Crece lista de apoyo a pesquisas
Donald Trump, arrinconado por las investigaciones en su contra
Revelan que un encargado de sus finanzas decide cooperar con el fiscal especial Mueller
▲ El presidente estadunidense Donald Trump y su esposa Melania visitaron
ayer a un grupo de niños en un hospital de la ciudad de Columbus, Ohio.
Nueva York., Donald Trump concluyó tal vez su peor semana
como presidente con noticias de que otros socios íntimos suyos están
cooperando con fiscales federales y a pesar de un intento de él y de
otros republicanos por distraer la atención pública con el homicidio de
una joven estadunidense por un migrante mexicano, la Casa Blanca se
encuentra bajo sitio por múltiples investigaciones que nutren la
especulación sobre la posibilidad –aún lejana– de su eventual
destitución.
Ayer se reveló que a Allen Weisselberg, ejecutivo encargado de las
finanzas del imperio empresarial de Trump, le fue otorgada inmunidad a
cambio de su cooperación en la investigación contra Michael Cohen, ex
abogado personal del presidente, quien el martes pasado implicó a su ex
jefe en delitos federales al violar leyes electorales.
No se sabe aún si Weisselberg está cooperando en la investigación más
allá sólo del caso Cohen, pero ese ejecutivo ha estado encargado de las
finanzas de la organización Trump desde los 70, cuando el padre de
Trump, Fred, encabezaba la empresa, y también ha estado encargado de las
finanzas personales del ahora presidente. O sea, sabe todo lo que tiene
que ver con los negocios y maniobras financieras de la familia desde
décadas hasta hoy día. Por tanto, es potencialmente el más peligroso
para Trump si decide cooperar aún más en las múltiples investigaciones
federales y estatales en curso relacionadas con la corte de Trump.
El jueves anterior se divulgó que fiscales federales llegaron a un
acuerdo para otorgar inmunidad a David Pecker, otro amigo y colaborador
del presidente, ejecutivo en jefe de AMI, la editorial más grande de
tabloides de chisme en Estados Unidos, en la pesquisa en torno a Cohen
sobre los pagos durante la campaña presidencial de 2016 a dos mujeres
que dicen haber tenido relaciones sexuales con Trump.
Pecker realizó el pago a cambio de los derechos exclusivos sobre la versión de los hechos de una ex modelo de Playboy,
quien sostuvo una relación de meses con Trump hace una década, pero,
como ha sido una de las prácticas reveladas en este escándalo, la idea
era suprimir esa versión. (No ayuda, en este caso, que su apellido sea
una de las variaciones de argot para pene).
El principal tabloide de la empresa, National Enquirer,
guarda documentos sobre pagos a cambio de silencio de gente relacionada
con Trump, como historias potencialmente dañinas que ha suprimido en una
caja fuerte en sus oficinas, reveló la agencia Ap.
Todo esto después de que el martes Cohen –hasta hace poco abogado
personal y operador de confianza de Trump– sacudió a la Casa Blanca al
presentarse ante un tribunal para declararse culpable de ocho delitos,
incluyendo los dos sobre los pagos secretos a las dos mujeres –la de Playboy, Karen McDougal, y la estrella de porno Stormy Daniels– a cambio de su silencio poco antes de los comicios de 2016, con
el propósito de influir en la elección, acción que fue realizada por instrucciones del actual presidente, acusó el legista, implicando así a su ex jefe en un delito federal.
El martes, el ex jefe de la campaña de Trump, Paul Manafort, fue
declarado culpable de ocho cargos federales, en el primer juicio
resultado de la investigación encabezada –y que procede– por el fiscal
especial Robert Mueller.
La lista de personas cercanas al presidente que se han visto
obligadas a colaborar con investigadores a cambio de condenas reducidas o
a de inmunidad sigue creciendo y ahora incluye, además de Cohen,
Weisselberg y Pecker, a Michael Flynn, ex asesor de seguridad nacional
del presidente, al ex asesor de campaña George Papadopoulos y al ex
subjefe de la campaña Rick Gates. Más aún: recientemente se reveló que
el abogado de la Casa Blanca, Don McGahn, ha cooperado más extensamente
de lo que se sabía con la pesquisa del fiscal especial Mueller.
Expertos señalan que los casos que tienen que ver con los asuntos
personales y negocios de Trump son más peligrosos para el presidente, ya
que están en manos de fiscales federales y no dependen de la
indagatoria liderada por Mueller.
Todas estas pesquisas en combinación están preocupando cada vez más a
los aliados de Trump, ya que continúa intensificándose el peligro legal
para el presidente al tiempo que podría enfrentar un jaque político si
los demócratas logran romper el control republicano del Congreso en las
próximas elecciones intermedias de noviembre.
Un Trump cada vez más arrinconado hizo lo de siempre al continuar
contratacando no sólo a sus críticos, sino también a sus colaboradores.
Ayer, contra los deseos de sus asesores, siguió su confrontación contra
su procurador general, Jeff Sessions, al instarlo a que impulse
investigaciones contra los contrincantes políticos del mandatario, como
los Clinton, por
corrupción, y a los que se han atrevido a indagarlo, incluyendo a Mueller y al ex jefe del FBI James Comey.
Ante todo esto, lo que más desean la Casa Blanca y los republicanos
es una distracción, y justo en medio de todo esto les cayó como regalo
el caso del homicidio de una estudiante universitaria blanca, Mollie
Tibbetts, en Iowa, y el arresto de Cristhian Rivera, un migrante
mexicano y, posiblemente, indocumentado acusado del crimen.
De inmediato el presidente y sus aliados señalaron el caso como
prueba de la necesidad de la mano dura contra la migración promovida por
Trump desde que comenzó su campaña.
Los medios derechistas y más leales al presidente promovieron esa
nota como más importante que los problemas legales y políticos del
mandatario, mientras en un tuit la noche del miércoles Trump escribió
que Tibbetts
ahora está permanentemente separada de su familia(en una obvia alusión a su política universalmente condenada de separar a familias migrantes), y continuó:
una persona ingresó ilegalmente desde México y la mató. Necesitamos el muro, cambiar nuestras leyes de inmigración. Necesitamos cambiar nuestras leyes fronterizas y necesitamos que los republicanos lo hagan, porque lo demócratas no lo harán.
Sin embargo, por ahora esa y otras distracciones –por ejemplo, su
decisión de ayer de suspender las pláticas con Corea del Norte– no han
logrado cambiar la realidad de que esta fue tal vez la peor semana para
el presidente.
FotoFoto Afp, David Brooks Corresponsal.
Periódico La Jornada Sábado 25 de agosto de 2018, p. 23
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