Somos un Colectivo que produce programas en español en CFRU 93.3 FM, radio de la Universidad de Guelph en Ontario, Canadá, comprometidos con la difusión de nuestras culturas, la situación social y política de nuestros pueblos y la defensa de los Derechos Humanos.
jueves, 5 de julio de 2012
¡Adelante estudiantes!
Con preocupación y desilusión se ha sido testigo de como los medios han echado, como ya es costumbre de entes mediocres, el carretón de la basura sobre los estudiantes, tratando de poner a la opinión pública en contra de los que han desenmascarado a los verdaderos culpables de la falta de diálogo, la ruptura de los acuerdos y el pérfido engaño: las autoridades de educación y el gobierno central. Todo, por el ansia y desesperación de imponer su visión neoliberal también en el tema educativo.
Reportajes, editoriales, caricaturas, columnas que aunque se jactan de “independientes”, siguen la línea trazada por el gobierno en su terca posición de imponer los intereses de la clase que domina el Estado, son los que dominan el espectro noticiario.
Incluso, eminentes intelectuales entre los que destacan algunos profesores que conocedores del espíritu juvenil y bregado con su natural efusión, salen ahora dándose baños de pureza al fustigar solo a los estudiantes señalándolos de delincuentes, robusteciendo la tesis de que aquellos son los que se oponen ciegamente a la fabulosa Reforma Magisterial, “armados hasta los dientes” de piedras y palos con el agravante de “agredir primero” a las “macilentas” fuerzas policiales antimotines quienes solo tienen a su favor escudos, trajes especiales antidisturbios, bastones y lanza granadas lacrimógenas para protegerse de la descomunal fuerza de los adolescentes quienes, ante esa “gigantesca” arremetida, tuvieron que resguardarse tras los carros lanza-agua y parapetados desde allí contraatacar con gas pimienta, bombas y bastonazos contra los “vándalos”.
Incluso, apresando a un profesor y dos estudiantes, a quien, al primero, el Ministerio Público en una veloz maniobra le endilgó cargos de sedición, atentado, desorden público e instigación a delinquir y a los otros los envió a la correccional, da muestras que su estructura no está a favor de la mayoría de la población sino para la defensa del Estado oligárquico. Porque, ojalá esta instancia actuara con la misma inquina y celeridad en casos como los de Cristina Siekavizza y otros cientos más que enlutan a las familias guatemaltecas las cuales esperan estoicamente una justicia que cada día se ve más lejana. Que con la misma rapidez actuaran contra funcionarios corruptos que son noticia diaria en los diferentes medios.
La Reforma Educativa más que necesaria es urgente, pero, como sabiamente sentenció el Che, con las armas melladas del capitalismo muy difícil, sino imposible, llevar a buen puerto cualquiera de las más nobles iniciativas en beneficio de las mayorías. Ésta, como otras similares, será acondicionada en el camino de su promulgación, al interés mercantil de la clase dominante, deformando el verdadero espíritu de los que pensando en las próximas generaciones de ciudadanos guatemaltecos, la construyeron para desarrollar a los jóvenes en el conocimiento de nuestra verdadera historia. La de nuestros pueblos y no la que repite, de una u otra forma, la de los conquistadores. Similares iniciativas, como las del Hambre 0, las del apoyo a los pequeños productores agrícolas, a la microempresa, etcétera, pierden así su espíritu fundacional para trocarse por el “hacer buenos negocios”. Reformas que se van desfigurando conforme van alimentando a instancias privadas que se aprovechan de la premura de su implementación y que, a la vez, sirven para mediatizar la verdadera misión del Estado.
Ejemplos plausibles, Teletón, iniciativa para atender a la niñez con discapacidad pero que en manos privadas sin fiscalización profunda sirven para mantener un emporio que encontró en ese sector de la población, el gancho idóneo para concentrar inversión a través de los aportes individuales de las personas utilizando a su vez mano de obra regalada representada por jóvenes que en su labor “voluntaria” de recolección les recuperan los fondos con los cuales se amasan fortunas particulares además de, con esa pantalla, soslayar impuestos y, de ribete, acaparar una imagen ensalzable de monjes franciscanos a sus administradores. Claro, vergüenza fuera que no construyeran instalaciones para ello y no dieran los servicios que prestan, pero esa que es potestad suprema del Estado en infraestructura y gratuidad, hoy es cobrado, aunque estos cobros sean mucho menores que en lo particular.
Repetirán muchos que la gratuidad es un mal ejemplo a los ciudadanos. Que crea dependencia e indolencia. Empero, nada es gratis en ninguna parte. Esa gratuidad es fruto de los impuestos que el Estado recauda, donde, la mayoría de guatemaltecos es la que más tributa pues la base tributaria en este país está sustentada en los impuestos regresivos como el IVA, mientras que impuestos directos y progresivos como el Impuesto a la Renta y a las Ganancias acaban de ser rebajados con la famosa y reciente Reforma Tributaria que este gobierno impuso como una de sus primeras iniciativas para congraciarse con sus financistas de campaña provenientes de la oligarquía criolla.
Y, así la labor del Estado está siendo acaparada por entes privados propiedad de los oligarcas. Los fertilizantes, cuya adquisición ha sido foco de corrupción; la salud pública que también sufre las mismas contradicciones y, lo que acapara la atención hoy, la educación que ha sido reducida a una labor puramente pecuniaria, donde la parte más negativa la sufren los maestros y los estudiantes tanto en lo público como en lo privado. Los primeros, porque no han sido estimulados ni espiritual ni económicamente por las diferentes administraciones de gobierno que han pasado y la presente y, los segundos, porque reciben una paupérrima formación que ha dado como resultado una población incapaz de proyectar al futuro soluciones para el desarrollo.
