22 de febrero de 2013, 14:13Por Enrique Torres
Santiago
de Chile, 22 feb (PL) El reciente arresto de tres soldados bolivianos
por efectivos de la policía de Carabineros de Chile, y el posterior
encausamiento judicial de los uniformados, enrarecieron aún más las ya
polémicas relaciones entre los dos países.
De acuerdo con el
presidente de Bolivia, Evo Morales, el Gobierno chileno tomó como
rehenes a los militares, en venganza por los reiterados reclamos de La
Paz a su derecho a una salida al mar, opinión que difiere con la de La
Moneda, que justifica el arresto por la entrada de los soldados a
territorio de Chile con armamento de guerra.
"Hay mucha soberbia, en especial de parte del presidente, Sebastián
Piñera, y su cúpula", aseguró Morales en una reciente conferencia de
prensa en Naciones Unidas, en que reafirmó la postura de su gobierno,
expuesta antes en una misiva al secretario general de la ONU, Ban
Ki-moon.
Los soldados Álex Choque (20 años de edad), Augusto
Cárdenas (19) y José Luis Fernández (18) fueron detenidos el 25 de
enero último por una unidad de la policía de Carabineros, en el sector
de Colchane, Región de Tarapacá, a mil 987 kilómetros al norte de la
capital.
En la carta remitida a Ban Ki-moon, Bolivia reclama a
Chile la inmediata liberación de los militares que según La Paz,
penetraron en territorio del país vecino mientras perseguían a un grupo
de contrabandistas de autos.
El texto explica las
circunstancias en que ocurrieron los hechos en una región donde "no
existen señales que delimiten la línea fronteriza entre los dos
Estados", por lo que los soldados tenían la convicción de que operaban
en territorio boliviano.
Señala que los contrabandistas
ingresaron a Bolivia con vehículos indocumentados, presumiblemente
robados, según declararon a las autoridades de Chile, pese a lo cual
"recibieron todo el apoyo de la policía chilena en contra de los
soldados bolivianos".
La carta afirma que esa conducta supone
un evidente incumplimiento de varios tratados internacionales, entre
ellos el acuerdo bilateral sobre cooperación entre la Policía Nacional
de Bolivia y Carabineros de Chile, de noviembre de 2008.
Además, considera que la detención preventiva dictada por la parte
chilena constituye un gesto inamistoso, un acto de mala vecindad y una
decisión desproporcionada. Bolivia estima que en ningún caso esos
militares debieron ser llevados a juicio porque en el fondo la
pretensión del Estado chileno es juzgar al Estado boliviano, lo cual es
violatorio del principio "par in parem non habet imperium" (nadie tiene
potestad sobre su igual).
Por su parte, el Gobierno del
presidente Piñera insiste en que los soldados fueron arrestados por
penetrar en territorio del país austral con armamento de guerra, y que
el caso debe ser decidido por la Justicia.
"Esas tres personas
están detenidas no por ser bolivianos, no por ser soldados, sino por
haber ingresado ilegalmente a territorio chileno portando armamento de
guerra, lo cual según nuestra ley de control de armas constituye un
delito", expresó este viernes Piñera en una declaración desde La Moneda.
Por ello, catalogó de correcta la actuación de la policía de
Carabineros, de la Fiscalía Nacional y del Poder Judicial, que según
dijo, se ha ajustado estrictamente a derecho.
El mandatario
consideró necesario clarificar que el límite entre Chile y Bolivia en
la zona por la cual ingresaron los tres soldados bolivianos, se
encuentran perfectamente delimitado.
"Y en consecuencia los
soldados bolivianos que presuntamente resguardan esa frontera conocen o
debieran conocer ese límite, y que Chile va a resguardar ese límite al
igual que hace con todos los límites y territorios de nuestro país",
enfatizó.
Piñera rechazó las insinuaciones o acusaciones de
autoridades bolivianas acerca de un eventual involucramiento o
complicidad de Carabineros de Chile con el tráfico y contrabando en la
zona, acusaciones que calificó de infundadas e irresponsables.
Atribuyó a la falta de colaboración de la defensa de los soldados
bolivianos la demora de una solución más pronta y tal vez más oportuna
a este caso.
El 13 de febrero, el tribunal de Pozo Almonte
decidió mantener en prisión preventiva a los tres soldados, tras
desestimar el pedido de la defensa de suspender la prisión preventiva
de los uniformados, recluidos en el Centro de Cumplimiento
Penitenciario de Alto Hospicio.
De acuerdo con el dictamen del
juez, los militares permanecerían tras las rejas mientras dure la
investigación del incidente, que se extendió 10 días, en
correspondencia con la solicitud de la fiscalía.
En la
acusación se presentaron cargos por porte ilegal de armamento de guerra
e ingreso por un paso no habilitado, delitos que pueden ser sancionados
con penas desde cinco a 20 años de prisión.
La Corte Suprema de
Chile dio su visto bueno a la decisión de la Corte de Apelaciones de
Iquique, que rechazó el recurso de amparo interpuesto por la defensa a
favor de los soldados.
Para el venidero día 25 fue programada
la próxima audiencia del caso, un mes después del arresto, cuando debe
estar concluida la investigación y sean revisadas las medidas
cautelares.
Previo a esa audiencia, este viernes los militares
declararán ante la fiscalía regional de Tarapacá, primera vez que lo
harán de forma conjunta.
El abogado de defensa Roberto Celedón
consideró una locura e irracionalidad la detención de los uniformados,
que de acuerdo con el letrado no tenían conciencia de haber penetrado
en territorio chileno.
Celedón recordó que cuando el soldado
Fernández, que era quien portaba el fusil, prestó declaración ante un
juzgado de garantías, en dos oportunidades reiteró que desconocía haber
traspasado la franja fronteriza.
"No tenían ni idea, no tenían
ni idea", exclamó el abogado en una entrevista con un canal de
televisión chileno, tras reafirmar la tesis de que fue uno de los
mismos contrabandistas, de apellido Cárdenas Troncoso, quien alertó a
la policía de Carabineros de Chile que los militares del vecino país
violaron la frontera.
Esta semana, miles de bolivianos
pertenecientes a diferentes organizaciones sociales e instituciones del
país marcharon por calles de La Paz rumbo al Consulado de Chile, en
demanda de la liberación de los uniformados.
La tirantez en los
vínculos diplomáticos entre Chile y Bolivia, que carecen de
representaciones a nivel de embajadores, se acentuó en los últimos
meses, ante una mayor insistencia de La Paz de disponer de una salida
soberana al mar.
En la Guerra del Pacífico, de 1879 a 1883,
Bolivia perdió 400 kilómetros de costas y 120 kilómetros cuadrados de
territorio, y por ende su única salida al mar. |
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