Alberto Híjar.
En 55 ciudades del mundo incluyendo la capital de México, con modestos automóviles al frente equipados con reproductores de la música andina, danzaron y cantaron cientos de hombres y mujeres de edades variadas con sus lucidos trajes de caporales. Así se da a entender el carácter plurinacional de la Bolivia actual donde se disputan las autonomías de raíz indígena que cuentan con el primer presidente de esta procedencia.
El sorprendente poeta embajador Jorge Mansilla, nos informó antes de tener que empujar junto con el agregado cultural uno de los autos al que se le agotó la batería eléctrica, que la danza tiene origen negro como la llamada Morenada en recuerdo de los esclavos conducidos encadenados en 1680 desde Potosí hasta La Paz, de 650 a 3500 metros de altura. Los descendientes construyeron un recorrido simbólico ataviados con trajes coloridos bordados e intervenidos con iguanas, soles, diablos festivos simulando un traje español de los tiempos coloniales hasta las botas altas con igual tratamiento burlesco de las elegancias de los conquistadores. Las mujeres, por su parte, lucen una faldita muy corta, tanto que en cada giro exhiben los calzones, todo como prueba de arrogante afirmación de una marcha liberadora que ahora es triunfante. En Oruro están quienes hacen estos trajes.
“Los Caporales son bolivianos” proclamaban las mantas cubriendo los cofres de los automóviles de modelos no recientes y algunos orgullosos abanderados, ondearon los lienzos emblemáticos de Bolivia y el de coloridas franjas del Tahuantinsuyo. La saya traducida como espera en memoria de los negros sacrificados, es ahora esperanza porque las 36 naciones originarias están en proceso de construir sus autonomías integradas a un estado-nación poderoso por sus fuertes raíces.
El domingo 18, Los Caporales recorrieron desde el Monumento a Juárez en la calle con su nombre para seguir por la avenida 5 de mayo hasta el Zócalo. Cuida el embajador ejemplar las referencias históricas al depositar una ofrenda al Benemérito de las Américas en el día conmemorativo de su muerte. El 5 de mayo de 1862 es la fecha del triunfo del Ejército de Oriente sobre el ejército francés en Puebla con el apoyo de los guerrilleros zacapoaxtlas. Historiador profundo, el compañero Jorge Mansilla orientó a Evo Morales cuando vino al DF de paso a la Cumbre de Cancún para que del aeropuerto fuera al Hemiciclo a Juárez como reconocimiento a la hermandad internacionalista entre los pueblos de Bolivia y México que dio lugar a que el primer país del mundo que reconoció a la República de Juárez fusiladora del emperador fallido azuzado por el Imperio Francés, fue Bolivia.
La danza de los caporales no sólo reunió a unos 230 caporales en cuadrillas guiadas por un cabo con silbato para indicar los cambios de pasos. Uno que otro güerito estuvo incluido, igual que la multitud que aplaudió el paso de los bolivianos con todo su orgullo de saberse sujetos de un proceso histórico ejemplar para América y el mundo especialmente en el año de 2010. Un Ministerio de Cultura que sí celebra con los pueblos el bicentenario de la independencia, coordinó a la Organización Boliviana de Defensa y Difusión del Folclore con los grupos Expresión Bolivia, Inti Raymi, Wayna Bolivia, Tinkus Bolivia, Virgen del Socavón y Bolivia Danza. Debiéramos aprender y emular.
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