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miércoles, 17 de febrero de 2010

Tema 1

Investigaciones del Proyecto Censurado 2009
La ocupación de EEUU causa la muerte de más de un millón de iraquíes


por Michael Schwartz *, Joshua Holland*, Dahr Jamail*, Luke Baker, Maki al-Nazzal

Publicamos a continuación la primera de las 25 investigaciones premiadas por el «Proyecto Censurado» en 2009. Se trata del trabajo de Michael Schwartz que nosotros habíamos difundido ya en 2007 y que Joshua Holland, Luke Baker, Maki al-Nazzal y Dahr Jamail han continuado la investigación. Varias fuentes oficiales permiten de validar los estudios de sondeo del ORB y los demógrafos de la revista Lancet y establecer que la invasión anglo-sajona y la ocupación de Irak han causado ya la muerte de más de un millón de civiles.


Este artículo es la continuación de «¿Qué es el Proyecto Censurado?» de Ernesto Carmona.

Esta información, que ha sido dada a conocer por los medios de comunicación en los países cuyos gobiernos se opusieron a la guerra, ha sido ignorada por los medios de comunicación en los países que participaron y aprobaron la operación militar anglo-sajona. Una vez más, se demuestra que el consorcio mediático se alinea a los intereses dominantes del país donde se encuentra.

Síntesis

Más de 1,2 millones de iraquíes han tenido una muerte violenta como resultado de la invasión iniciada en 2003, según un estudio del prestigioso grupo británico de investigación Opinion Research Business (ORB). Estas cifras sugieren que la invasión y la ocupación de Irak rivalizan con las matanzas masivas del siglo XX -el número de víctimas mortales sobrepasa las 800.000 a 900.000 que se estima murieron durante el genocidio de Ruanda en 1994, y ya se aproxima a la cantidad (1,7 millones) de los que fallecieron en los tristemente famosos «Campos de la Muerte» en Camboya, durante la era del Khmer Rojo en la década de los 70 del siglo pasado.

La investigación de ORB cubrió quince de las dieciocho provincias de Irak.
Las zonas no cubiertas incluyen dos de las regiones más inestables de Irak —Kerbala y Anbar— y la norteña provincia de Arbil, donde las autoridades locales les negaron el permiso de trabajo.
En entrevistas cara a cara con 2.414 adultos, la encuesta encontró que más de uno de cada cinco encuestados había tenido por lo menos una muerte en sus hogares como resultado del conflicto, a diferencia de causa natural.

Los autores Joshua Holanda y Michael Schwartz señalaron que la narración dominante [de la propaganda] en Irak -que la mayor parte de la violencia contra los iraquíes es cometida por los propios iraquíes y no es responsabilidad de los EEUU- está mal concebida.
En su reportaje de octubre de 2006 (Ver Proyecto Censurado 2006, # 2 en inglés), los entrevistadores de la revista The Lancet les preguntaron a los encuestados iraquíes cómo murieron sus seres queridos. Entre los familiares que estaban seguros acerca del autor de dichas muertes, el 56% era imputable a las fuerzas de los EEUU y sus aliados.

Schwartz sugirió que si una parte proporcional de la mitad del resto de las muertes de iraquíes no atribuidas fue causada por las fuerzas de EEUU, el resultado final sería que aproximadamente el 80% de todas ellas fueron cometidas directamente por EEUU.

Incluso con las cifras más bajas confirmadas a finales de 2006, las fuerzas de EEUU habían dado muerte a un promedio de 5.000 iraquíes por mes desde el principio de la ocupación. Sin embargo, la tasa de víctimas mortales en 2006 fue dos veces más alta que el promedio total, lo que quiere decir que el promedio de muertes provocadas por los estadounidenses ese año estuvo por encima de 10.000 por mes, o más de 300 por día. Con la ola que comenzó en 2007, la cifra actual probablemente sea mucho más alta.

Schwartz precisó que la lógica de esta carnicería radica en una estadística emitida por los militares estadounidenses y divulgada por el Instituto Brookings: durante los primeros cuatro años de ocupación militar estadounidense fueron enviadas a los barrios hostiles más de 1.000 patrullas diarias, con órdenes de capturar o matar a «insurrectos» y «terroristas». (Desde febrero de 2007, el número ha aumentado a casi 5.000 patrullas por día, si incluimos a las tropas iraquíes que participan con las fuerzas estadounidenses). Cada patrulla invade un promedio de 30 hogares diarios, con la misión de interrogar, arrestar o matar a iraquíes sospechosos. En este contexto, cualquier hombre en edad de luchar no sólo es un sospechoso, sino un adversario potencialmente letal. A los soldados estadounidenses se les advierte que no corran riesgos (Véase artículo # 9).

