Somos un Colectivo que produce programas en español en CFRU 93.3 FM, radio de la Universidad de Guelph en Ontario, Canadá, comprometidos con la difusión de nuestras culturas, la situación social y política de nuestros pueblos y la defensa de los Derechos Humanos.

miércoles, 17 de febrero de 2010


Pistolas Taser: seguridad y tortura posmoderna

José Steinsleger

Y si después del primer disparo el detenido aún se mueve o retuerce a causa del dolor, el representante de la ley puede descargar 17 mil, 25 mil, 50 mil vatios más. Eso sí: no debe apuntar a los ojos o a los genitales, y es de esperar que el sospechoso no padezca de alguna cardiopatía o se lesione gravemente al caer, después de recibir la descarga. La gelatinosa folletería publicitaria de la pistola eléctrica Taser X26 (que no mata, pero puede matar) aconseja que para evitar daños colaterales el agente debe contar con la pericia técnica y deontológica (sic). El kit del arma incluye un desfibrilador, dispositivo eléctrico para que los policías puedan restablecer el ritmo cardiaco normal.

En lugar de balas, la Taser expulsa dos flechas sujetas a un cable, que traspasan la ropa del destinatario, se insertan en la piel y acto seguido desprenden una descarga eléctrica. Aunque en botica hay más. Lo último inventado por Taser International es un proyectil que puede ser usado por escopetas convencionales de calibre 12. El proyectil (que hace blanco a 30 metros) lleva integrada una pila para generar la descarga al impactar el cuerpo, sin necesidad de estar unido a ningún cable.

Las pistolas Taser adquirieron fama en septiembre de 2007, en el paraninfo de la Universidad de Florida. Con tono altisonante, un estudiante se dirigió al ex candidato presidencial John Kerry. Cuando el chico superó el tiempo concedido, la policía se lo llevó al fondo de la sala. El video resultó chistoso: oscilando sus cabezas, el público alterna entre ver al estudiante chillando como un cerdo y oír al político que, sin inmutarse, responde a sus preguntas y explica las bondades de la democracia.

En Estados Unidos, las Taser se usan en 5 mil puestos de policía y recintos penitenciarios de 49 estados. En Canadá son más de 60 las comisarías que usan el arma contra jóvenes rebeldes, deficientes mentales, borrachos o contra personas desarmadas que discuten con la policía de tránsito. Y en contra de niños. Amnistía Internacional (AI) relata en un informe el caso de una chica de 14 años que en medio de una pelea de estudiantes discutió con la policía. La niña recibió dos flechas de Taser en el pecho.

El uso de las Taser se recomienda frente a drogados, ebrios, dementes, personas agresivas o con conocimientos de artes marciales. Las personas que recibieron disparos del artefacto relatan que se siente como mordisco eléctrico que incapacita el sistema muscular y atonta durante cinco segundos.

En el informe Voltios sin control (AI, 2007) se calcula que 269 personas han muerto en Estados Unidos entre 2001 y 2007. Sin embargo, reportes posteriores de ese organismo elevan la cifra a más de 360 muertos. “Las Taser –explica– son armas de electrochoque que se presentan como una alternativa al uso de armas de fuego o letales, disminuyendo el número de muertos y heridos. Sin embargo, estas pistolas paralizantes tienen la capacidad de infligir dolor severo mediante la descarga de 50 mil voltios al cuerpo con sólo mover un botón y sin dejar marcas relevantes, lo que las convierte en un instrumento muy peligroso de tortura y malos tratos.”

Empleadas por los cuerpos policiales de 45 países del mundo (aproximadamente 260 mil en circulación), el concepto de la pistola Taser respondería a lo que el ex vicepresidente Dick Cheney llamó técnicas refinadas en los interrogatorios de la CIA a supuestos terroristas: permite salvar vidas y prever atentados (sic). Idea que coincide con la del presidente de Taser Internacional, Tom Smith: Nuestras armas salvan vidas, reduce el número de operaciones de detención y crean condiciones de trabajo más seguras para todos.

En Argentina, la flamante Policía Metropolitana de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires acaba de comprar un lote de pistolas Taser. El derechista Mauricio Macri, jefe de la ciudad, justificó la adquisición, aunque admitió que la mala utilización del arma puede ser letal. Y añadió: La verdad es hay demasiado prejuicio y opinión superficial. O sea, la opinión del Comité contra la Tortura de la ONU y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, entre otros organismos internacionales. El docente y gremialista Francisco Nenna denunció que las Taser son picanas actualizadas y modernas que descargan electricidad, relacionó la compra de las Taser con el veto de Macri a la ley que creaba el Comité contra la Tortura.

Macri acaba de ser denunciado penalmente por un grupo de abogados que se apoyan en normas constitucionales, tratados internacionales de derechos humanos y artículos del Código Penal que reprimen con 25 años de prisión al funcionario público que impusiere cualquier forma de tortura.

Constituido en 2003, el partido político de Macri se llama PRO: Partido para una República de Oportunidades. Es decir, las que frustraron el proyecto del general genocida Guillermo Suárez Mason, cuando a mediados del decenio pasado atribuyó el fracaso de la dictadura militar (1976-83) al hecho de no haber legalizado la tortura.

No hay comentarios: