Os povos indígenas defendem o “bem viver”
Los
ataques del nuevo gobierno a los pueblos indígenas, el cambio
administrativo en la cartera de Agricultura y la responsabilidad sobre
la demarcación de las tierras originarias ya están provocando una
reacción inmediata de las comunidades organizadas y autónomas que
sobreviven y luchan en el territorio nacional. Pasados más de 500 años
de la invasión y una sistemática política de exterminio todavía resisten
305 etnias que ocupan poco más del 12% del territorio brasileño. La
mayor parte, casi el 90%, se ubica en la Amazonia, un espacio de
exuberante bosque en el que las comunidades todavía pueden vivir según
su cultura y, de paso, garantizar la preservación de un bioma que es
fundamental no sólo para Brasil, sino para todo el planeta. Basta un
vistazo en los aplicativos "Google Maps y Google Earth" e inmediatamente
se puede percibir que donde hay una comunidad indígena tiene protección
y el bosque vibra. Donde hay una industria o hacienda, la vida agoniza.
La
Amazonía, por sus características climáticas y ambientales, siempre ha
sido un espacio de difícil ocupación, tanto que hasta hoy es la región
con menor densidad demográfica. Pero la riqueza de su diversidad, los
minerales y la voracidad en la búsqueda de energía (con la construcción
de las centrales hidroeléctricas) ha hecho que los ojos se dirijan
codiciosos hacia allá. Y así, el latifundio, que ya ocupa con el
agronegocio más del 60% del territorio, quiere abarcar ese 12% que están
bajo la posesión de los pueblos originarios. La intención del gobierno,
atendiendo al deseo de los granjeros, es sacar a los indígenas de las
tierras "haciéndolos ciudadanos", lo que, en la práctica, significa no
sólo eliminar su modo de ser en el mundo, como su desintegración como
ser humano que tiene una cultura propia, visceralmente diferenciada de
la cultura occidental judeo/cristiana. Siguiendo los deseos del capital
ultraliberal, los indígenas necesitan ser incorporados como fuerza de
trabajo en las ciudades y en los campos, sin derecho a su propia tierra.
Es un episodio más de acumulación primitiva que sólo servirá para
destruir el modo de vida de los pueblos originarios.
En
esa semana, tras una declaración del presidente de que los indígenas que
viven en las tierras originarias son como animales en zoológicos, una
carta abierta de los pueblos Aruak Baniwa y Apurinã deja bien claro su
posición con relación a esa propuesta de hacerlos "ciudadanos" :
“No
estamos en los zoológicos, señor Presidente, estamos en nuestras
tierras, nuestras casas, como el señor mismo y como cualquier sociedad
humana que están en sus casas, ciudades, barrios. Somos personas, seres
humanos, tenemos sangre como tú, nacemos, crecimos, procreamos y después
morimos en nuestra tierra sagrada, como cualquier ser humano viviente
sobre esta tierra. Nuestras tierras, ya comprobadas técnica y
científicamente, son garantías de protección ambiental, siendo
preservadas y manejadas por los pueblos indígenas, promoviendo
constantes lluvias con las cuales las plantaciones y agronegocios de la
región del sur y sureste se benefician y lo sabemos”.
Ellos tampoco aceptan la idea de integración propuesta por el presidente: "Nosotros
hemos sido diezmados, tutelados y víctimas de la política
integracionista de gobiernos y del Estado Nacional Brasileño, por eso,
acá estamos para afirmar que no aceptamos más política de integración,
política de tutela y no queremos ser diezmados por medio de nuevas
acciones de gobierno y del Estado Nacional Brasileño. Este país llamado
Brasil nos debe un valor impagable señor presidente, por todo lo que ya
se ha hecho en contra y con nuestros pueblos. Las tierras indígenas
tienen un papel muy importante para mantener la riqueza de la
biodiversidad, purificación del aire, del equilibrio ambiental y de la
propia supervivencia de la población brasileña y del mundo”.
También
en esta semana, una representación de la Articulación de los Pueblos
Indígenas de Brasil - APIB – llegó a la Fiscalía General de la República
solicitando el control judicial de la Medida Provisional firmada por el
presidente Jair Bolsonaro que pasa a la cartera de Agricultura las
atribuciones sobre identificación, delimitación y registro de tierra
tradicionalmente ocupada por los indígenas. Según la APIB, esta medida
contraviene el Artículo 6 del Convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo así como una serie de otras leyes nacionales.
La
representación también solicita la instauración de una Investigación
Civil con el objetivo de investigar y monitorear los actos y procesos
administrativos de demarcación de tierras indígenas que se van a
tramitar en el Ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento, así
como determinar una eventual responsabilidad administrativa atentatoria
a la moralidad administrativa, la democracia y los derechos culturales
de los pueblos indígenas, basada en el Artículo.129, inciso V, de la
Constitución Federal de 1988.
También exigen que se tomen
medidas urgentes para evitar el riesgo de daños irreparables a los
pueblos indígenas por la suspensión y / o interferencia política en los
procedimientos demarcatorios, afectados por el eventual comportamiento
de la Ministra y sus subordinados.
Además de las acciones
en los campos de la comunicación y el judicial las entidades autónomas
de la organización indígena ya están preparando acciones públicas contra
el ataque a su cultura y sus tierras. Según las comunidades, los
importantes pasos dados después de la Constitución de 1988 no pueden
retroceder. Y Brasil no puede volver a tener una práctica colonial, tal
como la que marcó el etnocidio y el memorismo post invasión. Habrá
lucha.
Elaine Tavares
Periodista
https://www.alainet.org/es/articulo/197433
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