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viernes, 13 de mayo de 2011

Persisten en Brasil desigualdad y trabajo esclavo, a 123 años de la abolición

Brasilia, 13 may (PL) El desigual acceso a la enseñanza entre blancos y negros y el trabajo forzoso persisten hoy en Brasil, que celebra el aniversario 123 de la abolición de la esclavitud, última nación del hemisferio occidental en hacerlo.

Con motivo de la efeméride, diversas ciudades y estados brasileños realizan actividades para recordar la fecha de la llamada Ley Aurea, de sólo dos artículos, pero que el 13 de mayo de 1888 determinó la inmediata libertad de todos los esclavos existentes en este inmenso país suramericano.

Sin embargo y pese al combate, fiscalización, punición y persecución del estado contra quienes persisten en ese tipo de prácticas, datos oficiales de la Organización Internacional del Trabajo reflejan que de 25 a 40 mil brasileños aún son víctimas del trabajo forzoso.

Para la entidad internacional, las condiciones análogas a la esclavitud son frecuentes en las regiones agrícolas de la zona norte del país, donde la pobreza y las grandes distancias posibilitan esa situación y a la vez dificultan la fiscalización oficial.

De otro lado, un amplio artículo de la estatal Agencia Brasil, basado en datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), sostiene que entre 1997 y 2007 creció el acceso de los negros a la enseñanza superior, pero continúa siendo la mitad del verificado entre los blancos.

Mientras 5,6 por ciento de los jóvenes blancos brasileños mayores de 16 años frecuentaba algún centro de altos estudios en 2007, ese porcentaje bajaba a 2,8 entre los negros. En 1997, la situación era aún peor, pues la relación era de tres por ciento contra uno por ciento.

Consultado al respecto por el medio de prensa mencionado, el coordinador del Núcleo de Estudios Afrobrasileños de la Universidad de Brasilia, Nelson Inocencio da Silva, aseveró que el estado se abstuvo mucho tiempo y quedó ausente en lo referido a las políticas públicas para la población negra.

La lentitud de esos planes ocurre en función de los años de atraso de Brasil para reconocer las diferencias de oportunidades dadas a negros y blancos, al tiempo que recordó que su universidad fue la primera en implantar el sistema de cuotas, a fin de favorecer a los afrodescendientes.

Para Inocencio da Silva, el beneficio principal de ese sistema se apreciarán en el futuro con el incremento de la presencia de negros en cargos relevantes.

No obstante, las estadísticas oficiales muestran que la desigualdad racial no sólo está presente en la enseñanza superior, sino en todos los niveles educativos, ya que de los 14 millones de brasileños con más de 15 años considerados analfabetos, 30 por ciento son blancos y 70 por ciento negros o pardos.

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