CLAE / Rebelión
La Asamblea
Constituyente venezolana aprobó detener y enjuiciar a los diputados
Julio Borges y Juan Requesens por estar vinculados al atentado
terrorista contra el presidente Nicolás Maduro, al tiempo que el
canciller Jorge Arreaza y el Fiscal General Tarek William Saab,
presentaron al encargado de negocios de Estados Unidos en Venezuela,
James Story, pruebas y evidencias sobre el intento de magnicidio.
Pocos gobiernos de la región censuraron el intento de magnicidio,
mientras la prensa hegemónica y cartelizada, trataba de invisibilizar el
hecho y desacreditar las denuncias del gobierno venezolano. Incluso en
Venezuela, la reacción fue tardía: ni los partidarios de Maduro ni la
oposición se manifestó de inmediato en las calles.
El Fiscal
hizo énfasis en el caso de Osman Delgado Tabosky, quien es señalado como
financista del grupo terrorista, vive en el Estado de Florida y su
extradición fue solicitada. Arreaza dijo que Story les expresó su
preocupación por los hechos y la voluntad del gobierno estadounidense de
cooperar.
Al menos 19 personas están vinculadas directamente
con el intento de magnicidio. Tres de los detenidos fueron presentados
ante tribunales, dando inicio al proceso de judicialización ante el
Juzgado 1° de Control con Competencia contra el Terrorismo. Ellos son
Argenis Valero, Juan Carlos Monasterios y José Rivas, a quien también se
le imputará el delito de financiamiento al terrorismo, ya que desde la
empresa que preside se realizaron los pagos concernientes al hospedaje
de los implicados.
Los terroristas apresados y a disposición de
los tribunales implican a gobiernos, partidos políticos y conspiradores.
Las autoridades han pedido al gobierno de Washington la extradición de
Osman Delgado Tabosky, financista y “piloto” -desde Miami- de los drones
cargados con C4, un explosivo plástico que los ejércitos usan en
demoliciones de fortificaciones.
Se han iniciado también
gestiones para extraditar a implicados que se refugian en Colombia, en
cuyo territorio se preparó el atentado, con colaboración del ex
presidente Juan Manuel Santos, quien quería despedirse del poder con un
magnicidio, tras ser corresponsable, como ministro de Defensa de Álvaro
Uribe, de los “falsos positivos”, campesinos asesinados y vestidos como
guerrilleros para aparentar la derrota de los sublevados. Un excelente
ejemplo de lo que debe ser un premio Nobel de la Paz.
Maduro
señaló a los diputados Juan Requesens y Julio Borges –quien se reunió
con el nuevo presidente colombiano Iván Duque en Bogotá- como
responsables del atentado que sufrió el pasado sábado mientras
participaba en un acto de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en la
Plaza Bolívar de Caracas, basado en la declaración de uno de los
principales responsables del intento de magnicidio, Juan Carlos
Monasterio Vanegas, un sargento retirado de la Guardia Nacional.
Monasterio, quien estaba solicitado por la justicia venezolana por su
vinculación con el asalto al Fuerte Pamaracay en 2017, habló en un vídeo
difundido en transmisión presidencial de su papel en la ejecución del
magnicidio contra Maduro y de sus viajes entre Venezuela y Colombia
(dijo que logró pasar la frontera gracias a Resquesens, Borges y un
oficial colombiano conocido como Mauricio Jiménes) para participar en la
planificación del ataque ejecutado con aeronaves manejadas a distancias
(drones).
Maduro también acusó al coronel (r) Oswaldo Valentín
García Palomo de estar vinculado en actos terroristas contra el Estado
venezolano, traición a la patria e instigación a la rebelión. “Es el
jefe de los asesinos que intenta captar a los militares para unirse a su
plan de asesinatos”, dijo. Informó que pidieron la extradición de Osman
Alexis Delgado Tabosky, jefe político y financiero del intento de
magnicidio y de los explosivistas Gregorio José Yaguas Monje y Yilber
Alberto Escalona Torrealba.
