seguridad en que colocó al país la estrechez intelectual del grupo gobernante, la inmediatez política y la subordinación a intereses de Washington.
“La depuración” del INM está en marcha. Primero fueron despedidos 200 trabajadores, de los que 40 enfrentan demandas administrativas y otros procesos penales por tráfico de personas y, además, se dispone a despedir a 350. También fueron destituidos los delegados en el estado de México, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz. Y de 5 mil 400 elementos que laboran para el instituto, mil 200 recibieron el examen de confianza y lo reprobaron 240.
Pero no es para omitirse que con “la depuración” arrojan a los brazos del crimen organizado a mujeres y hombres formados por el Ejecutivo desde las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, el INM y las policías.
forum@forumenlinea.com
www.forumenlinea.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario