TeleSUR/La Radio del Sur
El presidente de los Estados Unidos (EE.UU.), Barack Obama, se olvidó de América Latina durante el acostumbrado informe anual que presentan los jefes de Estado ante el Congreso norteamericano, dirigiendo su atención hacia los problemas económicos y migratorios en su país, las guerras en el extranjero y el fortalecimiento de las relaciones con la Unión Europea, región que hoy día enfrenta una grave crisis social y financiera.Durante el llamado Discurso del Estado de la Unión, el primero de su segundo mandato, Obama solamente se refirió a Latinoamérica para expresar su intención de “completar las negociaciones para un Acuerdo de Asociación Transpacífica” que crearía una zona de libre comercio con Asia y el Pacífico, incluyendo solamente a Chile, Perú y México.
El Mandatario señaló que este convenio multilateral buscaría impulsar las exportaciones estadounidenses, apoyar la generación de empleos en su país y lograr “igualdad de oportunidades para los estadounidenses”, sin mencionar los beneficios que conllevaría para las demás naciones.
Igualmente, Obama solo mencionó a México, nación fronteriza, para resaltar que “Estados Unidos está recuperando empleos procedentes de su vecino del sur”.
En relación al tema migratorio, problema que afecta principalmente a la comunidad latina, se limitó a exhortar, nuevamente, al Congreso para que elabore una reforma migratoria que regularice la situación de unos 11 millones de indocumentados que viven en pésimas condiciones; una promesa incumplida que arrastra desde su primera campaña electoral, en 2008.
En cambio, el Presidente dedicó gran parte de su discurso a la política exterior que emprenderá hacia Medio Oriente y Asia, que incluirá las “amenazas” de Corea del Norte, el programa nuclear de Irán, los conflictos en Siria y Egipto, las reformas en Birmania y sus relaciones con Israel.
Otras regiones del mundo como Asia, África, Europa han manifestado sus intenciones de incrementar la cooperación con los países latinoamericanos, por considerar que esta región de América avanza a pasos agigantados por la senda del desarrollo, situación que podría conllevar beneficios para las grandes potencias que sufren los embates de la crisis global.
Cambio climático
En materia ambiental, el Presidente dijo que “EE.UU. actuará por su cuenta” para hacer frente al cambio climático, a menos que los legisladores lleguen a su propio plan para reducir las emisiones de carbono.
A pesar de sus señalamientos, la realidad pasa por el hecho de que Washington se niega a firmar el Protocolo de Kioto y otras regulaciones similares que tienen por objetivo reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global.
También se refirió a sus relaciones con Irán, señalando que “ha llegado el momento de poner fin al controvertido programa nuclear” mediante una “solución diplomática”. No obstante, agregó que hará “todo lo que sea necesario para impedir que ellos accedan a tener un arma nuclear”.
Washington mantiene las severas sanciones económicas contra Irán a pesar de que el mismo Gobierno estadounidense ha reiterado en diversas ocasiones que no tienen prueba alguna de que Teherán esté detrás de la construcción de una bomba atómica.
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