En
ese lapso, el Estado gastó unos 137.000 millones de dólares en el
conflicto, según cálculos del Instituto de Estudios para el Desarrollo y
la Paz (Indepaz) y la Agencia de Comunicaciones para la Paz (Acpaz)
incluidos en el estudio "Las cifras de la guerra y de la transición".
Ese
monto representa unos 2.533 millones de dólares por año o unos 7,3
millones de dólares por día que, de haber sido invertidos en sectores
productivos, permitirían al país disfrutar hoy de un grado de desarrollo
similar al de Chile o al de alguno de los llamados "tigres asiáticos"."Lo que se ha gastado por día en guerra la última década, con cargo al presupuesto público, es igual a lo que gastan a diario tres millones de familias pobres colombianas para comer", precisa el estudio.
Aproximadamente 70 por ciento de los hogares pobres del país cuentan con ingresos por debajo del salario mínimo legal vigente, equivalente a unos 210 dólares.
El presupuesto bélico colombiano de 2014 sumó 42.000 millones de dólares y que a valores actuales supera con creces los fondos del Plan Marshall que durante cuatro años se destinaron a la reconstrucción de Europa luego de la Segunda Guerra Mundial.
Los recursos para la guerra tuvieron un lugar central en el presupuesto desde hace 52 años, pero se incrementaron a partir de la década de 1990, cuando el conflicto armado interno se recrudeció.
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El gobernante que hizo el mayor incremento fue Ernesto Samper (1994-1998), quien durante su mandato destinó a la guerra 8.691 millones de dólares, un 188 por ciento más que su antecesor César Gaviria (1990-1994), quien asignó 3.009 millones de dólares.
Los
dos exmandatarios, sin embargo, apoyan el acuerdo de paz que firman
este lunes el Gobierno y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia).
Pero el presidente que más recursos puso al servicio
del conflicto fue Juan Manuel Santos en su primer mandato (2010-2014),
con 47.053 millones de dólares, a pesar de ser el gobernante que pasará a
la historia por haber sellado el acuerdo de paz.Réditos de la paz
El Gobierno de Estados Unidos, que desde 1964 destinó 8.729 millones de dólares a la guerra colombiana, hoy se apresta a otorgar los primeros 450 millones de dólares para reforzar los logros en seguridad y contribuir a la reintegración de los combatientes de las FARC a la vida civil.
Pero el dato numérico más significativo es que un alto porcentaje del dinero que se empleaba para la guerra será destinado a una reforma agraria integral, que permitirá a los campesinos contar con tierras y el apoyo necesario para que las cultiven.
Ese avance, alega el Gobierno, no solo permitirá mejorar la calidad de vida de los campesinos, sino ampliar el mercado interno y la demanda.
"El país ha estado con un conflicto que se ha concentrado en el campo, en ciertos sectores de Colombia, en ciertos territorios; y esta paz nos va a permitir llegar a esos sectores donde el Estado difícilmente había llegado en los últimos 50 años", ha señalado Santos.
Pese al conflicto armado, Colombia es la cuarta economía más importante de América Latina, con un crecimiento anual del Producto Interno Bruto (PIB) en torno al cuatro por ciento.
Después del armisticio, el PIB podría crecer entre cinco y 5,9 por ciento al año, estima el Departamento Nacional de Planeación.
En
paz, el sector privado podrá llegar a mercados nunca antes alcanzados, y
la inversión será la variable en la que más se sentirá el efecto, ya
que su monto repuntaría en 10 años en unos 12.900 millones de dólares,
lo que equivale a 5,5 puntos del PIB.Visto de este modo, el Acuerdo Final de Paz no es solo un paso histórico en términos políticos y sociales, sino el mejor negocio para Colombia y sus 47 millones de habitantes.
Las cuentas del Gobierno aseguran que se puede duplicar en una década el PIB por persona y alcanzar así el estatus de país de ingreso medio-alto que ya lograron otros vecinos.
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