Mientras, el Abogado Ramsés Reyes,
Secretario General de Corriente Revolucionaria Venezolana (CRV), acusó
al teniente Alejandro Andrade, extesorero nacional; el General Hebert
Plaza (exministro de Alimentación); el capitán Rafael Isea (exministro
de la Secretaria de la Presidencia y Gobernador de Aragua; el capitán
Adrián Velázquez (exedecán presidencial) y a la Capitana Claudia Díaz,
ex Tesorera Nacional, como los principales financistas del fallido
atentado.
Son todos militares, preparados y formados en el arte
de la guerra, varios de ellos vinculados a iglesias evangélicas, hoy
multimillonarios producto del robo y saqueo en la tesorería nacional,
ministerios, gobernaciones y los organismos de control de cambio a
través de Bancplus, un a institución financiera venezolana de capital
privado.
Estos exfuncionarios mantienen relaciones con militares
activos y retirados, además de estar vinculados con empresarios
bancarios y de seguros que hicieron fortuna de manera fortuita cuando
estos prófugos ejercían cargos de poder en el sector de la economía del
Gobierno, añade.
Los dólares extraídos del erario público se
legitimaron en el sistema financiero internacional (Estados Unidos,
Panamá , Andorra , España y la República Dominicana) en cuentas de
hombres de negocios venezolanos, una investigación que la Fiscalía
Nacional de entonces engavetó, a cambio de sobornos.
Del
constituyente Julio Escalona señaló que la oposición violenta pagó
sicarios para asesinar a varios campesinos y nacional-mundialmente
aceleró los preparativos para asesinar al presidente Maduro. De haber
tenido éxito, hubiesen descabezado a la dirección político-militar del
país, que se encontraba concentrada, en un espacio abierto, en la
celebración de los 81 años de la Guardia Nacional.
Sobre la
participación de Estados Unidos, nada apunta directamente al gobierno
central, pero si a los operadores y financistas de los opositores
violentos venezolanos (entre ellos Julio Borges y maría Corina Machado),
como el senador Marco Rubio. Quizá la corroboración de todo esto sea la
confesión del mitómano peruano residenciado en Miami, Jaime Bayly, de
haber participado en un “party” donde se preanunció el atentado.
En sí, el intento de magnicidio fue muy bien preparado desde el momento
que se desplazó a la Guardia del Fuente Tiuna hacia la céntrica y ancha
avenida Bolívar, rodeada de altos edificios, que permitían un breve
tiempo de vuelo de los drones. Los terroristas no previeron los
inhibidores de señales de celulares del anillo de seguridad
presidencial, detalle que no se le hubiera escapado a planificadores de
la comunidad de inteligencia de EEUU.
Algunos analistas señalan
que el apoyo de sectores (fuertes, influyentes) estadounidenses –fuera
del establishment- hace que estos grupos apuesten a la recompensa que
les pueda tocar en una eventual futura economía venezolana. Si el
establishment estuviera involucrado (como sí lo estuvo en el golpe
contra Hugo Chávez en 2002), les tocaría apenas un premio consuelo… o
apurarían un pacto entre gobiernos.
Ya la agencia financiera
Bloomberg hablaba de un acuerdo del gobierno venezolano con la
ConocoPhillips (un arbitraje de 2.000’ millones de dólares) que será
anunciado en los próximos días por el presidente de Pdvsa, el general
Manuel Quevedo. Todavía nadie habló del regreso de la Exxon al país. Si
llegas a arreglos con los dueños del circo ¿qué le queda a los payasos…?
pregunta Andrés Pierantoni.
El magnicidio frustrado comienza a
tener consecuencias no jurídicas, como una gran afectación sicológica de
los opositores extremistas, que les ha profundizado el odio y las ganas
de ver sangre, y los hace más peligrosos de lo que ya eran, analiza
Néstor Francia. Pero hay otros radicalismos que ya se están viendo
potenciados, como las tendencias sectarias y dogmáticas del chavismo,
que siguen ahí, tienen poder y se aprovechan del magnicidio frustrado
para cerrar filas y empezar a fortalecer su espíritu de secta, añade
El fracaso del acto terrorista termina generando el “efecto vacuna”: un
veneno, inyectado en cantidad no mortal, inmuniza la víctima. Muchos de
los dirigentes opositores, más dados al discurso que a la acción han
sido puntales, con sus derrotas, de este gobierno.
En nombre de la ¿democracia?
