Cuando comiencen los saqueos, comienzan los disparos
Protestas se extienden a 10 ciudades de todo el país
▲ Un manifestante sostienen un cartel frente a la Casa Blanca.Foto Afp
▲ Un hombre intenta apagar el fuego en un auto incendiado durante las protestas por la muerte de George Floyd.Foto Ap
▲ Manifestantes recorren las calles de Minneapolis pidiendo justicia.
Nueva York. Una vez más estalla la ira ante la violencia
oficial sistemática contra la comunidad afroestadunidense, con otro
grito de
ya bastaescuchado desde Minneapolis a varias ciudades del país.
El presidente Donald Trump amenazó con enviar tropas y disparar contra los amotinados.
“Hay una revuelta porque la policía no nos protege como dicen que
hacen… Estamos perdiendo a seres queridos todos los días. No somos
nosotros, es la policía, esta es la locura que ellos provocaron. Si
quitas (la vida) a un ser querido, tienes mucha gente adolorida. Y esto
no se acaba hoy. Nosotros no somos los que no estamos matando, esos son
ustedes. No podemos hacer un cambio si ustedes no cambian”, declaró un
joven adolescente en las calles de Minneapolis durante la revuelta de
furia la noche del jueves y madrugada del viernes en entrevista con
videorreporteros.
El caso que detonó la nueva ola de furia –sólo uno de incontables–
ocurrió el lunes pasado en Minneapolis cuando un policía blanco,
acompañado por tres oficiales más, arrestó a George Floyd, un hombre
afroestadunidense acusado de un delito no violento, sujetándolo con
esposas en un estacionamiento donde lo hizo tirarse al piso, se hincó
sobre su cuello por varios minutos, mientras el detenido exclamaba:
no puedo respirar. Murió poco después.
Fue una ejecución pública, declaró un observador.
Aunque los cuatro policías fueron despedidos, el culpable no fue
arrestado hasta este viernes y sólo después de las revueltas y demandas
por todo el país. Derek Chauvin, cuya imagen con su rodilla sobre el
cuello de Floyd se hizo viral, fue acusado de homicidio; su tres colegas
están aún bajo investigación.
Las protestas estallaron por tercer día el jueves y la madrugada del
viernes en Minneapolis, las cuales fueron enfrentadas con gases
lacrimógenos y balas de goma de la policía provocando una revuelta civil
que el jueves culminó con la ocupación de un cuartel policial en uno de
los barrios más afectados por la violencia oficial, que fue incendiado
mientras las fuerzas de seguridad huyeron.
Las autoridades declararon un estado de emergencia en la ciudad, y se
desplegaron elementos de la Guardia Nacional. El alcalde Jacob Frey
declaró un toque de queda de las 20 horas el viernes a las 6 de la
mañana del sábado.
Poco después de la una de la mañana del viernes, Trump emitió un tuit
–el cual fue parcialmente oculto por Twitter al considerar que violaba
sus normas por
glorificar la violencia– en el que amenazó con disparar contra los manifestantes, a los que llamó
matones(thugs, en inglés); criticó al alcalde de ser un
débil radical de izquierda, quien no logra imponer control, y dijo estar dispuesto a enviar tropas de la Guardia Nacional, advirtiendo que
cualquier dificultad y asumiremos el control; cuando empieza el saqueo, empiezan los disparos.
El mensaje fue denunciado como racista por una amplia gama de figuras
(la frase sobre el saqueo es exacta a una que usó un famoso jefe de
policía de Miami a finales de los años 60 para amenazar a
manifestantes), llevando a que Trump intentara rectificar sin lograrlo.
Mientras miles se manifestaban en Minneapolis, protestas estallaron
en más de 10 ciudades incluyendo Nueva York, Los Ángeles, Memphis,
Columbus, Phoenix, Atlanta y Louisville, algunas de las cuales
continuaron hoy con reportes de más arrestos esta noche. La pancarta más
común es
no puedo respirar.
Hubo brotes de violencia y decenas de arrestos, entre ellos un equipo
de periodistas de CNN en Minneapolis que fue rápidamente liberado con
disculpas del gobernador.
Con todo esto se renovó el debate de un tema obviamente sin resolver
después de repetidas promesas y compromisos a lo largo de los últimos
años.
El ex presidente Barack Obama declaró que “esto no puede ser ‘normal’
en el Estados Unidos de 2020”, y pidió un esfuerzo para crear una
nueva normalidad, pero no asumió ninguna responsabilidad por su fracaso para lograrlo durante sus ocho años en la Casa Blanca.
El ex vicepresidente y candidato presidencial demócrata Joe Biden denunció las palabras de Trump y declaró que
esto es una crisis nacionalque requiere de un
verdadero liderazgopara abordar las
heridas abiertashistóricas del racismo en el país.
El senador Bernie Sanders emitió un mensaje:
No podemos esperar más para actuar de manera firme y audaz para sacar el cáncer del racismo sistémico y violencia policiaca contra gente de color. Esto tiene que parar.
En Minneapolis, sindicatos y agrupaciones sociales se unen en apoyo a
los manifestantes y las demandas por justicia en el caso. Choferes
sindicalizados de autobuses municipales bajo las órdenes de la policía
rehusaron transportar arrestados en las protestas a las cárceles.
Algunos sindicatos nacionales, como el siderúrgico (USW) deploraron los
hechos como parte de un patrón de violencia racista en Estados Unidos.
No creo que la gente haya sido tan violenta como el sistema ha sido contra ellos, explicó Michael McDowell, un fundador de Black Lives Matter en Minneapolis. “Están reaccionando a un sistema violento… Ya no lo van a tolerar. Por eso está ardiendo Minneapolis”, indicó al Washington Post.
Aunque el caso de Floyd detonó esta ola de protestas contra la
brutalidad policiaca y la violencia racista contra minorías, su caso es
sólo el más reciente. En semanas recientes se registró el caso de
Breonna Taylor, una técnica médica de emergencia de 26 años quien fue
muerta a balazos por policías en Louisville que entraron por la fuerza a
su hogar durante una investigación antinarcóticos en marzo. En febrero,
Ahmaud Arbery, de 25 años, fue asesinado por un par de hombres blancos
cuando estaba haciendo ejercicio en un suburbio de Georgia.
Son incontables los casos anteriores, entre ellos el de Eric Garner,
quien también fue sujetado por policías en Nueva York en 2014 de tal
manera que sus últimas palabras fueron iguales a las de Floyd esta
semana:
no puedo respirary generaron el surgimiento de nuevos movimientos de derechos civiles, incluyendo Vidas Negras Valen (Black Lives Matter), entre otros.
Soñamos una utopía pero nos despertamos gritando, dice una nueva pinta sobre una barda en Minneapolis.
Foto Ap
David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
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