Página/12
El australiano no pudo descifrar la clave del Departamento de Defensa. |
Imagen: AFP
Finalmente
Estados Unidos puso sus primeras cartas sobre la mesa. Después de
investigar durante años a Julian Assange, fundador del sitio de
megafiltraciones WikiLeaks, después de presionar al gobierno ecuatoriano
para que lo expulsara de su embajada en Londres, donde estuvo asilado
casi siete años, después de que la justicia británica lo detuviera por
asilarse en la embajada estando en libertad condicional, después de que
el juez del caso emitiera un comunicado anunciando que Assange
permanecería detenido por un pedido de extradición de Estados Unidos,
después de todo eso el Departamento de Justicia estadounidense dio a
conocer una acusación formal en contra de Assange realizada por un Gran
Jurado de Alexandria, Virginia, que había permanecido secreta o
“sellada” durante años, a la espera de que Assange perdiera la
protección de Ecuador.
El documento, firmado por los fiscales
Kellen S. Dwyer y Thomas W. Traxler, acusa al editor y ciberactivista de
un solo delito, “conspiración para cometer intrusión de computadora",
cargo que conlleva una pena máxima de cinco años de prisión. No es un
delito grave, pero alcanza para pedir una extradición. Si dicho proceso
llegara a prosperar, agotar todas las instancias previstas en el sistema
judicial británico puede demandar años. Solo entonces la fiscalía
podría agregar acusaciones, por ejemplo de espionaje, para elevar la
eventual sentencia si fuera hallado culpable.
El
documento presentado a las autoridades británicas ofrece algunas pistas
de las intenciones de la fiscalía del norte de Virginia, localidad en
la que se concentra buena parte de las familias de militares, agentes de
inteligencia y fuerzas de seguridad que rodean a la capital
estadounidense. El texto señala que Assange conspiró para robar
documentos “relacionados con la defensa nacional, incluyendo algunos con
la calificación de ´secreto’, teniendo razones para suponer que la
información así obtenida podría ser usada para lesionar a los Estados
Unidos en favor de cualquier país extranjero".
En concreto, la
acusación se refiere a un hecho que apareció cuando los expertos
informáticos lograron desencriptar los chats entre Assange y Chelsea
Manning, la oficial de inteligencia condenada y luego perdonada por
filtrar documentos sensibles a WikiLeaks. La acusación afirma que
después de mandarle los partes de guerra de Irak y Afganistán, los
documentos sobre la cárcel de Guantánamo y los cables diplomáticos del
Departamento de Estado, Manning le advirtió a Assange que había otros
documentos interesantes almacenados en el servidor del Departamento de
Defensa pero que solo tenía una parte de la clave de acceso. Assange,
entonces, según la acusación se ofrece a intentar obtener la otra parte
de la clave. Para la fiscalía de Virginia, la oferta de Assange
constituye el eje central de una conspiración.
Lo interesante del
caso, o preocupante, desde el punto de vista del ejercicio del
periodismo, es que los demás elementos citados en la acusación como
parte de la conspiración no difieren para nada de una práctica habitual
de los periodistas en todo el mundo. A saber:
“Fue parte de la
conspiración que Maning y Assange usaran el servicio de chat online
'Jabber' para adquirir y difundir documentos clasificados.” Hoy en día
es práctica habitual de los periodistas de investigación el uso del chat
encriptado para obtener documentos secretos.
“Fue parte de la
conspiración que Assange y Manning adoptaran medidas para ocultar que
Manning era la fuente de la transmisión de documentos clasificados a
WikiLeaks, inclusive haber borrado el nombre del usuario en la
transmisión de datos y haber borrado los chats entre Assange y Manning."
Cabe aclarar que si no revelar la fuente y proteger su identidad forma
parte de una conspiración, el mundo está lleno de periodistas
conspiradores.
“Fue parte de la conspiración que Assange alentara a
Maning a que le proveyera información y archivos de agencias y
departamentos de los Estados Unidos.”
Otra vez: si alentar a una
fuente a darnos información secreta constituye un delito, millones de
periodistas deberíamos estar presos. Y los que no será porque son malos
periodistas.
El documento afirma que Manning le pasó a Assange
400.000 documentos sobre la guerra de Irak, 490.000 sobre la guerra de
Afganistán, 800 sobre la cárcel de Guantánamo y 250.000 cables
dipomáticos. Pero no lo acusan por eso, sino al mejor estilo del juicio
contra Al Capone lo acusan por una filtración que nunca ocurrió, ya que
la clave del servidor del Departamento de Defensa, según la acusación,
no pudo ser descifrada. En su último considerando, el documento de la
fiscalía informa:
“El 10 de marzo de 2010 o alrededor del 10 de
marzo, Assange le pide más información a Manning acerca de la clave en
cuestión y le comenta que no había podido obtenerla, que lo había
intentado pero hasta ese momento "sin suerte".
@santiodonnell
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/187034-washington-acusa-a-assange-de-una-filtracion-que-no-ocurrio
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