Hay una
sociedad civil fuerte
Por su historia, en Ciudad Juárez son aisladas las diatribas antimigrantes
Las protestas reúnen a una decena de personas
El antiguo Paso del Norte resiste el
estrangulamientofronterizo ordenado por Trump
▲ En la imagen un agente de la Patrulla Fronteriza
vigila cerca de los límites entre Tijuana y San Diego.Foto Ap
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Ciudad Juárez, Chih., Victoria Caraveo dice que el
antiguo Paso del Norte es una ciudad orgullosamente migrante. En esta
metrópoli la nombran la
activista millonaria, pues pertenece a una de las familias más pudientes del estado y en una época se destacó por su respaldo a madres de muchachas desaparecidas. Se recuerda igual su efímera incursión en las lides electorales, pues el año pasado buscó la alcaldía bajo las siglas del PAN, y quedó en un lejano tercer lugar.
Quizá por eso decidió encontrar otra causa y por estos días su
activismo se enfila contra el apoyo que los gobiernos estatal y federal
dan a los migrantes. Así, animó protestas contra
la invasión hormigaque, afirma, sufre su ciudad. Le preocupa sobre todo la presencia de los migrantes cubanos porque, dice, con ellos ha crecido la incidencia de enfermedades venéreas en el centro de la ciudad y los recursos que se destinan a atenderlos son arrebatados a los juarenses.
Todo lo expresa en un lugar emblemático que tiene una singular vista
de El Paso, Texas. Bajo un esperpento más del escultor Sebastián –el
Monumento a la Mexicanidad, aquí conocido popularmente como La X– Caraveo habla para las 10 personas que acuden a su convocatoria y para unos cuantos periodistas.
Pese a la escuálida asistencia, las frases de Caraveo recogen el
ánimo antinmigrante que no se atreve a decir su nombre en marchas, pero
lo grita en redes sociales.
▲ En la imagen niños centroamericanos cruzan por el Río
Suchiate desde Guatemala para llegar a Ciudad Hidalgo, Chiapas.
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Es una cara de la moneda en una ciudad que también ha dado numerosas
muestras de apoyo a los migrantes de la última oleada y que ha
aguantado, con una mezcla de paciencia y nervios de punta, el
estrangulamientofronterizo ordenado por Donald Trump, una serie de medidas que ya ha costado, sólo aquí, 170 millones de dólares, en las cuentas de Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores.
Los medios locales destacan la celeridad de la respuesta del
canciller, quien con fecha del viernes entregó en Washington una nota
diplomática en la que expresó
la urgencia de agilizar el tránsito de bienes y personas en la frontera.
El portal Nortedigital, por ejemplo, subrayó el hecho de que la reacción de la cancillería ocurra
a horas de que se cumpla un mes con las cargas de la maquiladora atoradas en la frontera.
Los juarenses
no tienen pantalones
Caraveo ha tenido días agitados. El viernes al mediodía
increpó al diputado Carlos Latorre porque el panista presentó una
iniciativa para que 2 por ciento de lo que se recauda en los puentes
internacionales vaya a un fondo de apoyo a los migrantes.
Cobarde y sinvergüenza, le gritó en la cara, para enseguida exigir que si los diputados quieren apoyar a los migrantes deben hacerlo con sus dietas.
Santiago González, visitador general de la Comisión Estatal de
Derechos Humanos, considera que las diatribas antimigrantes han tenido
poco efecto por la historia misma de la ciudad y porque aquí existe
una sociedad civil que tiene presencia y fuerza. Indica que
un llamado a realizar una marcha contra los migrantes sólo logró reunir a 10 personas, no pega porque estamos en una ciudad migrante.
El viernes hubo sólo 10 y no muchas más el sábado.
No tienen pantalones, resumió Kevin Fuentes, un asistente de cirujano que tiene doble ciudadanía, trabaja en El Paso como asistente de quirófano y posee un negocio de materiales dentales de este lado. Su queja: en Facebook confirman 500 personas, pero sólo llega una decena.
Fuentes reparte parejo, aunque su blanco principal es el gobierno federal.
Recibe con los brazos abiertos a gente que entró violentamente a México y los ayuda con los impuestos de los ciudadanos decentes.
Con uniforme de trabajador de la salud, Fuentes asegura que tampoco
apoya a Donald Trump, que conoce su juego político y que lo que quiere
es que se solucione la lentitud en los cruces fronterizos.
Se dice afectado por todos lados, pues se le dificulta traer los
materiales que vende en México y porque muchos clientes de los dentistas
mexicanos (acuden acá porque del otro lado arreglar una caries cuesta
un ojo de la cara) han dejado de venir por los prolongados tiempos de
cruce.
De seguir así cierro en menos de un año.
Los pobres, con los migrantes
Tres cubanos trepan en la camioneta. Agitan los brazos y
se despiden de Francisco García, párroco en la colonia Infonavit El
Jarudo, una de las zonas más violentas de Juárez.
¡Vamos a la lavandería!
A poco más de un kilómetro se encuentra el gimnasio donde el gobierno
de Chihuahua albergó temporalmente a unos centenares de migrantes. Por
ahí del 9 de marzo decidió cerrar el lugar.
Una treintena de cubanos llegó una noche que caía aguanieve y se
encontró con la mala noticia. Uno de ellos alcanzó a ver, a lo lejos, la
cúpula de un templo. Cinco jóvenes caminaron hasta el lugar y el
sacerdote les abrió la puerta.
Le pidieron pasar la noche.
Hoy, en el lugar, que no es un albergue, viven temporalmente 40
personas: 30 de nacionalidad cubana y seis mujeres centroamericanas con
cuatro niños pequeños.
Hay un cuarto lleno de comida que los migrantes han recibido en
donación. Las mujeres se duchan en casas de los vecinos. Algunos ya
tienen trabajo. Y los domingos, familias de feligreses se turnan para
llevar a pasear a los niños.
Foto Afp, Arturo Cano
Enviado, Periódico La Jornada
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