La Resistencia hondureña sigue su lucha contra el régimen golpistas mientras la gente sale a las calles
Resumen Latinoamericano/Agencias - En medio de una fuerte jornada de protesta de maestros y empleados públicos, el Frente Nacional de Resistencia Popular de Honduras (FNRP), que es encabezado por el presidente legítimo del país Manuel Zelaya, rechazó este martes participar en un diálogo convocado por el régimen de Porfirio Lobo para promover una supuesta reconciliación.
El 4 de octubre pasado, la administración hondureña, elegida después del golpe de Estado en junio de 2009, llamó a un diálogo con diferentes sectores sociales.
Unos mil miembros del FNRP se reunieron en una asamblea en Tegucigalpa, donde los delegados de cada uno de los 18 departamentos hondureños fueron pasando ante la mesa principal y rechazando la invitación de Lobo, en medio de las demostraciones de apoyo de los asambleístas.
En el masivo encuentro los miembros del Frente acordaron seguir luchando por el regreso de Zelaya, que se encuentra exiliado en República Dominicana, luego de ser sacado por la fuerza del país en un operativo militar que contó con el apoyo de tropas estadounidenses.
El mandatario legítimo ha calificado el diálogo impulsado por el régimen como una “trampa” de Lobo para “legitimarse”, aunque seis dirigentes liberales que integran el FNRP aceptaron conversar.
La resistencia hondureña no reconoce al actual gobierno al que cataloga como una continuidad del golpe de Estado, por haber sido elegido en comicios efectuados bajo el régimen de facto de Roberto Micheletti en noviembre de 2009.
Los asambleístas votaron también crear un Comité Político que luchará por lograr que sea convocada una asamblea constituyente.
En tanto, miles de maestros hondureños comenzaron la suspensión de clases en todo el país en protesta por el retraso en el pago de salarios.
Los docentes exigen el pago de 190 millones de dólares para más de 3.000 profesores, aunque el régimen asegura que debe 94 millones de dólares.
Por su parte, los empleados públicos realizaron una manifestación en Tegucigalpa para exigir a la administración de Lobo cumplir con el aumento del salario mínimo.
Con pancartas y megáfonos, los trabajadores se concentraron en las afueras de la Casa Presidencial en momentos en que se celebraba una reunión del Consejo de Ministros.
Después de seis meses de retraso en el pago, Lobo anunció días atrás un aumento en los sueldos con carácter retroactivo pero hasta ahora no se ha hecho efectivo.
Según establece la ley, el presidente hondureño debió haber fijado el monto del salario mínimo en abril pasado, ante el fracaso de las conversaciones entre sindicatos y empresarios.
A pesar de que las centrales sindicales flexibilizaron su posición al bajar la demanda de incremento del 30 al 15%, el sector privado propuso apenas el 3,7%.
En la actualidad el sueldo mínimo en Honduras es de 5.500 lempiras (291 dólares) para los trabajadores del sector urbano y de 4.055 (214 dólares) para los del área rural, mientras que el costo de la canasta básica asciende a más de 12 mil lempiras mensuales (unos 625 dólares), según datos recientes publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas.
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