Toda la historia de la sociedad humana hasta la actualidad es una historia de la lucha de clases
(Karl Marx, 1818-1883)
Los votos mayoritarios para Moreno han sido también un duro golpe a la derecha latinoamericana que estaba en ascenso desde las elecciones a la Asamblea Nacional en Venezuela, la elección presidencial en Argentina, el referéndum en Bolivia y el golpe de Estado en Brasil.
Así pasó en Ecuador donde la derecha empezó a gritar fraude el mismo día de la elección porque se dieron cuenta que estaba perdiendo la contienda electoral. El periodista de El Telégrafo Pedro Bieger aclaró que "en esta lógica de la oposición no importan ni los números, ni los votos obtenidos, ya que se ha sentenciado que si se pierde es porque hay fraude".
El mismo candidato banquero Guillermo Lasso, quien obtuvo el segundo lugar en las elecciones (28.10%), arengó a sus partidarios a desconocer los resultados de las elecciones cuando aún sólo se estaba escrutado el 20% de los votos. Apenas se cerraron las urnas y se iniciaba el conteo, el líder de CREO-SUMA anunció que no permitiría una derrota electoral. Así es su percepción de la democracia. Terminado el conteo, el presidente Rafael Correa mostró las actas adulteradas y leyó los datos inconsistentes que le otorgaban más votos a Lasso y a otros candidatos de la oposición.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
(Karl Marx, 1818-1883)
Los votos mayoritarios para Moreno han sido también un duro golpe a la derecha latinoamericana que estaba en ascenso desde las elecciones a la Asamblea Nacional en Venezuela, la elección presidencial en Argentina, el referéndum en Bolivia y el golpe de Estado en Brasil.
A
la vez, la reciente experiencia electoral de Ecuador ha demostrado que
la derecha nacional igual como la latinoamericana ha perdido toda su
imaginación recurriendo a la misma táctica que utilizaron la Mesa de la
Unidad Democrática (MUD) en Venezuela y el Movimiento Cambiemos de
Mauricio Macri en Argentina. Primero, edificaron su campaña electoral
sobre la "lucha contra la corrupción" al estilo promovido por el actual
presidente de Brasil, Michel Temer, contra Petrobras y que
posteriormente involucró a la Corporación Odebrecht S.A. Como un calco,
la oposición ecuatoriana empezó a denunciar los sobornos en Petroecuador
tratando de envolver infructuosamente en el escándalo al presidente
Rafael Correa y su vicepresidente Jorge Glas a quien acusaron de lavado
de dinero en Panamá. Para esta campaña difamatoria siempre tuvieron a su
disposición Teleamazonas, Expreso, Ecuavisa, los portales web Mil
Hojas, Plan V, Cuatropelagatos y La República, entre otros.
La
segunda parte de esta táctica consistió en el lanzamiento de una guerra
mediática contra el Gobierno progresista. Rafael Correa fue tildado de
"dictador" y que estaba creando un culto a la personalidad. La difícil
situación económica en la que se encontraba Ecuador, como resultado de
la crisis económica mundial y los desastres nacionales, fue atribuida
por la oposición a la incapacidad del Gobierno de solucionar los
problemas. El tercer truco de la oposición, formado por las derechas
políticas, las elites empresariales de las cámaras de la producción, los
más influyentes medios de comunicación privados, de la internacional
derechista latinoamericana y del Departamento de Estado norteamericano,
consiste en lanzar el grito de "inminente fraude" si es que la oposición
no gana la elección.
Lea también: ¿Cuál es la dinámica de una segunda vuelta electoral?Así pasó en Ecuador donde la derecha empezó a gritar fraude el mismo día de la elección porque se dieron cuenta que estaba perdiendo la contienda electoral. El periodista de El Telégrafo Pedro Bieger aclaró que "en esta lógica de la oposición no importan ni los números, ni los votos obtenidos, ya que se ha sentenciado que si se pierde es porque hay fraude".
La
oposición se olvidó inmediatamente de los postulados de la democracia al
invitar a las Fuerzas Armadas a 'defender' la democracia a través de un
golpe de Estado. La democracia para los dirigentes de la alianza
CREO-SUMA, Guillermo Lasso, Cynthia Viteri del Partido Social Cristiano,
Mauricio Rodas, alcalde de Quito y su aliado incondicional Andrés Páez,
es funcional solamente a sus intereses. Al ver que estaban perdiendo,
se olvidaron de la tolerancia, el respeto y el diálogo que pregonaban
para el bien de la patria y llamaron a la violencia mostrando su
verdadera cara cargada de odio, intolerancia y abuso.
Durante
cuatro días bloquearon el tráfico frente a la sede del Consejo Nacional
Electoral, impidieron la libre circulación de personas e inclusive
llamaron a incendiar la capital. Lo insólito fue durante aquellos días
de caos en la zona que el mismo alcalde de Quito, Rodas, no defendió la
ciudad, sino que ayudó a la oposición con los recursos públicos del
Municipio para hacer proselitismo olvidándose de sus deberes.
