El seguimiento fue superior al de la última huelga general de 2010. El 29M dejó las calles españolas pobladas de un descontento que convocó a centenares de miles de manifestantes en protestas por todo el país.
Los sindicatos cifraron en un 77% el seguimiento de una jornada que calificaron de “éxito”. En 2010 hablaron de un 70%. El Gobierno, por su parte, evitó dar datos globales de seguimiento, aunque sí dejó claro que el tronco de la reforma laboral no cambiará: “La agenda es imparable”, zanjó la ministra de Empleo, Fátima Báñez.
Rajoy señaló la “total” normalidad de la jornada. Pero hubo puntos calientes como el centro de Barcelona, donde se produjeron fuertes disturbios: quema de contenedores, pedradas contra establecimientos y conatos de cargas policiales. En total, hubo 176 detenidos en la jornada y 116 heridos, 70 de ellos policías, según datos del Gobierno.
Más de 380 concentraciones
Según el Ejecutivo, hasta las 20.00 horas se habían registrado 381 concentraciones (306 en 2010). Algo que incidió en el número de detenidos (176), frente al centenar de la última huelga.
Uno de los indicadores que se suelen usar como más fiables para las huelgas –el del consumo energético– dejó hasta las 21.00 horas una caída del 15,3% con respecto a lo previsto por Red Eléctrica para un día en las mismas condiciones que el de ayer (horario de verano, climatología… pero sin huelga). Respecto al paro de 2010, el consumo fue ligeramente inferior. En esta ocasión se ha consumido un 2,5% menos de energía que en la huelga contra la reforma del Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero.
Los parados, clave
Entre las claves de la diferencia de seguimiento de la huelga y la gran afluencia en las manifestaciones están los 5,3 millones de parados. Estos no entran en la primera estadística, pero sí en la segunda. Además, a la hora del análisis hay que tener en cuenta la imposibilidad de asumir un recorte en la nómina por ir a la huelga y el miedo a perder el puesto de trabajo.
Las movilizaciones pueden ir a más en un mes. Los sindicatos han dado de plazo al Gobierno hasta el 1 de mayo para que este tenga un gesto, o se recrudecerá la protesta social. “Si no cambia la reforma e insiste en una dinámica suicida habrá un conflicto ascendente y prolongado”, afirmó el líder del sindicato Comisiones Obreras (CCOO), Ignacio Fernández Toxo, en su dicurso en la madrileña Puerta del Sol tras la multitudinaria marcha de la capital. “El Gobierno tiene en su mano una escalada del conflicto… la sociedad ha dicho no a una reforma que conduce a los seis millones de parados”.
“El Gobierno ha desbrozado las esperanzas de la sociedad española”. “Cuando un gobierno no reconoce la realidad al final la realidad acaba por no reconocer a ese gobierno”, añadió Cándido Méndez, líder de la Unión General de Trabajadores (UGT).
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