Pocos acatan la huelga
En riesgo, muchas empresas por el aumento al mínimo: Fedecámaras
Con filas afuera de los bancos, pocos comercios abiertos y leve afluencia de vehículos y personas en las calles comenzó ayer la segunda jornada de la reconversión monetaria de Venezuela, en medio de una huelga nacional convocada por la oposición –que se cumplió parcialmente–, en rechazo al plan de ajustes económicos propuestos por el presidente Nicolás Maduro.
Tras días de nerviosismo, el país volvió a la normalidad este martes en el que la mayoría de los comercios abrió y los pocos locales que permanecieron cerrados lo hicieron por la incertidumbre frente a los ajustes económicos de Maduro o por la huelga de 24 horas que convocaron partidos de oposición contra las reformas.
Los nuevos billetes del bolívar soberano comenzaron a ser expedidos por los cajeros automáticos, después de que la nueva denominación fue ajustada por la plataforma electrónica de los bancos.
Los caraqueños hicieron largas filas en cajeros electrónicos que dispensaban los nuevos billetes, con un límite de 10 bolívares soberanos (0.166 dólares).
Los bancos están trabajando y dando efectivo... He podido hacer transferencias (electrónicas), pagos y todo normal, dijo César Aguirre, contador, de 38 años, tras hacer un retiro de dinero. Pero los temores de una escalada de precios afloraron. Todo sigue caro. Los precios han aumentado, se quejó Carmen Maldonado, ama de casa.
El bolívar soberano desplazó al bolívar fuerte, al cual le suprimieron cinco ceros. El Banco Central publicó una tasa equivalente a 60 bolívares soberanos por dólar, formalizando una macrodevaluación de 96 por ciento.
La reconversión se hizo en medio de una hiperinflación que escala a más de ciento por ciento al mes y es la primera medida del plan de ajustes de Maduro, que incluirá también aumentar a niveles internacionales el precio de la gasolina, la más barata del mundo, que cuesta unos 4 centavos de dólar por litro, frente a 71 centavos de dólar por litro en Estados Unidos.
El plan incluye alzas de impuestos aprobadas por la oficialista Asamblea Nacional Constituyente (el IVA pasa de 12 a 16 por ciento), la liberación del mercado cambiario y un incremento al salario mínimo de 3 mil 400 por ciento, que lo dejó en mil 600 bolivares soberanos (26.6 dólares).
La patronal Fedecámaras señaló que el aumento salarial pone a muchas empresas en riesgo de quiebra, en un país donde el sector industrial funciona a 30 por ciento. A esto, Maduro respondió la noche del lunes en una transmisión por Facebook que el empresariado tendrá que verse las caras con el gobierno en caso de incumplir el programa económico, incluido el aumento del salario mínimo.
Maduro ratificó que el gobierno cubrirá el enorme diferencial del salario por 90 días, por lo que “aquí no puede haber una espiral hiperinflacionaria. Fedecámaras se quedó turuleca, con los ojos bizcos, porque le quité la excusa para subir los precios”, agregó.
La oposición, en tanto, llamó a responder al plan de Maduro con una huelga general que fue acatada en 60 por ciento con comercios cerrados y menos transporte y gente por las calles, afirmó el líder opositor Andrés Velásquez, quien reconoció que la respuesta no fue la esperada.
En ese contexto, un sismo de magnitud 7.3 sacudió la costa norte de Venezuela, lo que provocó alarma y desalojo de varios edificios, aunque no se reportaron víctimas, informó el ministro de Interior, Néstor Reverol.
Afp, Dpa y Reuters
Periódico La Jornada
Miércoles 22 de agosto de 2018, p. 25
Caracas
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