A un año de su viaje
Recordamos, memorable Poncho, que hace un año partiste físicamente. Mas tu infaltable ejemplo y tu delgada figura, se eleva gallarda, firme y determinada a la cabeza de las marchas populares. Figura que se ha quedado en nuestras consciencias con su eterno reclamo de: ¡Hagan la Revolución!
Reclamo drástico que llamaba a la unidad de las organizaciones que muchas veces por diferencias nimias retrasan esa fundamental condición para vencer al Imperio y sus oligarquías locales. Condición que si no es cumplida acrecienta los dolores de parto de una nueva sociedad desgastando al pueblo que cual macilenta madre jadea agotada de tanto querer parir sin éxito.
Si pudieras proferir análisis estos contendrían, sin duda alguna, los que arrancarían tus cavilaciones acerca del cumplimiento de tu sueño que, con sus bemoles, se ha irrigado por la América nuestra. Ese que entre flujos y reflujos avanza, no sin el peligro de la guerra que pende como espada de Damócles sobre sus hijos. Y, no porque ellos la añoren, sino porque el águila calva, desesperada por perder altura y majestuosidad, desea enterrar de nuevo sus garras sobre estas gentes magníficas y seculares.
Desventuradas experiencias han retrotraído algunos avances en Honduras y Paraguay. El Imperio no ceja en complotar contra la vida y la libertad. A su favor los ricos lacayos de siempre y la ignorancia que por siglos ha anclado sus venas en la historia de miles que al igual que en tiempos de Espartaco, a pesar de que su espada resumió toda la esperanza y la promesa de una nueva vida, no le creyeron y preferían los esclavos la seguridad del barracón donde su comida estaba confiada pero la cadena esclava aplastaba cualquier sueño de dignidad.
Nuestra parcela, aún no escamotea los influjos oligarcas. Al contrario, pareciera que nos hundimos más en el fango de la caducidad y las épocas rebasadas. Tanto, que un siniestro personaje, sátrapa y violador de elementales derechos viene de la mano del viejo tirano de Colombia, patrocinador de narcos y paramilitares como es Álvaro Uribe Vélez y del representante del franquismo de España, José María Aznar. Este personaje enemigo de la democracia es Dionisio Gutiérrez, que como la oligarquía va, no dudamos tenga aspiraciones presidencialistas. Ahora que el gobierno castrense actual le ha allanado el camino, es probable que sus tinos sean afianzar a su rémora clase en el poder del Estado para meternos de lleno en la lúgubre noche neoliberal. Volver nuestra patria en una trinchera más contra la arremetida popular y en un consorcio transnacional para estrujar sus riquezas para amasar fortunas particulares. Jamás crecimiento y desarrollo como son sus promesas electoreras.
El militarismo ha hincado de nuevo sus dientes sanguinolentos en la patria guaraní. Para ello, solo bastó un grupúsculo de traidores que defenestrando al Presidente electo por su pueblo, tuvieron las manos libres para entregar la nación a sus amos. Escupitajos que apoyados en leguleyas tramas abren así la puerta a sus expoliadores. Indignos esperpentos cuya imagen es la del torvo granuja que no le importa la suerte ni de su madre ni de sus hijos con tal de ver colmada su hacienda. Pero de esa argamasa están hechos los muros de la ignominia que este sistema putrefacto levanta a cada estanco. Aún en las más libertarias secciones estas piedras aplastan las efemérides más nobles. Envenenan las más acrisoladas aguas. Y, esto tú lo sabías espléndidamente Poncho y a pesar de ese cerco tu luz jamás languideció. Jamás tu rama se prestó a colgar estos grotescos nidos.
A un año de tu partida querido Poncho, tu fragor en la lucha retumba en nuestras cabezas. La juventud ha levantado de nuevo su cabeza demostrando que en esas almas cándidas corre la sangre indómita de los que jamás doblegarán el lomo ante el látigo. Que mil reformas se pueden plantear pero que viniendo de los que no tuvieron empacho en masacrar al pueblo, son ensayos de esclavitud.
La esperanza, Poncho, viene cabalgando desde el sur. Sube como la hiedra por las defensas. Como ésta se incrusta abriendo hendeduras, demostrando que cuando el pueblo tiene el poder es capaz de sacar de la miseria a todos por igual y que los bienes no son escasos, sino acaparados por, como es la consigna de los mineros del carbón en España, por cuatro hijos de puta, son utilizados para domesticar y amansar a la mayoría por hambre y necesidad.
A un año de tu viaje, Poncho, te recordamos y una muestra de ello es que, al igual que el Che, tu rostro marcha firme en las pancartas de los pobres, tu nombre adosa nombres de colectivos y tu mirada junto a la de los héroes adoquina el camino de la Revolución mundial.
¡Viva Poncho Bauer! ¡Viva su ejemplo! ¡Loas a su memoria!
Colectivo La Gotera
Guatemala, 10 de julio de 2012
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