Voces de Guayaquil, epicentro de la pandemia en Ecuador (XII)
Fuentes: Rebelión - Foto: Familia que debe recurrir a
la asistencia alimentaria en la cuarentena. Foto de Ricardo Ceballos
Estarellas.
En la décima segunda entrega de la serie, Ricardo
Cevallos Estarellas comenta sobre un programa de asistencia alimentaria
para los sin techo durante la pandemia. También se refiere a los
desafíos económicos y la encrucijada de qué hacer en este momento. Dice:
«Para quienes no tenemos grandes ahorros, el trabajar es una cuestión
de necesidad».
Entrevista a Ricardo Cevallos Estarellas, voluntario del programa
«Food for Guayaquil» y socio del hotel El Manso, Malecón de Guayaquil.
¿Nos podría comentar sobre el programa de asistencia alimentaria que han organizado desde el hotel El Manso?
El proyecto «Food for Guayaquil» surgió de la iniciativa de Kaj
Vilhelmsen, mi socio del Manso, de nacionalidad danesa. Algunos de sus
amigos en Europa querían colaborar de alguna manera con Ecuador y su
crisis sanitaria, y abrimos una campaña en GoFundMe en la que se recaudó
poco más de $1000. La meta era minimizar el costo administrativo a $0 y
que todo el ingreso sirviera para comprar insumos. Al inicio quienes
ayudaron fueron huéspedes del Manso, y poco a poco se fueron
incorporando más voluntarios locales. Asimismo, gracias a la difusión en
redes sociales, la campaña empezó a recibir donaciones de gente de
aquí. En la actualidad, servimos aproximadamente 60 platos por día, de
lunes a lunes.
¿Quiénes recurren a la ayuda alimentaria?
Los beneficiarios son
generalmente gente sin techo que deambula por el centro. Inicialmente nuestra
idea fue también ayudar a gente que normalmente trabaja y que, debido a la cuarentena no está en
condiciones de hacerlo. Pero las cosas se dan como se dan. Seguramente mucha de
la gente que usualmente trabaja en el centro no vive en el centro.
¿Cómo sobrevive un hotel como El Manso sin turismo? ¿Están
recibiendo huéspedes durante la cuarentena?
Al inicio de la
cuarentena, el Manso tuvo muchos extranjeros que llegaban a Guayaquil esperando
sus vuelos humanitarios para volver a sus países. Luego empezaron a
venir familias ecuatorianas que regresaron al país en la cuarentena. Originalmente
no estábamos aceptando viajeros en cuarentena para precautelar la salud de
nuestro staff y voluntarios, pero eventualmente Guayaquil se convirtió en una
de las zonas donde había pegado más el virus… y dejó de tener sentido
aislarnos de esa manera. También se hospedan aquí algunos médicos y personal
hospitalario.
¿Fue una decisión
difícil la transición entre prestar servicios en un hotel que promueve el
turismo ecológico a prestar servicios como trabajadores de la «primera
línea» durante la pandemia?
Fue una decisión difícil, pero necesaria porque para quienes
no tenemos grandes ahorros, el trabajar es una cuestión de necesidad, no tanto
de decisión.
Simultáneamente, desde el
inicio de la pandemia supe que había mucha manipulación mediática para exagerar
los riesgos de la enfermedad. A ver, seamos claros: Los grupos de riesgo sí son
vulnerables, y por eso a los miembros del equipo que están dentro de esos
grupos o que tenían familiares en grupos de riesgo se les dijo que no tenían
que venir a trabajar. Nos quedamos con menos personas y se vinieron a vivir al
Manso.
Muchas personas nos preguntan
por qué a Guayaquil le golpeó tan fuerte la pandemia. Es difícil tener
certezas; obviamente mucho tiene que ver el carácter abierto y cariñoso de
nuestra gente. Pero la gente en Colombia y otros países latinoamericanos
también es así. ¿Qué es lo que hace único a Guayaquil? Para mí existen dos
factores: uno, la rigidez del Ministerio de Salud que, a diferencia de otros
países, ha sido extremadamente cauto a la hora de usar tratamientos
experimentales para tratar la enfermedad. Ha afectado también la visión
obtusa del gobierno que en lugar de destinar fondos a adquisición de pruebas
para formar cercos epidemiológicos, optó por pagar cuotas de la deuda externa.
Pero esos factores
explican por qué Ecuador, pero no explican por qué Guayaquil… Hablo de eso y
otros temas relacionados a la pandemia en mi blog www.nuevasalternativas.com
y http://rikicevallos.blogspot.com/
«Voces de Guayaquil, epicentro de la pandemia en Ecuador»
consiste en una serie de entrevistas a residentes días posteriores a que su
ciudad estuvo en la primera plana de los noticieros internacionales por los
muertos sin sepultura y sus familiares clamando por ayuda a un Estado
aparentemente inexistente. Trabajadores, artistas, estudiantes, docentes sus
vivencias desde la ciudad que es el centro económico y financiero del país y
que paradójicamente también es la ciudad con mayor concentración de pobreza. Se
estima que un 17% de los 2.700.000 habitantes de la urbe viven en condiciones
de pobreza. Recostada sobre las aguas terrosas del río Guayas, con un clima muy
cálido y húmedo que no hace mella en la actividad intensa y el carácter
hospitalario y amable de sus habitantes, Guayaquil tiene la mayor densidad de
población del país y el sistema de transporte público con más usuarios. Estos
elementos junto a las profundas deficiencias del sistema de salud pública
nacional cuyo presupuesto fue reducido un 36% en el último año y la
desorganización del gobierno municipal son factores que ayudarían a explicar
por qué la ciudad concentra el 70% de los casos de COVID-19 en Ecuador y la
mayor cantidad de contagios per cápita en toda América Latina.
Libertad Gills coordinó la realización de todas las entrevistas de esta serie.
Enlaces
a las entrevistas previas de la serie:
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