Somos un Colectivo que produce programas en español en CFRU 93.3 FM, radio de la Universidad de Guelph en Ontario, Canadá, comprometidos con la difusión de nuestras culturas, la situación social y política de nuestros pueblos y la defensa de los Derechos Humanos.

miércoles, 27 de octubre de 2010

La tumba abandonada


Con este vibrante testimonio, el ahora general y doctor Gallardo reconstruye para los lectores de Forum la honrosa tarea de exhumar los restos del general Francisco Villa, por órdenes de Francisco Galván López, más tarde secretario de la Defensa Nacional, dictadas al joven capitán una mañana de noviembre de 1976. Pero fue por decisión propia que José Francisco se empeñó con dedicación y fervor a transformar la tumba abandonada –con tareas diarias de limpieza, riego y flores–, en un cotidiano: “¡Estoy presente general!”

La tumba abandonada
José Francisco Gallardo Rodríguez
generalgallardo@yahoo.com.mx

A los jóvenes de México.

José Doroteo Arango Arámbula, mejor conocido como Francisco o Pancho Villa, El centauro del norte, nació en Durango el 5 de junio de 1878 y murió asesinado en Parral, Chihuahua el 20 de julio de 1923. Su tumba fue profanada el 6 de febrero de 1926, el encargado descubrió que la fosa 632/Sec.IX había sido violada.

Francisco Durazo, coronel de la Guarnición Militar de Parral, dijo que por órdenes de Álvaro Obregón, Villa debería ser decapitado. Una patrulla de soldados del 11º Regimiento de Infantería, saltó la barda del panteón, cavaron la sepultura, cortaron la cabeza y la envolvieron en una camisa. Durazo la guardó en una caja de municiones y la ocultó bajo su cama, por ello recibiría 50 mil dólares del Chief officer de Columbus. Otros cuentan que está enterrada en El Huérfano, entre Parral y Jiménez.

Esto viene a cuento por lo del centenario de la Revolución. En 1974, siendo capitán recibí bajo mi mando la plaza de Parral, el destacamento se encontraba a un costado del Panteón de Dolores, justo donde estaba la tumba abandonada, después de la negativa del general Enríquez para que fuera sepultado en el panteón “De los héroes nacionales” en Chihuahua.

Conocía algo de la historia por la vox populi:

“Cuantos jilgueros y cenzontles veo pasar;
pero qué triste cantan esas avecillas;
van a Chihuahua a llorar sobre Parral;
donde descansa el general Francisco Villa;
lloran al ver aquella tumba,
donde descansa para siempre el general.
Sin un clavel, sin flor ninguna,
sólo hojas secas que le ofrenda el vendaval.
De sus dorados nadie quiere recordar,
que Villa duerme bajo el cielo de Chihuahua,
sólo las aves que voltean sobre Parral
van a llorar sobre la tumba abandonada.
Sólo uno fue, no lo ha olvidado,
a su sepulcro la oración a murmurar.
Amigo fiel, cual buen dorado,
grabó en su tumba ¡Estoy presente general!”

El primer reconocimiento a Pancho Villa fue en 1959 y después cada año.

  El mismo día que me hice cargo, con la tropa realizamos un boquete en la vieja barda que daba al panteón, la tumba estaba a unos metros, a partir de ahí ya no fue la “tumba abandonada” pues quedó bajo nuestro cuidado, la remozamos, sembramos flores, y ordené que a diario le hicieran el aseo y se regara. Frente a la tumba repetía ¡Estoy presente general! Tal cual la leyenda. Leer mas

No hay comentarios: