Prevén crisis en ciudades
Se necesita una estrategia humanitaria, ordenada y segura // Estados Unidos endurece su política
▲ En McAllen, Texas, familias completas de centroamericanos se forman
durante horas para pedir la audiencia de solicitud de asilo en Estados
Unidos. La resolución puede demorar meses, en tanto, regresan a México a
esperar que las autoridades estadunidenses les resuelvan.
Debido a una creciente concentración de miles de
migrantes centroamericanos en la frontera norte, México enfrenta el
desafío de construir una nueva agenda migratoria con Estados Unidos
donde
encaje su propuesta de migración humanitaria, segura y ordenada, pero también considerar los riesgos que esto implica para la seguridad nacional y fronteriza, afirmó José María Ramos García, investigador y director de Vinculación del Colegio de la Frontera Norte (Colef).
En entrevista con La Jornada destaca que en las principales ciudades fronterizas como Tijuana, Piedras Negras, Ciudad Juárez y Matamoros
comienzan a gestarse los efectos de tener 2 mil o más migrantes prácticamente atascados porque el vecino del norte está haciendo muy lentos los trámites de audiencia para solicitar la visa humanitaria, al tiempo que no tienen recursos ni condiciones dignas de vida.'
En el caso de Tijuana, dijo, de los cerca de 3 mil 500 migrantes que han llegado en los pasados cuatro meses,
sólo mil 100 han sido sujetos de una audiencia por parte del gobierno estadunidense para analizar si reúnen o no los requisitos para tener una visa humanitaria.
Ramos García agregó que otro de los problemas que no se visibiliza es
la falta de recursos de los municipios y entidades para enfrentar los
nuevos mecanismos de migración que pueden concentrar en corto tiempo a miles de personas, lo que genera que se abarroten los refugios o espacios destinados a su alberge y que son sostenidos, en muchos casos, por organizaciones civiles y no por autoridades municipales, estatales o federales.
Las recientes caravanas, dijo,
no van a cesar de forma inmediata, y hasta ahora el gobierno federal ha dado algunos apoyos, pero el problema de fondo no está resuelto en las principales ciudades fronterizas, donde ya se han registrado actos de rechazo a los refugiados temporales, lo que no ocurría.
Historia interminable
Explicó que los migrantes “no desean establecerse en
México, su meta es Estados Unidos y eso es una tendencia que no va a
cambiar, por lo que sus opciones se ven muy reducidas.
Llegar a la frontera norte no es fácil, pero una vez que lo logran
deben esperar semanas para tener un solicitud de audiencia para ser
escuchados y contemplar la posibilidad de tener una visa humanitaria,
proceso que puede demorar de dos a tres meses, sin ninguna seguridad de
que les sea concedida.
La mayoría no tiene recursos para subsistir, y el cruce ilegal al
país vecino tiene un costo de entre 5 mil a 7 mil dólares con los
traficantes de personas”.
Por ello urgió a la construcción de una nueva política migratoria
nacional que considere tanto los aspectos humanitarios, como de
seguridad interior y fronteriza, así como el impacto económico que
enfrentará la consecutiva llegada de caravanas a las ciudades de cruce
con Estados Unidos.
Es un equilibrio complejo, reconoció, si se considera que la
administración de Donald Trump favorece un endurecimiento de su política
migratoria, y que es un tema aún no revisado en el acuerdo económico
entre Canadá, Estados Unidos y México.
Foto Ap
Laura Poy Solano
Periódico La Jornada
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