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miércoles, 3 de febrero de 2010

Bajo la Lupa

Escalada militar de Estados Unidos contra Irán y China

Alfredo Jalife-Rahme
Foto
Un soldado estadunidense da instrucciones para transitar mientras una mujer recoge un costal de arroz en Puerto Príncipe, donado por las Naciones Unidas. Voluntarios del mundo entero han luchado para poder distribuir alimentos, agua y brindar asistencia médica en Haití
Foto Reuters

Obama y el Congreso, secuestrados por el Pentágono y Wall Street, se han volcado a un ominoso despliegue militar en todo el mundo –desde el mar Caribe, pasando por el golfo Pérsico hasta el Sudeste Asiático y el estrecho de Taiwán–, cuyo principal objetivo, a nuestro juicio, es doble: 1. Proteger su vulnerable bajo vientre (soft-belly) en el mar Caribe convertido en un nuevo Mare Nostrum estadunidense (instalación de siete bases militares en Colombia; golpe de Estado militar tolerado en Honduras con el apoyo de Israel y Taiwán; ayuda humanitaria de 10 mil marines en Haití que pone en jaque a la retaguardia de Cuba); y 2. Una triple ofensiva en Irán, el estrecho de Taiwán y Tailandia, que en su conjunto aprietan las tuercas de aprovisionamiento petrolero a China.

Tanto la defensa del patio trasero de Estados Unidos (EU) en el Caribe como su espectacular ofensiva contra Irán y China pueden comportar una exagerada coreografía hollywoodense por Obama, en simultaneidad con su propuesta del mayor presupuesto militar de la historia de EU (708 mil millones de dólares) y en medio de la publicación de la Revisión de Defensa Cuatrianual (QDR, por sus siglas en inglés).

Viola Gienger y Tony Capaccio (Bloomberg, 1/2/10) aducen que los contenciosos de China e Irán aceleran el plan de batalla de EU por cielo y mares en su revisión estratégica, plasmada en el QDR del Pentágono –como si EU necesitase de coartadas para su guerra permanente que ha librado durante todo el siglo XX y el inicio del XXI cuando hoy ha desplegado más de 400 mil soldados en todo el mundo y está a punto de alcanzar 900 bases militares en el planeta.

En un enfoque multidimencional, tampoco se puede desdeñar que EU –en plena descomposición política interna como consecuencia del factor Massachussets, que colocó a Obama y al Partido Demócrata contra la pared– oculta con hojas de parra bélicas su desnudez financiera y económica.

Nada menos que Neil Barofsky, inspector general nombrado por el Congreso para vigilar los rescates bancarios, asustó a los enterados de que la crisis financiera no se había resuelto y que pudiera ser mucho peor (Fox News, 31/1/10).

Mientras Larry Summers, consejero económico estelar de la Casa Blanca, anestesia a los desinformados mediante su fórmula cómica y cósmica de una recuperación estadística con recesión humana (¡súper sic!), el solvente economista Nouriel Roubini se burla del reciente crecimiento económico cosmético y advierte tanto sobre una inminente recesión de doble hundimiento como de un desplome bursátil (Bloomberg, 30/1/10).

Es probable que el aparatoso despliegue militar de EU sea tanto una coreografía de corte presupuestal como una disuasión para que sus dos principales rivales (Irán y China) se amedrenten y/o no saquen provecho de la fase de su mayor vulnerabilidad de su historia cuando, paradójicamente, cuenta con el ejército tecnológico más poderoso del mundo.

Sean peras o manzanas, pero sería un grave error de juicio, limítrofe al suicidio, que los países afectados no adopten las medidas precautorias apropiadas. Precisamente el primer día de febrero, EU lanzó los mayores juegos de guerra asiáticos en Tailandia, donde concurren los ejércitos de EU, Tailandia, Japón, Indonesia, Singapur y Corea del Sur (Afp, 1/2/10).

Debka (31/1/10), presunto portal de los servicios secretos israelíes del Mossad, exulta el anuncio del despliegue de EU de un amplio escudo misilístico en Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Bahrain para su defensa de posibles (sic) ataques misilisticos de Irán. El portal israelí asevera que EU cuenta triplicar su actual contingente de 10 mil soldados en Arabia Saudita para proteger (sic) sus campos petroleros y sus instalaciones portuarias contra un ataque misilístico de Irán. ¿De dónde sacará EU 20 mil soldados adicionales cuando se encuentra notoriamente sobrextendido en sus guerras perdidas de Irak y Afganistán?

No hay que soslayar que Arabia Saudita es el segundo abastecedor de petróleo a China después de Irán. ¿Realmente protege EU a Arabia Saudita o, más bien, intenta dañarle con China e Irán? Lo real es que el Golfo Pérsico se ha convertido en la principal fractura tectónica de la geopolítica planetaria donde colisionan directamente los intereses energéticos de EU y China.

Helene Cooper, del New York Times (1/2/10) explaya que la venta de armas a Taiwán envía un mensaje a Pekín: mediante la venta del paquete de armas a Taiwán por 6 mil millones de dólares, EU “propinó un golpe en el corazón (sic) del tema diplomático más sensible entre los dos países con su política de ‘una sola China’ en 1972”. ¿Retroceden 38 años las relaciones de EU y China?

Cooper pone de relieve que el anuncio de la venta de armas a Taiwán se escenificó el mismo día que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, fustigó a China por no tomar una postura más vigorosa respecto del programa nuclear de Irán. ¿Busca EU con China el trueque de Irán por Taiwán, como también desea otra permuta con Rusia: Irán por Ucrania?

Sea con China, sea con Rusia, Irán se encuentra siempre como constante de la ecuación de permutas geopolíticas de EU.

Cooper cita a innominados expertos en política exterior (el viejo truco), quienes consideran en forma perversa que EU tiene ahora la intención de atizar (sic) los temas de soberanía (sic) que han sido el Talón de Aquiles (sic) de China como el contencioso del Tíbet y el próximo encuentro de Obama con el Dalai Lama.

No es solamente la secesión del Tíbet budista que fomenta EU, sino la balcanización de la provincia islámica de Xianjiang. Pero, sin duda, lo que más le duele a China es la intromisión flagrante de Washington en Taiwán. Al final de su análisis con mensaje, Helene Cooper diluye la embriagante concentración de su vino bélico: las posturas más duras de EU no cambian el hecho de que Obama necesita (sic) la cooperación de China en muchos temas que van desde Irán, pasan por Corea del Norte, hasta la revaluación del yuan.

Obama está jugando con fuego global, regional y local, y la réplica de China e Irán, dos civilizaciones milenarias, puede salirse del radar conceptual de los estrategas de EU que buscarían, a nuestro entender, un apretón limitado de tuercas.

Li Hong, del People’s Daily (1/2/10) expone que Pekín ha respondido con dientes (sic) en forma correspondiente. China romperá los contactos militares y en materia de seguridad con Washington e impondrá sanciones económicas a las firmas vendedoras de armas de EU a Taiwán, como Boeing. Hong conmina a Obama a cambiar su camino y a rectificar para cesar de envenenar las relaciones bilaterales.

¿Hasta dónde estará dispuesto a llegar Obama? Son muchas las afrentas mutuas entre EU y China en fechas recientes (ver Bajo la Lupa, 30/12/09 y 6, 17 y 27/1/10) y tal parece que ambas superpotencias necesitan encontrar un nuevo equilibrio en sus relaciones dislocadas. Lo único cierto es que feneció antes de nacer el espejismo del G-2.

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