"El
presidente ha dicho que no quiere ver a este país envuelto en guerras
interminables... y yo estoy de acuerdo con eso", dijo Bernie Sanders a
la audiencia de Fox News la semana pasada en Bethlehem, Pensilvania.
Luego, mirando directamente a la cámara, añadió: “Señor Presidente, esta
noche tiene usted la oportunidad de hacer algo extraordinario: firmar
esa resolución. Arabia Saudita no debe determinar la política militar o
exterior de este país”.
Sanders hablaba de una resolución
sobre la Ley de poderes de guerra que pondría fin a la participación de
Estados Unidos en la guerra civil de cinco años en Yemen, que ha creado
una de las mayores crisis humanitarias de nuestro tiempo, con miles de
niños muertos en medio de una epidemia de cólera y hambruna.
Apoyada
por un partido demócrata unido en el Congreso y una facción anti
intervencionista del partido republicano encabezada por los senadores
Rand Paul y Mike Lee, de Utah, la resolución de las Potencias de Guerra
había sido aprobada en ambas cámaras del Congreso. Pero 24 horas después
de que Sanders instara a Trump a firmarla, éste vetó la resolución,
calificándola de “intento peligroso de debilitar mis autoridades
constitucionales”.
Según el periodista Buchanan J.
Buchanan, con suficientes votos republicanos en ambas cámaras para
resistir el veto de Trump, ese pudo haber sido el final del asunto, pero
no lo fue. De hecho, Trump cedió a los demócratas su lema a favor de la
paz para 2020. Si Sanders emergiera como el nominado, tendríamos una
elección entre un demócrata que se postulará con el tema de "no más
guerras" que Trump promocionó en 2016. Así, Trump quedaría defendiendo
el bombardeo de rebeldes yemeníes y civiles por el príncipe heredero
Mohammed bin Salman de Arabia Saudita.
En 2008, John
McCain, líder halcón en el Senado, resultó derrotado por el senador
progresista de Illinois Barack Obama, que había ganado su nominación
derrotando a la belicosa Hillary Clinton quien había votado por
autorizar la guerra en Irak.
En 2012, el candidato
republicano Mitt Romney, que era mucho más agresivo que Obama respecto a
Rusia, perdió. Sin embargo, en 2016, Trump se presentó como un tipo
diferente de republicano, opositor de la guerra de Irak, anti
intervencionista y que prometía llevarse bien con el ruso Vladimir Putin
y salir de estas guerras del Oriente Medio. Ninguno de los candidatos
que van a la cabeza para la nominación demócrata de 2020 -Joe Biden,
Sanders, Kamala Harris, Beto O'Rourke, Pete Buttigieg, Elizabeth Warren,
Cory Booker- parece ser tan agresivo como se ha vuelto Trump.
Trump
sacó a Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán negociado por el
Secretario de Estado John Kerry y reimpuso severas sanciones contra los
persas. Declaró al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán
organización terrorista, a lo que Teherán respondió con a misma acción
contra el Comando Central de Estados Unidos.
Trump ha
reconocido a Jerusalén como la capital de Israel, trasladó allí la
embajada de Estados Unidos, cerró el consulado que se ocupaba de los
asuntos palestinos, cortó la ayuda a los palestinos, reconoció la
anexión por Israel de los Altos del Golán arrebatados a Siria en 1967 y
guardó silencio sobre la amenaza de Netanyahu de anexarse asentamientos
judíos en Cisjordania.
Trump ha hablado de sacar todas las
tropas estadounidenses de Siria, Irak y Afganistán. Sin embargo, siguen
allí. Aunque Sanders apoya a Israel, dice buscar una solución de dos
estados y critica al régimen de Netanyahu.
Trump llegó al
poder prometiendo llevarse bien con Moscú, envió misiles antitanque
Javelin a Ucrania y anunció la retirada del Tratado de Fuerzas Nucleares
de Alcance Intermedio (INF) de 1987 suscrito con Ronald Reagan, que
prohibía todos los misiles nucleares de alcance intermedio basados en
tierra.
Cuando Putin envió a Venezuela un centenar de
soldados rusos para reparar el sistema antiaéreo y antimisiles S-400 que
fue dañado en los últimos apagones, Trump, provocativamente, ordenó a
los rusos que “salieran” del país bolivariano y chavista. Según
Buchanan, el centro de gravedad de la política estadounidense está
cambiando hacia la posición de Trump en 2016. Y el ala
anti-intervencionista del Partido Republicano está creciendo.
Sumadas
las alas antiintervencionista y antibélica del Partido Demócrata en el
Congreso, son capaces, como en la resolución de las Potencias de la
Guerra de Yemen, de producir una nueva mayoría bipartidista.
Buchanan
predice que en las primarias de 2020, la política exterior estará en el
centro y el Partido Demócrata habrá capturado el terreno político del
lema "no más guerras" que el candidato Donald Trump explotó en 2016.
22 de abril de 2019.
Publicado originalmente en el diario ¡POR ESTO! de Mérida, México.
Blog del autor: http://manuelyepe.wordpress.com/
https://www.alainet.org/es/articulo/199460
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