Acompañado
de dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT) Lula aseguró que
pocas personas en Brasil tienen una vida pública tan controlada como la
suya y empezó recordando con orgullo cuando fundó el partido en sus
tiempos de sindicalista a finales de los años 70.
En
opinión de Lula lo que despertó la ira contra el PT fue el "éxito" de
su Gobierno, dijo en referencia a la inclusión social y a la fuerte
inversión en educación, por ejemplo.
Antes de ahondar en las acusaciones de corrupción
criticó la "hipocresía" que supuso apartar del poder a la expresidenta
Dilma Rousseff, después de inventar una mentira y agradeció a los
diputados y senadores que la apoyaron y votaron en contra de su
destitución.
"Tengo la conciencia tranquila y
mantengo el buen humor (…) Sé quién quiere que me vaya y sé quién
quiere que vuelva"; aseguró en su primera referencia a las acusaciones
de la Operación Lava Jato, añadiendo que nadie antes que él y la expresidenta Dilma Rousseff hicieron tanto por fortalecer las instituciones del Estado, como la policía y la Fiscalía.
"La lógica ya no es la de los autos del proceso, es el titular en la prensa", lamentó Lula, remarcando que hay una persecución explícita contra su formación: "Ven al PT como un partido que tiene que ser extirpado de la historia política brasileña".
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