Entrevista al trovador Silvio Rodríguez
La Trinchera
Siguen rompiendo lo
imposible las estaciones de Silvio Rodríguez. Ya son cien las giras por
los barrios y la magia de cada encuentro se multiplica. Esta vez, llega
en palabras el dulce látigo de abeja en la conciencia, de un hombre que
continúa ampliando la canción.
Su música ha sido utilizada en
varios teleplays, spots, dibujos animados, entre ellos “Elpidio Valdés” y
la película “Meñique” ¿ha recibido actualmente propuestas para que su
obra forme parte de la banda sonora de proyectos cinematográficos?
Ernesto
Padrón está trabajando desde hace unos dos años (casi no tiene apoyo)
en una película de dibujos animados con canciones mías. Es una idea muy
original porque cada canción ocurre en un mundo diseñado por un pintor
cubano diferente. Espero que algún día se termine.
En una
entrevista realizada a Mario Benedetti menciona que usted es el mejor
poeta de su generación, ¿cuál ha sido su relación con los escritores y
la literatura?
A los 15 años trabajé como dibujante en el
semanario Mella. Después trabajé en órganos de prensa del ejército. O
sea, que desde antes de empezar a componer canciones me relacionaba con
periodistas, con narradores, con poetas y fotógrafos. Cuando me
desmovilicé de las FAR, trabajé con los fundadores de El Caimán Barbudo:
hicimos conciertos juntos, a algunos les conocía desde el Mella. Los
que viven siguen siendo mis amigos y nos juntamos a veces para diversos
proyectos. La literatura ha sido uno de los puntales de mi formación.
¿Pudiera en el futuro ser posible la escritura de un libro autobiográfico o de memorias?
He
escrito algunos diarios. También he tomado notas sobre diversos asuntos
en distintos momentos de mi vida; es probable que algún día se me
ocurra juntar todo eso; vamos a ver.
A propósito de literatura y
música ¿cuál es su opinión sobre la elección en el 2016 de Bob Dylan
como Premio Nobel de Literatura y de la especulación de algunos a partir
de esto, de que el próximo premio Nobel sería usted?
Soy de
los que piensa que Dylan merece ese premio. Sobre la otra pregunta, la
verdad es que me asombra, y pienso que pudieran ser deseos de
admiradores, pero no creo que pueda haber algo de cierto de eso.
¿Como artista se siente satisfecho con sus trabajos realizados para los niños?
Siempre he pensado que debí haber trabajado más para los niños pequeños
(porque creo que lo que hago le puede servir a los que han crecido al
menos un poquito). En cualquier caso, espero que cuando los niños
crezcan lo suficiente estarán en condiciones de acercarse a lo que he
conseguido hacer.
En sus conciertos una gran mayoría del
público asistente son jóvenes, señal que sus canciones han trascendido
generaciones ya sea por herencia o por elección. ¿Qué experimenta Silvio
ante la respuesta de los jóvenes?
Algunas de las canciones
que todavía canto las hice cuando era joven. Eso en parte debe ser el
secreto. Pero sea por lo que sea, tener la atención de los jóvenes es el
premio mayor que puede tener un comunicador. Así que cuando veo que eso
pasa me siento muy agradecido y muy privilegiado.
En un
concierto en Argentina en los años 80 presentó a un veinteañero Santiago
Feliú quien al cantar “Cuando en mi afán de amanecer” enmudeció
hipnóticamente a un estadio entero, ¿qué sintió usted en ese momento de
electricidad vital tan típico de Santiago cuando tocaba la guitarra?
Conocí
a Santiago desde que era un niño y desde que empezó a hacer canciones
pensé que tenía talento. Por eso fue con nosotros en aquel viaje. Así
que cuando vi la respuesta del público, sencillamente constaté lo que yo
imaginaba que iba a pasar… Aunque aún así, siempre hay algo de
sorpresa, porque hay gente talentosa que no conecta con el público.
Santi era un ser especial.
¿Considera que se quedó sin decirle algo a Santi?
Creo
que Santiago y yo siempre nos tratamos con mucha sinceridad. Me
gustaría que siguiera entre nosotros no para decirle algo en particular,
sino para que viviera y fuéramos felices.
¿Se mantiene al
corriente de la obra de jóvenes trovadores como Jorgito Kamankola, Erick
Sánchez, Ray Fernández y otros que tienen como fuente principal sobre
todo el sentir social, la política y los avatares diarios de los
cubanos?
No conozco toda la obra de ellos pero sé que existen y
me gustan las cosas que he escuchado. Ellos son la continuidad de una
trova que viene desde el siglo 19 y pasó por nosotros. Mi generación
también fue continuidad, aunque en algunos sentidos también significó
rupturas. Eso tampoco es malo.
Una pregunta algo sui generis ¿a Silvio Rodríguez le gustan los deportes? ¿Logró practicar con éxito alguno de niño o joven?
Lamentablemente
el deporte es una zona del quehacer humano en la que no me desarrollé.
Me gustaba el submarinismo, todavía lo hago un poquito, muy de tarde en
tarde. Hace muchos años practiqué durante un tiempo artes marciales. Un
deporte que nunca hice, y siempre me interesó, fue el tiro con arco.
¿Qué opina de la labor actual de la AHS?
No
estoy muy al tanto de lo que hacen ahora mismo, porque estoy
concentrado en algunas cosas que la edad me exige que priorice. Las
organizaciones que se ocupan de la cultura, deben servir para propiciar
que las manifestaciones culturales se desarrollen. Si están haciendo eso
con amplitud de miras, sin prejuicios, inclusivamente, les aplaudo.
Muchas Gracias.
Gracias a Ud.
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