Pero, esto es culpa íntegramente de una visión cortoplacista de la oligarquía de este país que asumiendo recetas imperialistas como el Neoliberalismo, en franco retroceso a nivel mundial, siguen ofreciendo nuestro país como suministrador de materias primas y de explotación en bruto de sus recursos energéticos y naturales a las transnacionales; no obstante, queriendo igualarse a los países desarrollados que en primera instancia, han estimulado sus fuerzas productivas para que den el salto cualitativo de la artesanía y la economía basada en la producción extractiva primaria a la industrialización con generación de valor agregado que implica soberanía e independencia, siguen fracasando por apoyar iniciativas caducas. De tal manera que por ello, los discursos de libertad, soberanía y democracia a la oligarquía local le quedan guangos. No son congruentes con sus acciones diarias. Incapaces de liderar esos movimientos revolucionarios por su misma conformación parásita y de clase no perteneciente a una formación capitalista moderna, han frenado, incluso, a una burguesía con ideas de modernidad para que pueda liderarlos. Son la rémora de esta sociedad a la cual están transformando paulatinamente en su sepulturera.
Terca oligarquía, que aún con números que testifican que 7 de cada 10 egresados lo han hecho de colegios “privados” con un triste rendimiento pues, en el espíritu mercantilista de este tiempo, sus dueños han contratado los servicios, no de profesores sino de bachilleres, de contadores, de secretarias, de cualquier otro individuo que no sea especializado en la misión educadora con el fin de pagarles menos; sin un perfil que hable de su vocación de capacitado para ello, lo cual ha desembocado en la situación educativa actual de la cual culpan ahora a los estudiantes y profesores. No obstante esas contradicciones, apuestan a privatizar la educación pero siempre dentro de un cauce mercantilista lo que terminará de configurar un territorio habitado por seres más dependientes e ignorantes alejados del vocablo ciudadanos que por lo mismo estarán más prestos al servilismo, el chismorreo y la lambisconería. ¿Acaso no es lo que se puede respirar en los últimos años en todas las esferas de la sociedad?
Por ello, acomodándose al esquema extractivista de materias primas y de explotación de recursos naturales y energéticos en bruto, a la oligarquía no le interesa una Reforma Educativa que lleve a plantear una política de soberanía e independencia. Al contrario, formar técnicos para las transnacionales y empresas mixtas pertenecientes a su oligarquía y del Estado que lo manejan ellos, donde la parte del león les corresponde, es lo que los mueve a reformar la educación. Una “reforma” que no instituya espíritus libres sino ánimos serviles, complacientes y reacios a defender sus propios derechos ciudadanos. La productividad de que tanto hablan es entendida como superexplotación pero enmascarada bajo ese término, la cual lleva implícita la anulación de los derechos de los trabajadores como es la seguridad social y las demás ventajas económicas como bono 14, aguinaldo y vacaciones que los trabajadores han conquistado a través de sus luchas. Esto para favorecer un contrato social de amplia y diversa movilidad laboral exenta de derechos elementales en otras sociedades carente de pasivo laboral. Su concepto de libertad, la imposición de su pequeña y poderosa clase de su visón del mundo en lo productivo y en lo espiritual donde el individualismo es el eje central; la democracia, la seguidilla de gobiernos donde la oligarquía se pasa la estafeta cada cuatro años para seguir imponiendo sus intereses sin darle participación genuina al pueblo. Un correlato de corruptos que dicen ser “representantes” de las clases más desposeídas pero que pertenecen o trabajan para la oligarquía, los cuales han venido minando este término tan genuino y sagrado.
Por todo ello, la resistencia valerosa de los estudiantes, que aún ignorando estas profundas y mezquinas ambiciones de esa clase explotadora y abusadora, se han resistido y siguen resistiéndose a aceptar las recetas precocinadas de los funcionarios y tecnócratas neoliberales sirvientes de esa clase dominante gorrona que utilizando a pseudolíderes, ganadores del desprecio histórico, que han servido como entes desmovilizadores y mediatizadores de las gestas populares, siguen aglutinando la admiración y el respaldo de la población.
Apoyo tímido, pero apoyo al fin, a pesar del cobarde papel que los medios de comunicación han jugado en este ínterin, como en muchos otros donde los derechos de la mayoría han sido cercenados para insuflar las ganancias de los ricachones perniciosas a la población, especialmente a la más pobre, porque por hacer más grandes sus fortunas se tienen que desmantelar los beneficios elementales que toda población debe tener para su desarrollo.
Mientras tanto los intelectuales, el gremio de los profesores, el de otros estudiantes, los especialistas en educación, los sindicatos siguen en un balbuceo casi ininteligible dejando a las muchachas y muchachos que se enfrenten solos a las huestes represivas y experimentadas del Estado tanto en lo físico como en lo discursivo. Tanto en la calle como en lo mediático. Excepcionales, por minoritarias, son las voces que se pronuncian a su favor, pero no importa, como una gotera pertinaz en pleno invierno un día seremos aluvión.
El silencio de los que pueden aportar en la lucha por una revolución social que traiga como corolario una revolución educativa genuina es más criminal que las lacrimógenas, las balas y las botas de los gendarmes. Ese silencio vivifica a una oligarquía anodina que se relame con la sangre y la carne trémula de nuestros jóvenes que hoy nos han dado una muestra de su valentía y coraje.
¡Adelante estudiantes! ¡El futuro es vuestro, y éste no se vende!
Colectivo “La Gotera”
Guatemala, 04 de julio de 2012
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