Simplemente no quiso ver cómo los militantes de CREO-SUMA agredían a los
periodistas de El Comercio, rompían las puertas de casas particulares y
ofendían a los empleados del Consejo Nacional Electoral.
Tema: Elecciones en EcuadorEl mismo candidato banquero Guillermo Lasso, quien obtuvo el segundo lugar en las elecciones (28.10%), arengó a sus partidarios a desconocer los resultados de las elecciones cuando aún sólo se estaba escrutado el 20% de los votos. Apenas se cerraron las urnas y se iniciaba el conteo, el líder de CREO-SUMA anunció que no permitiría una derrota electoral. Así es su percepción de la democracia. Terminado el conteo, el presidente Rafael Correa mostró las actas adulteradas y leyó los datos inconsistentes que le otorgaban más votos a Lasso y a otros candidatos de la oposición.
Lo
que fue nuevo en esta contienda electoral desde el punto de vista de la
lucha de clases, según la periodista ecuatoriana Carol Murillo Ruíz, es
el momento en que las calles se convirtieron en "el escenario de un
activismo conspirador contra el estado de derecho por unas clases (la
media —aspiracional— y la alta —inamovible—) que ideológicamente pugnan
por dominar el sentido (común) de la política local". Lo interesante fue
también que los habitantes de las provincias con significativa
presencia indígena (Cotopaxi, Chimborazo, Tungurahua y Bolívar) se
aliaron con el banquero siguiendo el ejemplo de cinco de las seis
provincias amazónicas. La vieja izquierda marxista, la izquierda
democrática, Pachakutik, varios movimientos indígenas y gremiales
decidieron no apoyar a la Alianza PAIS y presentaron a su propio
candidato, el general retirado Paco Moncayo, con una agenda que no dista
mucho de la de la derecha en su retórica, obteniendo cerca del siete%
de los votos.
La
derecha centró su programa en la salud, seguridad, empleo y educación
al estilo que estrenó en América Latina el actual presidente de
Argentina, Mauricio Macri, quien prometió crear un millón de empleos,
promesa que resultó en unos 200.000 nuevos desempleados. Guillermo Lasso
también ofreció la misma cantidad de nuevos puestos de trabajo
aplicando las recetas neoliberales. No tomó en cuenta que el Gobierno de
Macri se convirtió en uno de los más entreguistas en la historia de
Argentina al complacer a los fondos buitre, al abrir la puerta a dos
bases de la Agencia de la Seguridad Nacional norteamericana (NSA) en la
Triple Frontera y en la Tierra de Fuego, al ignorar por completo la
existencia de las islas Malvinas, al condecorar al rey Felipe VI de
España, igual como lo hizo el general Videla en 1978 con el entonces rey
Juan Carlos I, con la Orden del Libertador San Martín, quien luchó
contra el reino español por la independencia de Latinoamérica.
©
AP Photo/ Kirsty Wigglesworth
Guillermo
Lasso ya prometió a EEUU en señal de la sumisión que expulsará de la
Embajada de Ecuador en Londres al fundador y editor de WikiLeaks, Julian
Assange, declarando que "nuestra embajada no es un hotel". Al líder de
CREO-SUMA no le interesa promover un debate sobre el futuro de su país,
sino que tiene como meta principal hacer retornar el neoliberalismo en
beneficio de las elites nacionales y las corporaciones transnacionales.
Este supernumerario del Opus Dei sueña con la salida de su país de la
ALBA y sin duda alguna abriría otra vez las puertas de Ecuador a las
bases norteamericanas en su país, las que cerró el presidente Correa.
Lo
triste de la actual situación en Ecuador es que la clase media que
creció durante 10 años de Revolución Ciudadana del 19 al 43%, está
soñando con ser recibida por las élites nacionales que en su percepción
se podría lograr eligiendo a un presidente neoliberal que no exigirá
compartir sus beneficios con las clases marginales. Para Édgar Vega,
catedrático de la Universidad Andina Simón Bolívar, en la clase media
hay una "ideologización generalizada" que no revela el sentir de todo el
país. Vega considera que "los sectores medios suelen creer que lo que
ellos viven lo experimenta también todo el país y extienden esta
polarización al resto del país".
Los
indígenas también, al mejorar su situación económica, piensan que para
su avance social se necesita un cambio de Gobierno, mientras que la
izquierda opina que Rafael Correa claudicó ante la oligarquía nacional y
con la elección de un presidente de la derecha, el pueblo despertará
del letargo de un aparente bienestar y la lucha social tomará de nuevo
su impulso.
En total, el país está en una incertidumbre en vísperas de la segunda vuelta electoral
que tendrá lugar el próximo 2 de abril donde el progresismo se
enfrentará al neoliberalismo, precisamente en momentos cuando la derecha
está acumulando avances en América Latina.LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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