A poco más de un año de gobierno, la Coalición Cambiemos está en cuidados intensivos. En su segundo discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, el presidente Macri confirmó el rumbo neoliberal de la política económica y su abierta confrontación en contra del trabajo nacional, utilizando eufemismos para mencionar sus planes de ajuste. Después de conocerse los últimos sondeos de opinión que lo ubican por debajo del Partido Justicialista-Kirchnerismo y del Frente Renovador, parece no ser muy efectiva su estrategia de impulsar paquetazos mientras tantea la respuesta de la sociedad organizada -partidos, movimientos y sindicatos-. Ante las respuestas adversas, acude recurrentemente a la excusa del “error” proveniente de su falta de experiencia, aunque se desempeñó como jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires entre 2007 y 2015.
El discurso de Macri en el
Congreso fue realizado en tono de campaña, quizás para calmar a los
socios del PRO en la alianza Cambiemos, que en las últimas semanas se
han mostrado nerviosos por la descendente imagen del gobierno en pleno
año electoral. Para la Coalición Cívica, la situación del gobierno llegó
al límite y “no pueden admitirse más errores”[1],
en un tono más fuerte, el senador Julio Cobos de la Unión Cívica
Radical, calificó de muy grave y abusiva la actuación de Macri en el
cuestionado arreglo del gobierno con la empresa de su propiedad[2].
Ese malestar posiblemente crezca aún más tras haberse conocido que el
presidente fue imputado por favorecer económicamente a la aerolínea
Avian Líneas Aéreas, propiedad de la familia Macri, en detrimento de la
estatal Aerolíneas Argentinas[3].
Para
la alianza de gobierno el deterioro de su imagen pública y de gestión
es demasiado preocupante, puesto que parte importante del andamiaje del
PRO está supeditado al “estado de opinión mediático” creado por la
asesoría de Jaime Duran Barba. Tal nerviosismo obligó a la diputada
Elisa Carrio a sobreexponerse ante los medios de comunicación para
desmarcarse de las dádivas estatales a las empresas de la familia Macri
(de Correos y Avian), al punto de adjudicarse el anuncio presidencial de
una posible ley de responsabilidad empresarial[4].
El
discurso leído por Macri, escrito con milimetría electoral por sus
asesores, tiene como telón de fondo las mediciones de tres empresas
encuestadoras: Ipsos Mora & Araujo, Haime & Asociados y Aresco,
quienes reportan un descenso de 8 puntos en la imagen del gobierno al 28
de febrero[5].
Estos estudios ratifican la tendencia de los sondeos de la primera
mitad de febrero, que indicaban un deterioro de la imagen del gobierno.
Hoy está llegando al 57% de imagen negativa, mientras que menos del 40%
de los encuestados aún lo considera positivo.
El camino optado
para bajar el tono al escándalo parece ser sacado del recetario
neoliberal: una Ley de Responsabilidad Empresarial llamativamente tardía
que no explica ni exculpa la actuación nada decorosa del presidente en
el caso de Correos o de las concesiones de rutas aéreas. Mucho menos
después de las demostraciones de afecto macrista por los negocios
expuestas en una gira por España. Más que una visita política fue una
ronda de negocios patrocinada por el gobierno de Mariano Rajoy y la
cámara empresarial española, en la cual exhibió su faceta más
conservadora y neoliberal[6].
Un viaje muy parecido a los que proliferaron durante los años 90, que
iniciaron el camino de las privatizaciones de la petrolera YPF, de
Aerolíneas Argentinas y de otras empresas, que resultaron desastrosas
para la economía nacional y muy provechosas para las empresas españolas.
Mientras
privilegia estas rondas de negocios, el gobierno ha hecho alarde del
decreto de expulsión de los migrantes infractores, en el mismo tono del
presidente conservador Donald Trump, con la clara intención de generar
un estado de opinión favorable hacia su gestión. Macri culpa de la
delincuencia a las comunidades bolivianas, peruanas y paraguayas, aunque
las cifras lo desmientan: sólo el 6% de los hechos delictivos es
atribuido a migrantes[7].
Otra medida en la misma senda es el proyecto de ley que pretende bajar a
14 años la edad de imputabilidad. Esta “solución”, además de ser
regresiva y contraria a las normas internacionales, es marginal para
reducir la inseguridad, pues el número de casos de delitos cometidos por
menores de 16 años es de mínimo impacto en la problemática de seguridad
que vive el país[8].
Sin
embargo, estos proyectos legislativos dirigidos a los votantes
conservadores no están en el centro de las discusiones al interior de la
coalición de gobierno, atravesada por numerosas pugnas internas, y una
oposición política y social cada vez más combativa. El asunto
trascendente es la perspectiva electoral de octubre: la diputada Elisa
Carrió está tensionando para tener un lugar privilegiado en las
elecciones, lo mismo que la Unión Cívica Radical, que pone en juego 19
de las 36 bancas que actualmente ocupa en el Congreso[9];
desde el PRO apuestan a capitalizar la gestión de la gobernadora María
Eugenia Vidal, quien es la mejor ubicada en las encuestas[10].
Mientras
tanto, el triunvirato que dirige la CGT recibió el apoyo del Partido
Justicialista-PJ, para las jornadas de movilización y protesta
convocadas a partir del 7 de marzo con ocasión de la discusión salarial[11].
Los gremios docentes anunciaron que no iniciarán clases el 6 de marzo
si no hay paritarias nacionales con un piso salarial razonable. El
malestar social por la situación económica se traduce en anuncios de
unidad y acción, como el expresado por las dos facciones de la CTA
lideradas por Pablo Micheli y Hugo Yasky, quienes anunciaron la
reunificación de la central sindical en las próximas elecciones,
superando la traumática ruptura del 2010[12].
Todo
indica que la coalición de gobierno se enfrentará con dificultad a los
importantes desafíos que le esperan en las elecciones, para las que sus
principales opositores se ubican por ahora con ventaja en la provincia
de Buenos Aires -que por ser el mayor distrito electoral siempre define
las elecciones. Allí Cristina Fernández encabeza los sondeos, seguida
por Sergio Massa, ambos de origen peronista y opositores (con
diferencias) a la coalición macrista[13].
Se esperan movilizaciones y una ardua negociación para la configuración
de las ofertas electorales tanto del gobierno, como de la oposición,
con la no poca injerencia del poder judicial y del poder mediático.
Javier Calderón Castillo (@javiercc21 ) y María Florencia Pagliarone (@Floripa_2012) / Investigadores CELAG
Notas
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