Moisés Eugenio Alvarenga Luna (*)
SAN SALVADOR - Una tímida campaña política, frente a otra adversaria con despliegue de astucia, precedió a este resultado electoral negativo del partido de izquierda, el cual por veinte años había ido en ascenso en cuanto a su número de votantes.
En un análisis sobre “las tres izquierdas de El Salvador”, podemos distinguir tres expresiones, de las cuales puede distinguirse: la partidaria, la no partidaria y la eventual o coyuntural. En la reciente votación, la izquierda no partidaria se abstuvo de participar, seguramente como una forma de protesta para hacer notar la inconformidad por la administración de la cosa pública, pues se esperaba más definición y transformaciones en lo político económico de este gobierno, tal como estaba programado.
La izquierda eventual o coyuntural, es un sector de centro que según el escenario político, se desplazan de uno a otro partido, de acuerdo a la conveniencia del momento, la cual, podría ser que favoreció en esta ocasión el partido que obtuvo el tercer lugar en las votaciones.
Las tres izquierdas favorecieron el triunfo en las elecciones del año 2009 al actual presidente de la República, sin embargo, para las del 11 de marzo de 2012, ese fenómeno no se volvió a repetir. Es que debe entenderse, que no toda la población de izquierda es obligatoriamente afín al partido.
Debe destacarse también, que además de observarse un acomodamiento al sistema, se confiaron, a lo mejor creyendo que la respuesta del votante es automática y que por lo tanto, los resultados favorables de las últimas votaciones se iban a repetir. Los romanos creían que los esclavos eran cosas y así los trataron, como a objetos.
La dirigencia del partido ha cometido errores, no ha sabido escuchar, ha mostrado intolerancia; el presidente de la República, se distanció haciéndole el juego al adversario; ha habido conflictos que han trascendido al conocimiento publico que han sido aprovechados por los detractores para contribuir al fracaso. Falta inteligencia, mucha inteligencia; se requiere de una o varias mentes técnicas que asesoren a la dirigencia, desvinculada de la pasión política.
La falta de definición y el temor reverencial hacia la contraparte política, no les permite gobernar con el margen de desplazamiento que la ley les permite. Por complacerlos, se han descuidado de su gente, de quienes les dieron el voto, pensando que con agradar a sus adversarios van a callar sus críticas, pero no lo han logrado, por el contrario, éstas han sido constantes tildándoles de incapaces.
Por último, deben convocar a todos los sectores, especialmente a aquellos de izquierda que les han sido críticos, se les debe abrir las puertas para escucharles sus opiniones y consejos, también deben oír a las organizaciones de la sociedad civil, a los académicos de la Universidad de El Salvador y otras similares, a los profesiones honestos, a sectores religiosos afines y mantener un diálogo permanente sobre temas de gran trascendencia nacional. A los políticos ya se les escuchó por 20 años.
(*) Colaborador de ContraPunto
No hay comentarios:
Publicar un comentario