por CELAG
Si bien 2018 fue un año
electoral que trajo consigo la reafirmación del coloradismo en Paraguay,
a través de la elección de Mario Abdo en las elecciones del 22 de
abril, el pasado año también fue un momento de eclosión de la
movilización ciudadana, con escasos precedentes en el pasado de la
historia democrática de la República.
La persistencia de los paraguayos y
paraguayas en las calles para sacar de los organismos de representación
pública a los políticos “impresentables” reflejó, una vez más, la
efectividad de la unidad ciudadana para limpiar las instituciones y
devolverlas a la vía de la legalidad y la decencia en la función
pública. Y, aunque la lucha fue de los ciudadanos, el recién estrenado
Gobierno la redituó como parte de su compromiso anticorrupción, llevando
a cabo una política de no intervención para proteger a los políticos
manchados por sendos casos de corrupción de su propia filiación
partidaria.
Así, sin apenas mover fichas, con una
agenda “de estabilidad” y orientada a posicionar al país en el exterior,
el Gobierno de Abdo tiene a su favor organismos internacionales como el
FMI y el Banco Mundial[i]
que parecen valorar su administración obediente y de pocos sobresaltos
en su política económica. Algo también evaluado positivamente por las
tres calificadoras de riesgo crediticio más importantes de Nueva York
(Moody’s, Fitch, Standard & Poor’s)[ii], a pesar de que para 2019 el Banco Central de Paraguay prevé una desaceleración económica que reduciría el crecimiento al 4%[iii].
En este sentido, no es casual que el
presidente Abdo haya adoptado la Declaración Ministerial del Grupo de
Lima en la cual se determinó el no reconocimiento del nuevo mandato de
Nicolás Maduro, el pasado 10 de enero, fecha en la que el mandatario
venezolano tomó posesión. El Gobierno de Abdo resolvió suspender, a
partir de la fecha, “la aplicación del Acuerdo para Supresión de Visas
de Pasaportes Diplomáticos, Oficiales y de Servicio”. La decisión del
Gobierno ha incrementado la tensión entre los dos países que, a día de
hoy, mantienen un litigio por una deuda de la entidad petrolera Petropar
con PDVSA, la cual supera los 300 millones de dólares[iv].
La obediencia de Abdo también tiene
implicaciones en la próxima reforma tributaria, que comienza con una
propuesta por parte de la cartera de Hacienda para modificar el régimen
actual del Impuesto a la Renta Personal (IRP). El Ministerio propone
bajar el piso del IRP a dos salarios mínimos al mes, con la creación del
gravamen Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Éste sería
aplicado sobre quienes alcanzaran ingresos anuales de 24 salarios
mínimos, o sea, aquellos que tengan ingresos mensuales de G. 4.200.000.
El proyecto, que está en discusión en la Comisión Técnica Tributaria,
también prevé eliminar algunas exoneraciones del Impuesto al Valor
Agregado (IVA)[v].
Las primeras propuestas que surgen en
torno a la reforma tributaria, que el Gobierno espera tener consolidada
en marzo de 2019, tienen implicaciones directas en las clases medias y
clases medias bajas, que serían sobre quienes recaería este gravamen,
que es producto del “terror” que tiene el Gobierno a incrementar los
impuestos a las grandes fortunas, tal y como denunció el senador Hugo
Richer del Frente Guasu[vi].
Aunque en los próximos días se definirán
los elementos de esta reforma, la propuesta no ha sido bien recibida
por la opinión pública, que va acumulando tensión por las recientes
decisiones del Gobierno colorado. La última tuvo que ver con el Servicio
Militar Obligatorio (que defiende Abdo), cuando a finales de año se
hizo pública la intención de multar a quienes no hubieran hecho el
servicio militar obligatorio o, en su defecto, declarado la objeción de
conciencia y obviado también el servicio comunitario. La decisión fue
vista como una forma de incrementar el recaudo, nuevamente, en los
sectores más vulnerables.
Por lo pronto, las iniciativas lideradas
por la oposición se centran en promover proyectos de ley que fueron
parte de su programa político electoral. A fin de año se unieron
nuevamente el Frente Guasu y el Partido Liberal Radical Auténtico para
presentar el proyecto que establece un programa con recursos de las
binacionales Yacyretá e Itaipú, cuya finalidad es reducir la tarifa de
energía eléctrica de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE).
Este fue el primer paso del reencuentro de la Alianza GANAR tras las
elecciones del 22 de abril, que, si persiste, puede significar un frente
de trabajo unificado, orientado a la defensa de los sectores medios y
aquellos más vulnerables al ajuste que prepara el Gobierno.
Con la llegada de 2019 se acabaron los días de sobrevolar la política paraguaya
para Mario Abdo. La reforma fiscal será el primer reto que tendrá que
superar y, probablemente, el primer cimbronazo a su liderazgo
(fragmentado a la interna de su formación política por la disputa con
Horacio Cartes). Hasta ahora, su limitado accionar había estado allanado
por una oposición casi ausente, por ello el verdadero inicio del
Gobierno, ahora en 2019, se convierte también en una oportunidad para
que la unidad de las formaciones alternativas –otrora agrupadas en la
Alianza GANAR– sea capaz de encauzar las demandas de una ciudadanía
dispuesta y preparada para la movilización, construyendo de esta forma
una alternativa realista al coloradismo hacia el futuro.
[i] https://www.desarrollando-ideas.com/2019/01/paraguay-en-camino-hacia-el-grado-de-inversion/
[ii] https://datosmacro.expansion.com/ratings/paraguay
[iii] https://www.ultimahora.com/bcp-reduce-4-su-proyeccion-crecimiento-economico-2018-n2783524.html
[iv] http://www.abc.com.py/nacionales/rompe-relacion-con-venezuela-1776598.html
[v] https://www.ultimahora.com/hacienda-plantea-bajar-piso-del-irp-dos-salarios-minimos-mes-n2790384.html
[vi] http://www.nanduti.com.py/2019/01/09/irp-hacienda-va-a-cargar-la-base-impositiva-a-la-clase-media-baja/
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