CLAE / Rebelión
El senador Marco Rubio, presidente del Subcomité para el Hemisferio Occidental del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, furibundo anticubano y guionista y financista de la oposición radical venezolana, logró la aprobación de 20 millones de dólares para promover la “democracia” en Venezuela y 15 millones para el mismo “fin” en Cuba, pese a que el Departamento de Estado había solicitado al Congreso solo nueve y diez millones, respectivamente. |
El Congreso de
Estados Unidos acaba de aprobar 35 millones de dólares de su presupuesto
nacional, destinado a fabricar la “democracia” en Cuba y Venezuela, con
el cual pagarán a sus asalariados y las campañas de terror mediático, a
fin de hacerle creer al mundo que en esos países hay opositores
“independientes” y se “violan” los derechos humanos.
Claro: de
no existir ese dinero tampoco existirían los llamados disidentes que
alimentan a los medios hegemónicos con tantas falsedades (fake news), rumores, especulaciones, mentiras.
Hoy el sistema capitalista, monitoreado desde Washington, aspira a
desmontar los Estados, las identidades nacionales, las instituciones
republicanas y la política representativa, abandonando a la ciudadanía a
ser mero objeto de esas políticas.
El senador Marco Rubio,
presidente del Subcomité para el Hemisferio Occidental del Comité de
Relaciones Exteriores del Senado, furibundo anticubano y guionista y
financista de la oposición radical venezolana, logró la aprobación de 20
millones de dólares para promover la “democracia” en Venezuela y 15
millones para el mismo “fin” en Cuba, pese a que el Departamento de
Estado había solicitado al Congreso solo nueve y diez millones,
respectivamente.
En el caso cubano se aprobaron otro 29 millones
de dólares para la Oficina de Transmisiones a Cuba, destinados a Radio y
TV Martí, a pesar que jamás su señal se ha podido escuchar ni ver en la
isla.
Nicaragua, país donde Washington insiste en derrocar al
presidente Daniel Ortega, también fue “favorecido” con cinco millones
para “promover” la democracia y fabricar la “sociedad civil”, que se
suma a los presupuestos de la Usaid y la Ned, organizaciones ejecutoras
de los planes desestabilizadores, que incluyen 125 mil dólares para el
Observatorio de Derechos Humanos, y 119 mil para “promover la
participación ciudadana en la responsabilidad local”.
Otros 85
mil dólares están destinados a ONG de derechos humanos, 55 mil para
“construir” ciudadanía democrática, 95 mil para impulsar la “libertad de
expresión del artista independiente”, 55 mil para promover el cine
independiente, 23,5 mil para promover la libertad de prensa, 220 mil
para el Diario de Cuba, 225 mil para CubaNet News, 110 mil para apoyar
al periodismo “independiente y 60 mil para el Instituto Prensa y
Sociedad.
Asimismo con 230 mil dólares se apoyará a sindicatos
independientes y la empresa libre, 100 mil para “educar” a los
activistas juveniles cubanos sobre la democracia y las habilidades de
liderazgo, 140 mil en promover informes comunitarios, 68 mil en promover
ideas democráticas y participación ciudadana, 66,7 mil para apoyar la
libertad religiosa y construir puentes dentro de la sociedad civil.
Bloqueo y ahogo financiero
No son pocos los que aseguran que Cuba justifica sus errores con la
guerra económica total que le aplica Estados Unidos, emiten opiniones y
proponen cambios idílicos para que la economía de la isla avance. Pero,
¿cómo un inversionista extranjero puede hacer transacciones financieras
con Cuba, si cada vez más, la OFAC refuerza su persecución contra los
bancos que se atreven a efectuarlas, pregunta El Heraldo.
En
2015 Deutsche Bank fue multado por EEUU con 258 millones de dólares por
haber ejecutado trasferencias cubanas. La persecución es implacable. En
2017, el holandés ING Bank, se negó a transferir 60 mil euros de
la Asociación de Amistad alemana RFA-Cuba, destinado a familias
damnificadas por el huracán Irma y en 2012 recibió una sanción de 619
millones de dólares por realizar transacciones con Cuba y el
Departamento del Tesoro lo obligó a romper relaciones comerciales con la
Isla.
La multinacional sueca, Ericsson, especializada en
las telecomunicaciones, tuvo que pagar una multa de 1,75 millones de
dólares por reparar, mediante su filial basada en Panamá, equipos
cubanos de un valor de 320 mil dólares. En julio 2012, el Departamento
del Tesoro multó en 1,35 millones de dólares, a la empresa
estadounidense Great Western Malting Co. por vender entre agosto 2006 y marzo 2009, cebada a Cuba a través de sus filiales extranjeras.
La guerra financiera pretende ahogar la economía cubana, siguiendo las
recomendaciones de Lester Mallory, sub secretario de Estado para el
hemisferio occidental, en abril de 1960: “Debe utilizarse prontamente
cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba.
Negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y
monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del
gobierno”.
La ley Helms-Burton, sanciona a los
inversionistas foráneos, los coacciona y condena, colocándolos en una
posición de indefección en sus negocios. En mayo del 2014, multaron al
banco francés BNP Paribas, con 10 mil millones de dólares, cifra
record en la historia, por violar las leyes del bloqueo. El gobierno
francés negoció con la Casa Blanca y obtuvo una rebaja de 8 mil 834
millones de dólares.
El banco alemán Commerzbank, en marzo 2015
tuvo que pagar una multa de mil 196 millones de euros, por realizar
transacciones con empresas cubanas.En el 2014, los bancos franceses Société Géneral y Crédit Agricole, la banca italiana UniCredit y la alemana Deutsche Bank, corrieron la misma suerte que los bancos antes mencionados.
Empresas de Alemania como, Siemens, Daimler y Deutsche Telekom
recibieron amenazas de Estados Unidos por hacer contratos con empresas
de Cuba. Los dos mayores bancos de Suiza, Union Bank of
Switzerland (UBS) y Credit Suisse, desde el 2005 fueron obligados a
terminar las transacciones con Cuba, después de recibir amenazas de
Estados Unidos.
Las contribuciones de Cuba a los organismos
multilaterales también son sometidas a esa cacería. Cuba se vio impedida
y obstaculizada de pagar sus cuotas desde 2004. En el 2006 le fue casi
imposible liquidar el pago a la Unión Internacional de
Telecomunicaciones (UIT) y a la Organización Meteorológica Mundial
(OMM), con sede en Ginebra, debido a la negativa del Banco suizo UBS, de
recibir transferencias desde Cuba.
El gobierno de Estados Unido
decidió una vez más tener relaciones diplomáticas formales con Cuba,
pero la mayoría de las restricciones económicas y comerciales impuestas
desde los años 60 del siglo pasado, no han llegado a su fin. Pero la
injerencia estadounidense en los asuntos internos de Cuba no finaliza y
ahora el Congreso destina más millones de dólares para desestabilizar a
la isla.
Elmer Pineda dos Santos: Periodista cubano asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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