La derecha venezolana tratar de imponer la matriz del autoatentado, y
de obligar al gobierno a mostrar nombres y señas de los detenidos y
otras evidencias, y de convertir esto en un asunto de su palabra contra
la de sus enemigos.
Mientras, desde sectores maduristas se trata
de censurar a los críticos del proceso, instándolos a cerrar filas ante
los peligros, quizá olvidando lo que Hugo Chávez sostenía (el 4 de
enero de 2004 ante los movimientos de pobladores): “Hagamos la crítica
nosotros mismos pero sin ningún complejo de que le hará daño al proceso.
No, no le hace daño, le hace bien, siempre que se haga con lealtad a
los procesos y a los principios, siendo la ética la que prevalezca”.
Laiguiana.tv hace un recuento largo desde 2002 a la fecha, que retrata a
un sector político que o bien propugna la violencia y las rutas
inconstitucionales o mira para otro lado cuando los grupos extremistas
los están poniendo en marcha. En 2002 fue el golpe de Estado casi
clásico, el reality show de Plaza Altamira y el paro-sabotaje petrolero y
empresarial, en 2004 comenzaron las guarimbas y se jugó una carta
paramilitar.
Entre 2005 y 2012 hubo un interregno “pacífico” con
boicot a las elecciones parlamentarias; en 2013, la descarga mortal
tras la derrota de Henrique Capriles ante Maduro, con saldo de muertos y
heridos; en 2014 comenzaron las guarimbas II con mayor número de
víctimas, en 2015 hubo otro paréntesis de paz, con triunfo opositor en
elecciones parlamentarias, guerra económica interna y comnienzo del
bloqueo externo.
En 2017 se recargaron las guarimbas, con
jóvenes y adolescentes utilizados como carne de cañón, intimidación con
violencia contra la elección de la Asamblea Constituyente, y en 2018 el
b loqueo económico, boicot del diálogo e intento de magnicidio.
Todo parece indicar que estamos ante un nuevo récord de la oposición en
cuanto a la profundidad de la transgresión cometida y de los niveles de
violencia que ella podría causar, señaló laiguana.tv
Terrorismo mediático
No
puede resultar sorprendente el silencio de los medios de comunicación
hegemónicos sobre el atentado terrorista en Caracas: la desinformación,
la invisibilización, las fake news o la mentira continua, es su razón de
ser, La misma desinformación, la tergiversación, la inculcación de
dudas, los comentarios sobre la inexistencia misma del atentado, llevan a
la imposición de imaginarios colectivos que poco tienen que ver con la
realidad.
Diarios, blogs, redes sociales, televisoras, todos
cartelizados para imponer el terror mediático. ¿Ejemplo? CNN en español
interrumpió el 7 de agosto la transmisión del discurso de Maduro cuando
éste comenzó a mostrar videos, grabaciones telefónicas, fotos,
confesiones, nombres de los detenidos y prófugos.
El periodista peruano-miamero Jaime Bayly , confesó que hubo una reunión en EEUU para planificar el atentado contra Maduro ,
que se hizo días antes del atentado fallido y el periodista asistió.
“Mis fuentes me invitaron y fui, y me dijeron el ‘sábado vamos a matar a
Maduro’. Yo le dije ‘hágale’”, se vanaglorió Bayly el lunes 6 durante su programa de televisión, cuando, además, ofreció comprar un dron más para el atentado,
Los
diarios hegemónicos de la región, que derrochan desde hace casi dos
décadas espacios para atacar a Venezuela, apenas dieron la noticia de un
acto terrorista que intentó acabar de una vez con autoridades civiles y
militares que ocupaban la tarima, hablando de un “presunto atentado”, a
pesar de las pruebas, los videos, las grabaciones.
El bloqueo
impuesto ahora a la difusión de noticias derivadas de la investigación
del terrorismo es un atentado al derecho de los pueblos a la información
pero a la vez constituye una afrenta al periodismo y su código de ética
que rechaza toda forma de censura y defiende el derecho a informar y
ser informado, señala el veterano periodista chileno Manuel Cabieses.
"El silencio en este caso es complicidad con el terrorismo. Tiene que quedar claro quiénes imponen esta censura”, añade.
Álvaro
Verzi Rangel: Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en
Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis
Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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