Según las estadísticas militares de EEUU, divulgadas también por el Instituto Brookings, estas patrullas actualmente dan lugar a unos 3.000 tiroteos por mes, o poco menos de un promedio de 100 diarios (sin contar los 25 adicionales que involucran a los aliados iraquíes). Miles de rondas de patrullas dan como resultado millares de muertes de iraquíes inocentes y detenciones desmesuradamente brutales.

La ignorada crisis de los refugiados

Los intentos de los iraquíes por escapar de la violencia han originado una crisis de refugiados de enormes proporciones. Según informes de 2007 del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para la Migración (OIM), casi 5 millones de iraquíes han sido desplazados por la violencia, la mayor parte de los cuales huyó de su país a partir de 2003. Más de 2,4 millones abandonaron sus hogares por áreas más seguras dentro de Irak, 1,5 millones se fueron a vivir a Siria y más de un millón de refugiados a Jordania, Irán, Egipto, Líbano, Turquía y los países del Golfo Pérsico.

Los refugiados de Irak, que aumentan a un promedio de casi 100.000 por mes, no tienen ninguna opción legal de trabajo en la mayoría de las provincias y estados receptores, y su desesperación es casa vez mayor. [1] Sin embargo, son más los iraquíes que continúan abandonando sus hogares que los que han retornado a sus casas, a pesar de las afirmaciones oficiales que indican lo contrario. Miles de los que huyen opinan que la seguridad es tan mala como siempre y que retornar significaría aceptar la muerte. La mayoría de los que vuelven son posteriormente desplazados una vez más.

Los periodistas Maki al-Nazzal y Dahr Jamail entrevistaron a un ingeniero iraquí que ahora trabaja en un restaurante de Damasco, Siria:
«¿Regresar a Irak? No hay un Irak adonde volver, mi amigo. Irak sólo existe en nuestros sueños y recuerdos».
Otro entrevistado dijo a los autores: «Los militares de EEUU dicen que ahora Fallujah es segura, mientras más de 800 hombres permanecen detenidos allí en las peores condiciones... Por lo menos 750 de los 800 detenidos no son combatientes de la resistencia, sino gente que se niega a colaborar con las fuerzas de ocupación y sus ‘colas’». (Los iraquíes llaman comúnmente “colas de los americanos” a quienes colaboran con las fuerzas de ocupación).

Otro refugiado de Bagdad dijo: «Regresé a mi hogar con mi familia en enero. Durante la primera noche después de nuestra llegada los estadounidenses allanaron nuestra casa y nos mantuvieron a todos en una misma habitación mientras sus francotiradores utilizaban nuestro tejado para dispararle a la gente. Decidimos volver aquí [a Damasco] a la mañana siguiente, tras una noche de horror que nunca olvidaremos».

Actualización de Michael Schwartz

Las estadísticas de mortalidad citadas en “Is the United States Killing 10,000 Iraqis Every Month?” se basaron en una investigación científica de las muertes causadas por la guerra en Irak, publicada en otro artículo plausible para Proyecto Censurado. El artículo original, publicado en The Lancet en 2006, recibió una cobertura desdeñosa cuando se dio a conocer y después desapareció de la vista de los lectores, mientras los grandes medios volvían a divulgar estimados parciales que reflejaban la cifra de iraquíes muertos en una décima parte de los cálculos de The Lancet. El bloqueo informativo de los medios corporativos también se extendió a mi artículo, y no ha disminuido en lo más mínimo, aunque el artículo de The Lancet ha resistido varias oleadas de críticas, en tanto que otros estudios lo confirman y actualizan (Ver Proyecto Censurado 2006, # 2 en inglés).
A principios de 2008, la mejor valoración, basada en extrapolaciones y reproducciones del estudio de The Lancet, señaló que 1,2 millones de iraquíes habían muerto como consecuencia de la guerra. Esta cifra, a mi entender, no se ha divulgado en ninguno de los medios de comunicación de EEUU.

El bloqueo informativo de las cifras de víctimas fue acompañado de uno similar de otra prueba fundamental en mi artículo: que la estrategia militar de la administración Bush en Irak asegura diariamente una enorme destrucción de propiedades y una elevada mortandad. Las reglas de reclutamiento que exigen que las aproximadamente mil patrullas estadounidenses respondan diariamente a cualquier acto hostil con un aplastante poder de fuego –armas de bajo calibre, artillería, y poderío aéreo- garantizas que gran cantidad de civiles sufran y mueran. Pero los principales medios rehusaron cubrir este delito de mutilación, aún después de las reuniones de la organización Soldados de Invierno de marzo de 2003 en las que se destacaron las declaraciones hechas por más de cien veteranos de guerra de Irak sobre su participación en lo que llamaron «situaciones generadoras de atrocidades».

La eficacia del bloqueo informativo de los medios fue ilustrada vívidamente por una encuesta de Associated Press de febrero de 2007, mediante la cual se le preguntó a una muestra representativa de residentes estadounidenses cuántos iraquíes habían muerto como resultado de la guerra. El encuestado promedio pensó que la cifra era menos de 10.000, equivalente a cerca del 2 por ciento del total real para aquella época. Este notable desconocimiento masivo, al igual que muchos otros aspectos de la noticia sobre el desarrollo de la guerra en Irak, no recibió ninguna cobertura de los medios de comunicación, ni siquiera de la Associated Press, que encargó el estudio.

La organización «Veteranos de Irak Contra la Guerra» señala la brutalidad de la ocupación en Irak como la principal causa de la situación y su principal objetivo de su trabajo como activistas es denunciar este hecho.
La masacre del pueblo iraquí es la base de sus demandas de retiro inmediato y completo de las tropas de EEUU y el tema en las históricas reuniones de Soldados de Invierno en Baltimore. Aunque no hubo cobertura de este acontecimiento por parte de los principales medios de comunicación de EEUU, el flujo de información de actualidad de Pacifica Radio y del sitio Web de IVAW alcanzó una enorme audiencia —incluyendo a un gran número de soldados en servicio activo—, con vívidas descripciones de las atrocidades cometidas por la maquinaria bélica de EEUU. Un número creciente de sitios independientes de noticias ofrece ahora cobertura regular sobre este aspecto de la guerra, incluyendo a Democracy Now, Tom Dispatch, Dahr Jamail’s Mideast Dispatches, Informed Comment, Antiwar.com, y ZNet.

Actualización de Maki Al-Nazzal y Dahr Jamail

El ascenso de los generales de EEUU David Petraeus, a jefe del CentCom [Comando Central de EEUU], y Raymond Odierno, como sustituto de Petraeus como comandante general de la Fuerza Multinacional en Irak, provocó mucha cólera entre los iraquíes que viven en Siria y Jordania. Los dos generales que convencieron a EEUU y a la sociedad internacional de «las mejoras en Irak» parecen no haber tenido éxito para convencer de tales «mejoras» a los refugiados iraquíes.

«Tal como la administración de Bush condecoró a Paul Bremer (el jefe anterior de la Autoridad Provisional de la Coalición), ellos están premiando a otros que participaron en la destrucción de Irak», dijo Muhammad Shamil, un periodista iraquí que huyó a Siria en 2006. Lo que ellos llaman violencia se concentró en algunas áreas de Irak, pero ahora se ha expandido a todo el país, gracias a los héroes de guerra de EEUU. «Son miles los que matan, desalojan o detienen, desde Basra (en el sur) hasta Mosul (en el norte)».

Otros refugiados iraquíes parecen haber cambiado su actitud con respecto a la esperanza de volver. Desde que se publicó este artículo en marzo de 2008, ha continuado profundizándose la crisis de los refugiados. Esto lo agrava el hecho de que la mayoría de los iraquíes no tiene intención alguna de volver a casa. En su lugar, están buscando residencia permanente en otros países.

«Decidí dejar de soñar con regresar a mi tierra y tratar de buscarme un nuevo hogar en cualquier lugar del mundo», dijo Maha Numan, de 32 años, en Siria. «Soy un refugiado desde hace tres años, viviendo hasta ahora del sueño de regresar, pero decidí dejar de soñar. He perdido la fe en todos los líderes del mundo después de las oleadas en Basra, Ciudad Sadr y ahora Mosul. Esto parece no tener fin y hay que esforzarse más por encontrar un refugio seguro para la familia».

La mayor parte de los iraquíes en Siria conoce mucho más noticias sobre su país que la mayoría de los periodistas. En cualquier café Internet de Damasco, cada uno de ellos llama a su ciudad o pueblo natal y le informa a otros refugiados iraquíes sobre los sucesos del día. Las noticias de la violencia en curso en gran parte de Irak les reafirman su convicción de permanecer en el exterior.

« ¡Hoy hubo cuatro explosiones en Fallujah!», dijo Salam Adel, quien trabajó como traductor para las fuerzas de EEUU en Fallujah en 2005. «¡Y dicen que es seguro regresar! Malditos sean; ¿volver para qué? ¿Para las bombas de carretera o los coche bomba?»

Para la administración de Bush, fue políticamente importante asegurar que la situación en Irak está mejorando. Esta afirmación ha sido apoyada por la complicidad de los medios corporativos. Sin embargo, 1,5 millones de iraquíes en Siria, y más de 750.000 en Jordania, tienen una opinión muy diferente. Si no, no permanecerían fuera de Irak.


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